Nelson Mandela, el presidente de Sudáfrica, visitará por primera vez la Argentina en julio próximo, de acuerdo con el último calendario que manejan en la Cancillería.
"Su visita está confirmada en un 90 por ciento, ya se están discutiendo las fechas, para lo cual están en contacto las oficinas de los presidentes", afirmó a La Nación un vocero calificado de la embajada de Sudáfrica en Buenos Aires.
Mandela es, sin duda, uno de los personajes de este siglo: pasó 27 años encarcelado por elapartheid; ganó las primeras elecciones libres de la historia de su país; asumió el poder en 1994, y gobernó en coalición con Frederik DeKlerk, delPartido Nacional, que había sido el último presidente del régimen racista.Mandela yDe Klerk recibieron juntos el Premio Nobel de la Paz, en octubre de 1994.
El presidente sudafricano, de 79 años, tiene una salud delicada, secuela de los años que pasó en la cárcel. Los fotógrafos tienen prohibido disparar el flash delante de él, porque sus ojos se resintieron de tanto picar piedras.
Fue el médico de Mandela quien desaconsejó un viaje a Ushuaia, Tierra del Fuego, donde se iba a encontrar con todos los presidentes del Mercosur, en el contexto de una cumbre del bloque comercial que integran la Argentina, Brasil, Uruguay yParaguay.
Con el mismo criterio, el presidente de Sudáfrica no se debe exponer al frío, quedó cancelada una visita de Mandela a Rusia.
En cuanto a su visita oficial a la Argentina, se produciría en los días previos o los posteriores a la cumbre del Mercosur, que se desarrollará entre el 25 y 26 de julio próximo. La primera gira de Mandela por América latina también incluye a Brasil.
El encuentro de los presidentes del Mercosur estaba previsto, en un principio, para junio próximo, pero Menem, quien ejerce la presidencia pro témpore del bloque, decidió postergarlo, para que no coincidiera con el Mundial de Fútbol de Francia.
No a la reelección
Mandela, que mantiene intacta su extendida popularidad en Sudáfrica, termina su mandato de cinco años en 1999, y no se presentará a la reelección, pese a que ninguna disposición legal se lo impide.
En Sudáfrica, que pertenece al Commomwealth, el Congreso designa como presidente al líder del partido que tiene la mayoría de escaños. Como Mandela anticipó que se autoexcluía de la próxima contienda electoral, asumió al frente del Congreso Nacional Africano, Thabo Mbeki, actual vicepresidente.
Mbeki vino a la Argentina a finales del año último y anunció que Mandela tenía la intención de aceptar la invitación que el presidente Carlos Menem le formuló en 1995, cuando visitó Sudáfrica.
Menem pudo viajar gracias a una gestión del entonces embajador argentino en Sudáfrica, Hugo Porta, a quien Mandela admiraba como jugador de rugby.
Cuando el presidente sudafricano venga a Buenos Aires, los empleados del hotel donde se hospede se llevarán una sorpresa: lo primero que hace cuando se despierta es tender su cama, como solía hacer en la cárcel.
