Operativo en los hospitales porteños por el G-20: alerta roja, cirugías suspendidas y protocolo ante “ataques químicos”
Los hospitales porteños están en alerta por la cumbre del G-20. Hace seis días, los centros médicos de la ciudad fueron notificados sobre el protocolo sanitario que deberán implementar ante una eventual ola de heridos por las manifestaciones contra la multilateral más importante organizado por el país o incluso frente a posibles "ataques químicos".
En los hospitales afectados -ocho de ellos en "alerta roja"- cuestionan la poca antelación con las que fueron avisados del operativo, que incluye la suspensión de cirugías programadas, la apertura de salas de terapia intensiva cerradas, la suspensión de licencias y el chequeo de suministro en los bancos de sangre, entre otros requisitos.
La Argentina fue seleccionado sede de la cumbre del G-20 hace un año y la Ciudad de Buenos Aires será anfitriona del encuentro en el que participarán los principales líderes del mundo junto a sus delegaciones el viernes y sábado próximos. También de las protestas en su contra. El año pasado las manifestaciones contra la cumbre de Hamburgo dejaron cientos de heridos.
Aunque la organización general de la cumbre está a cargo del gobierno nacional -incluido el fuerte operativo de seguridad-, varios aspectos quedaron en manos de las autoridades porteñas. La atención de salud pública en la Ciudad es uno de ellos.
El protocolo
La Dirección de Hospitales repartió el jueves pasado un comunicado con el que notificaba a los directivos de todos los centros médicos de la ciudad sobre el protocolo sanitario que deberían seguir por la cumbre internacional e informó que ocho de ellos quedaban declarados a partir del lunes 26 en "alerta roja". También adjuntaba un calendario con las actividades políticas y sociales del jueves y el viernes próximos.
Los ocho hospitales en el grado máximo de alerta fueron elegidos por la cercanía a la cumbre y son el Fernández, el Argerich, el Pirovano, el Tornú, el Santojanni, el de Quemados, el Gutiérrez y el Santa Lucía.
Unos días antes de la llegada del comunicado, la Dirección de Hospitales -que depende del ministerio de Salud- había ordenado la suspensión de las vacaciones y licencias en todos los hospitales públicos de la Ciudad "por la presencia de una inminente hipótesis de conflicto durante la cumbre". La medida afectó a médicos, enfermeros, técnicos, administrativos, kinesiólogos, psicólogos, de guardia y de planta.
El protocolo oficial, al que tuvo acceso LA NACION, les exige a los centros médicos suspender las cirugías programadas, "liberar camas" en terapia intensiva, "abrir habitaciones cerradas" y "extremar las medidas" para que todos los pacientes que tengan obra social o prepaga "se deriven".
Recomienda además que los pacientes de PAMI solo sean recibidos "en emergencia médica con riesgo de vida" y que los transportados por las ambulancias del SAME que requieran internación sean derivados a otros hospitales. Pide a cada hospital que "corrobore que los respectivos bancos de sangre cuenten con los suministros correspondientes" y "contemple las posibles necesidades para este tipo de eventos". Y prevé que en caso de "ataque químico" los pacientes deben ser "descontaminados" por personal de Bomberos y derivados a otros centros médicos.
Poca antelación
En los hospitales afectados hay malestar por la escasa antelación con la que se dio aviso sobre el operativo y por la falta de información. "No hay forma de cumplir con estos requisitos con tan poco tiempo. Nos exigen un nivel de preparación que no se condice con la situación que atraviesan hoy los hospitales. Estamos desbordados y nos piden abrir salas cerradas, suspender cirugías y derivar pacientes que tienen cobertura médica. Si pudiéramos derivar pacientes lo haríamos todas las semanas", dijo a LA NACION un médico del Santojanni, uno de los ocho hospitales que se encuentra en alerta roja desde el lunes.
Desde el Ministerio de Salud porteño no contestaron a la consulta de LA NACION sobre los motivos por los que el operativo se informó una semana antes de la cumbre. En cambio, señalaron que "no se afectará la normal cobertura de urgencias y emergencias en la Ciudad, los hospitales estarán organizados con diferentes grados de alerta, habrá disponibilidad de camas tanto en salas como en áreas cerradas y se contará con la máxima capacidad del equipo de salud".
"Todo en una semana", se quejó ante LA NACION, bajo reserva de su nombre, un especialista con 20 años de experiencia en el hospital Fernández, otro de los centros públicos en alerta. "Estamos a una semana del evento y no hubo simulacros, ni preparación, ni nada. Parece improvisado. Nadie sabe qué rol va a tener que cumplir. La información es la desinformación. Estamos muy expuestos. Y lo único que está más o menos preparado es el área de emergencia, pero esto tendría que haber estado coordinado hace seis meses", agregó, hace unos días.
El lunes, cuando ya regía la alerta roja, funcionarios de los gobiernos de Estados Unidos y Rusia se reunieron con las autoridades de los hospitales afectados y revisaron las condiciones en que se encuentran para el G-20. Días antes, en el Santojanni, habían convocado a una asamblea por la falta de camas y equipamiento en salas y áreas de cuidados intensivos e intermedios.
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