Por la demora en la paritaria, los docentes advierten que las clases "están en riesgo"
El Gobierno no concretó la oferta nacional; quiere que antes se avance en las provincias
La puja entre el Gobierno y los gremios docentes volvió a tensarse ayer, nueve días antes del inicio de las clases.
Los cinco sindicatos que participan de la paritaria nacional advirtieron que el comienzo del ciclo lectivo, previsto para el lunes 29, "está en riesgo" y se declararon en "estado de alerta" por la demora del Ministerio de Educación en oficializar la oferta salarial que hizo el lunes pasado.
Esa formalidad, que se postergó ayer por segunda vez en la semana, es el paso necesario para que los sindicatos bajen la propuesta a las bases y decidan si la aceptan o no. La paritaria nacional es la que fija el salario inicial mínimo para los docentes de todo el país.
A principios de semana, el ministro de Educación, Esteban Bullrich, propuso llevar ese piso de los $ 6060 actuales a $ 8500 a partir del 1° de julio. La magnitud del aumento desató la furia de los gobernadores, que deben afrontar el aumento a los docentes en un año de números en rojo, y obligó al ministro a aclarar que las provincias pagarán hasta el 25 por ciento de las subas, mientras que la Casa Rosada se hará cargo del resto a través del Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid).
A contramano de la lógica que guió la negociación con los maestros en los últimos años, el Gobierno decidió que esperará a que avancen las negociaciones en buena parte de las provincias antes de ponerle la firma a la oferta nacional.
El argumento central del Gobierno es que ésa es la única manera de evitar que los gremios provinciales se valgan de la suba nacional (que ubican en 40%) para "manipular" las negociaciones.
Por primera vez ayer, Mauricio Macri se metió de lleno en el conflicto. "Queremos llegar a un acuerdo y ayudar desde el gobierno nacional, pero no interferir como pasó en los últimos 10 años, que se fijaba una paritaria y no importaba lo que pasaba en las provincias", justificó en declaraciones a Cadena 3.
En la misma línea, Bullrich dijo a LA NACIÓN que "la realidad fiscal de cada provincia es la que determina la paritaria" y que oficializar la oferta nacional "entorpecería la negociación en las provincias".
El Gobierno está particularmente interesado en que se destrabe la discusión en la provincia y la ciudad de Buenos Aires, que concentran casi la mitad de la matrícula escolar. Pese a esa expectativa, ambas paritarias están en suspenso a la espera de novedades nacionales.
Otra provincia complicada es Misiones. Allí, el Frente Gremial Docente anunció ayer que las clases no comenzarán el 2 de marzo, fecha prevista para ese distrito, por "atrasos salariales" y por la "falta de convocatoria" del gobierno provincial, a cargo de Hugo Passalacqua, para iniciar la paritaria.
Para los gremios, detrás de las explicaciones oficiales se esconde la verdadera intención del Gobierno: instalar que el aumento a los docentes no superará el 25 por ciento, aunque con el aporte de la Nación la suba real termine siendo mayor.
"Nuestras organizaciones entienden que esta demora es un intento de poner techo a las negociaciones salariales provinciales", advirtieron Ctera, UDA, Sadop, Amet y CEA en una conferencia de prensa conjunta.
La secretaria general de Ctera, Sonia Alesso, que fue la voz cantante, describió la parálisis en la negociación nacional como "una vergüenza" y advirtió: "En caso de no recibir en forma urgente la propuesta, el Gobierno pone en riesgo el inicio del ciclo lectivo". Leía un comunicado acordado por los cinco gremios. Alesso destacó que la suspensión de la paritaria "no tiene antecedentes" y remató con la declaración del "estado de alerta y movilización".
La Ciudad espera
- Por segunda vez en la semana, el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta suspendió una reunión con los gremios docentes porteños a la espera de que se resuelva la paritaria nacional. Hasta ahora, la administración porteña propuso una suba de 22%
- La oferta ya fue rechazada por los 17 sindicatos que participan de la paritaria. Exigen en cambio una suba de 38%, muy por encima de la pretensión oficial, tanto del gobierno local como de la Casa Rosada. El salario inicial de los maestros porteños es de 8300 pesos