Retoman el contacto con los gobernadores para hacer cambios después de la elección
Macri le encargó a Frigerio una estrategia para lograr que los mandatarios del PJ "amigables" sostengan las reformas que prevén a partir de octubre
"Decime, Rogelio , ¿con quién contamos, entonces, de los gobernadores para las reformas que tenemos que hacer?", preguntó el presidente Mauricio Macri en la reunión de coordinación de anteayer, la primera luego del triunfo electoral en las PASO del domingo pasado.
El destinatario de la pregunta, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, ya retomó los contactos con los mandatarios provinciales, aun con aquellos que tuvieron un discurso anti-Cambiemos en las PASO, para crear una base que permita aprobar, luego de las elecciones legislativas de octubre, la batería de "cambios estructurales" que la Casa Rosada planea impulsar desde el Congreso.
"Somos minoría, y aunque repitamos la elección del domingo lo vamos a seguir siendo, vamos a necesitar acuerdos", afirmaban ayer cerca del ministro, que inauguró en Corrientes un encuentro de gobernadores de la Argentina y Brasil. Allí estuvieron los aliados radicales Ricardo Colombi (Corrientes) y Alfredo Cornejo (Mendoza), pero también Juan Manzur (Tucumán), Hugo Passalacqua (Misiones) y Domingo Peppo (Chaco). "De los tres peronistas, sólo Manzur hizo campaña fuerte contra Cambiemos, y también podemos charlar con él. A casi nadie le conviene pegarle al Presidente para ganar la elección", se entusiasmaron en Balcarce 50.
En el Gobierno se felicitaban ayer por los inesperados triunfos de los candidatos de Cambiemos en San Luis y La Pampa, ante dos caudillos enfrentados con la Casa Rosada: Alberto Rodríguez Saá y Carlos Verna, respectivamente. De hecho, Paulo del Valle, coordinador del ministerio para San Luis, fue uno de los funcionarios más felicitados. El claro triunfo de Eduardo Costa en Santa Cruz -uno de los pocos bastiones kirchneristas puros- también era destacado ayer por la posibilidad de sumar dos senadores a partir de diciembre.
"Hicieron campaña contra nosotros y perdieron, al igual que Juan Schiaretti (Córdoba), Omar Gutiérrez (Neuquén) y Miguel Lifschitz (Santa Fe). Los únicos que lograron ganar con esa agresividad fueron Manzur y [Gildo] Insfrán en Formosa", puntualizaban. En ese grupo de "agresivos" quedaron incluidos el mandatario entrerriano Gustavo Bordet (cabeza de una lista de unidad con otros caciques del PJ como Sergio Urribarri y Jorge Busti, derrotada el domingo) y Sergio Uñac, quien ganó ampliamente en San Juan. "Con Bordet y Uñac hubo y hay muchísimo diálogo, no hay problemas con ellos", destacaban en la Casa Rosada.
Además, el cordobés Schiaretti es considerado "un amigo" personal y político del Presidente, por lo que los lazos se repondrán rápidamente, aseguran. Con el socialista Lifschitz (golpeado por la discreta elección de sus candidatos y a quien Frigerio verá hoy en un acto en la Bolsa de Comercio de Rosario), el diálogo "es respetuoso, a pesar de las diferencias". En ambos casos, "fuimos y defendimos lo que hicimos, pero sin agredir ni dinamitar puentes", aclararon fuentes oficiales.
El matrimonio de Gerardo y Claudia Zamora (Santiago del Estero) y Mario Das Neves (Chubut) golpearon las políticas económicas de Cambiemos, pero sin exagerar, dicen en el Gobierno. Por eso, con ellos también el diálogo sigue abierto.
La idea de acuerdos duraderos con los caciques provinciales está al tope de la agenda. "Después de las elecciones sería bueno conversar sobre estos temas que hacen a la sustentabilidad del sistema institucional, a mejorar las acciones de gobierno en favor de los ciudadanos, posibilitando equidad entre todas las provincias", afirmó el peronista Peppo, ayer, en un diálogo radial.
Sus palabras sonaron a música en los oídos del Gobierno, que prepara una batería de medidas de reforma impositiva, política, laboral y previsional luego de conseguir el respaldo que esperan de las urnas.
"Sabemos que de los gobernadores de Santa Cruz, San Luis, Formosa y La Pampa podemos esperar poco. Por eso es tan importante sumar senadores y diputados en esos distritos que sostengan nuestras posiciones en el nuevo Congreso", razonaba un funcionario.
Varias de las reformas que se vienen, reconocen por lo bajo en Cambiemos, serán polémicas y traerán resistencia, por lo que no esperan un apoyo sin condicionamientos. Confiado en que un triunfo en octubre, con números similares a los de las PASO, le dará la fortaleza política que necesita para viabilizar los cambios que planea Macri, el Gobierno ya comenzó a negociar.
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