Sin acto ni anuncio oficial, Antonio Aracre asumió como jefe de asesores del Presidente

Llegó minutos después de las 9, con la ventaja que supone la temporada veraniega, con pocos periodistas y escaso movimiento en la Casa Rosada. Con bajo perfil, sin ceremonia y con una manifestación preparada en su contra desde sectores del kirchnerismo duro, el ex-Ceo de Syngenta Antonio Aracre asumió como jefe del Consejo de Asesores del presidente Alberto Fernández, desembarco anunciado hace poco menos de un mes.

Según pudo saber LA NACION de fuentes oficiales, Aracre no tendrá acto de asunción porque “el puesto de jefe de asesores es el único de rango ministerial que no jura”. En verdad, ninguno de los anteriores presidentes del Consejo de Asesores, Juan Manuel Olmos y Julián Leunda, tuvieron acto propio para jurar en ese cargo.

Con el Presidente en la quinta de Olivos (tiene previsto un viaje a Chaco para esta tarde) y ya asentado, justamente, en el viejo despacho de Olmos, en el primer piso de la Casa Rosada y con vista a Puerto Madero, Aracre comenzó a delinear su plan de acción, al modo de sus décadas al frente de la empresa proveedora de ciencia y tecnología agrícola.

“Arrancando mi primer día en la Rosada. Orgulloso de servir a mi patria y agradecido con el Presidente por esta oportunidad que me da para seguir apoyando la agenda de crecimiento económico del país y combatir el flagelo de la creciente desigualdad social”, escribió Aracre en Twitter, junto a una foto en su nuevo espacio de trabajo.

Como prioridad número uno, y por pedido del Presidente según contaron fuentes oficiales, Aracre activará una “mesa del litio” con gobernadores de las provincias productoras de ese mineral (Catamarca, Salta y Jujuy ya tienen armada una mesa conjunta en ese tema), más los jefes de bloques parlamentarios, a fin de “destrabar inversiones y acelerar las oportunidades”, explicaron.

En un consejo de asesores presidenciales que nunca terminó de funcionar como tal, en el que aún permanecen el pensador Ricardo Forster y la activista feminista Dora Barrancos, Adriana Puiggrós (hasta hace poco, de modo informal, también el diputado Leandro Santoro) Aracre recurrirá a un “mini equipo” actualmente en formación, con funcionarios de otras reparticiones, cumpliendo con el congelamiento de vacantes ordenado por el ministro de Economía, Sergio Massa. Involucrado en los chats vinculados al viaje de empresarios, jueces y directivos de Clarín a Lago Escondido, Leunda dio un paso al costado, y lo siguió Alejandro Grimson, encargado de los discursos del Presidente.

Hace un mes, y en diálogo con la prensa en la Casa Rosada, Aracre habló de la búsqueda de un acuerdo “de tres o cuatro puntos de mediano y largo plazo” con la oposición y los sindicatos, y pidió “dejar afuera” temas de coyuntura como la pelea por los fondos coparticipables con el gobierno porteño y el pedido de juicio político a los jueces de la Corte Suprema, motorizado por el Presidente y los gobernadores peronistas. “Siempre van a existir conflictos, pero necesitamos poner en una mesa de consenso los temas de mediano y largo plazo”, contestó entonces el flamante funcionario cuando lo consultaron por el conflicto con la Corte Suprema, que al mismo tiempo se debatía en el salón Eva Perón.

Su día inicial estuvo marcado también por la marcha en su contra, que se desarrolló pasado el mediodía frente a la Casa Rosada, de grupos ambientalistas nucleados en la Coordinadora Basta de Falsas Soluciones, que ligan a Aracre con el “extractivismo”. Unos doscientos asistentes tuvo el acto, que se desarrolló con normalidad y se disolvió en su mayoría luego de un par de horas de discursos y protestas.

“No es una figurita cualquiera sino una persona hiper relacionada con el agroextractivismo y sus impactos socioambientales que llega para acercar posiciones entre oficialismo y oposición y que la entrega y el saqueo de nuestros recursos continúe”, afirmó por las redes sociales Paula Keser, autoconvocada de ese grupo organizador. En el grupo de quienes se oponen a su asunción están también el CELS y Pablo Moyano, el líder cegetista hoy cercano al cristinismo y opuesto a una iniciativa de “reforma laboral” de Aracre, luego desmentida.

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