Un estudio advierte sobre los problemas de interpretación entre los jóvenes que genera la figura de los “halcones” y las “palomas” en la política
Dos tercios de los encuestados entre los 18 y los 35 años desconocen el significado de esos términos; tienden a valorar ciertos atributos y desconocer otros
En el interior de Juntos por el Cambio, así como en el Frente de Todos, conviven en tensión constante dos grandes líneas internas, con visiones enfrentadas acerca de cómo hacer política en medio de una competencia que ya se lanzó por las elecciones presidenciales de 2023: los “halcones” y las “palomas”. En general se asocia el primer grupo con posturas más duras frente a la posibilidad de negociar ciertos temas; y al segundo con una posición más dialoguista y abierta. Pero un estudio que indagó en el tema determinó que lo que el nivel de interpretación puede variar, especialmente en distintos sectores etarios.
Shila Vilker, directora de la consultora Tres Punto Zero, que realizó la investigación, indicó que preguntaron a los participantes si habían escuchado hablar de la metáfora “halcones y palomas” en materia política y “el 61,8% de los jóvenes encuestados entre 18 y 35 años contestó que no”. Es una relación de “dos por uno”, explicó. Por el contrario, en el segmento adulto los porcentajes de desconocimiento del concepto ascienden a 50,9%.
Considera que esto demuestra las dificultades que tiene el discurso político para alcanzar los mundos semánticos juveniles y que suele naturalizar ideas y discursos que están “lejos de la sociedad”. No solamente el concepto no interpela a los votantes de menor edad, sino que además puede distorsionarse el concepto de lo que perciben. En efecto, uno de los jóvenes que participó del estudio expresó de manera dudosa que “por ahí dicen que es una paloma porque dialoga y negocia, entonces dicen ‘No, este se está entregando’, puede ser por eso”. Otro participante dijo: “Creo que palomas le dicen a los políticos más tibios, o que negocian más con otros partidos. Los halcones serían los más duros. Me parece que es algo así”. En este segmento el concepto es variable y muchas veces se los relaciona con la tibieza, debilidad y falta de determinación, sin una valoración de los atributos positivos, como la posibilidad de llegar a consensos o evitar la crispación del discurso público.
Por el contrario, la tribu de los “halcones”, que suele mantener la posición más combativa y dura, se vería beneficiada por estas metáforas. El estudio comprobó que los participantes los caracterizan con capacidad de liderazgo y determinación, y con menor consideración hacia los atributos negativos como la tendencia a la polarización y a la falta de acuerdos.
En el caso de los adultos, hay menos margen para interpretaciones fallidas y la metáfora se entiende en su integridad.
Según Shila Vilker, después estos atributos son asignados a quienes se identifican con estos segmentos, como es el caso en Juntos por el Cambio de Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal, como “palomas”, y de Patricia Bullrich y Mauricio Macri, como “halcones”. En tanto Raúl Timerman, director del Grupo de Opinión Pública (GOP), cree que en los posicionamientos de Bullrich “se ve que adopta un rol de halcón” y que esta actitud se debe a su percepción de que “los votantes de Juntos por el Cambio demandan halcones, no palomas”.
El analista político Marcos Novaro observó que “podría suceder que si no hay un esfuerzo de diferenciar la moderación de la tibieza, y de demostrar que es una herramienta para lograr más cambios a través de la negociación”, esto podría generar una dificultad para Horacio Rodríguez Larreta. “Si no lográs hacer una conexión positiva entre moderación y cambio vas a tener un problema”, remarcó.
Resaltó una de las frases de los participantes, que se refirió a las “palomas” como “tibios”. Considera que esto es un llamado de atención que “los moderados deberían registrar. Hemos visto que últimamente esto sucede porque los moderados no explican que la oferta que ellos hacen a los demás es para lograr objetivos”. Según Novaro, Rodríguez Larreta debería explicar, por ejemplo, que sin chocar contra los sindicatos va a convencerlos de que colaboren con la estrategia reformista.
La retórica de los halcones y palomas “no es nueva”, explicó Mario Riorda, académico, politólogo y docente. Indicó que “se expandió desde los últimos gobiernos conservadores de Estados Unidos y adquiere sentido de acuerdo al contexto de cada país y de los actores que compiten simbólicamente para ser ubicados en un lado y en otro”.
Según Riorda, la mirada más crítica o más benévola respecto a cada concepto “depende casi siempre de quien ha gobernado y su desempeño”. Además, detalló que “antes sucedía que los perfiles duros (halcones) tendían a morigerar sus niveles de radicalización apuntando a lo que se denomina ‘voto medio’ conforme crecían las chances de gobernar o de tener competitividad electoral”. No obstante, resaltó que “a medida que los contextos de polarización se tornaron más frecuentes, esto dejó de suceder y podría suceder que quienes pueden ser catalogados como halcones, lo terminan siendo, irónicamente, a tiempo completo”.
Halcones y palomas en el Gobierno
Si bien los participantes del estudio cualitativo reconocieron que estas categorías se suelen aplicar a la oposición, también identificaron “halcones” y “palomas” en el oficialismo. Por un lado, incluyeron a la vicepresidenta Cristina Kirchner y al diputado nacional, Máximo Kirchner, en el grupo de los halcones, a quienes los consultados tienden a resaltar su inteligencia y su estrategia. Por otro lado, ubicaron al presidente Alberto Fernández en el sector de las palomas, caracterizándolo por su “tibieza” y cierta torpeza que lo llevaron a cometer graves errores, como el vacunatorio VIP y la fiesta en Olivos durante la pandemia. “Lo que le pasó en Olivos de la foto… además de que estuvo mal, es de boludo, perdón que lo diga así. Recontra paloma”, comentó un votante del Frente de Todos que participó del focus group.
Sobre esta información, Raúl Timerman planteó que los votantes de ambas fuerzas no visualizan las metáforas en términos de dialoguista y duro. “Indudablemente Horacio Rodríguez Larreta y Alberto Fernández son dialoguistas”, pero indicó que los encuestados no los reconocen de esta manera, sino que les asignan valores negativos como los mencionados.
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