Ya es ley: la Corte Suprema tendrá menos miembros

La Corte Suprema de Justicia retornará a su número histórico de cinco miembros, tal como fue gestada en 1860. En un trámite inusualmente ágil, una semana después de su sanción en el Senado, la Cámara de Diputados convirtió ayer en ley la nueva integración del alto tribunal por unanimidad, con una sola abstención.

La votación reflejó a las claras este consenso tan amplio como infrecuente en la Cámara de Diputados: 192 votos positivos y ninguno negativo. La única abstención correspondió al diputado de izquierda Carlos Tinnirello (Capital).

Con esta ley, el Poder Ejecutivo y el Congreso ponen punto final al problema de la integración de la Corte Suprema. Si bien el Gobierno imprimió una profunda renovación al plantel de nueve miembros, no completó dos de sus vacantes, por lo que la Corte sufría reiteradas dificultades para conseguir la mayoría de cinco votos que exigía la vieja norma. Ahora, la mayoría pasará a ser de cuatro votos, número que se mantendrá hasta que el cuerpo pase a tener cinco miembros.

La demora de más de un año en solucionar el problema no preocupaba demasiado al Gobierno y tampoco los reclamos de su nuevo presidente, Ricardo Lorenzetti. Hasta que sucedió el “efecto Misiones”, donde el oficialismo fue derrotado en su intento de instalar la reelección indefinida del gobernador. Aún conmocionado por este revés, el Gobierno quiso dar una muestra de "salud institucional" y, con el impulso de la senadora y primera dama Cristina Fernández de Kirchner (FV-Buenos Aires), desempolvó un viejo proyecto de reducir los miembros de la Corte.

Esta decisión motivó que la oposición, en sus distintas bancas, la calificara de "oportunista". Es que, en rigor, no se trata de una iniciativa novedosa, por el contrario: varios diputados de la oposición habían presentado proyectos en ese sentido, pero el oficialismo no sólo los ignoró, sino que incluso el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, los calificó de "golpistas" cuando la Comisión de Justicia de la Cámara baja aprobó un dictamen el año pasado.

De hecho, varios diputados de la oposición aprovecharon la oportunidad de enrostrar a sus pares oficialistas ese episodio. El radical Pedro Azcoiti (UCR-Buenos Aires) recordó que el Poder Ejecutivo se negó a tratar proyectos en ese sentido presentados por la oposición o a designar jueces en las dos vacantes. "Se ha afectado el principio de igualdad: los proyectos se tratan según la firma que tengan", se quejó el diputado bonaerense, que adjudicó la autoría del proyecto "al pueblo misionero".

Su correligionario Mario Negri (UCR-Córdoba) advirtió sobre el "cesarismo parlamentario" del oficialismo y recordó las acusaciones del jefe de Gabinete contra la oposición por apoyar modificaciones, el año último. "¿Habrá desestabilizado la senadora? ¿Será la suya una jugada perversa? Es un acto de picardía", sostuvo el diputado.

Desde el Justicialismo Nacional, Juan José Alvarez (JN-Buenos Aires) rechazó que la reducción fuera "la clave mágica para mejorar el funcionamiento de la Justicia", mientras que Jorge Vanossi (Pro-Capital) afirmó que "el proyecto es un acto de reparación institucional, pero muestra una visión unilateral e ilimitada del problema de la Corte. Perdemos una oportunidad histórica para los cambios de fondo", afirmó el ex ministro de Justicia.

"Estrategia errática"

Marcela Rodríguez (ARI-Capital), afirmó: "El oficialismo tuvo una estrategia errática en la materia, no contó con una política judicial seria y consistente. Este proyecto es fruto del oportunismo político".

Para Hermes Binner (PS-Santa Fe), "el proyecto va en el camino del respeto al funcionamiento independiente de uno de los tres poderes de la República".

El diputado oficialista Agustín Rossi (FV-Buenos Aires) rechazó los embates de la oposición. El jefe de la bancada oficialista, Agustín Rossi (FV-Santa Fe), rechazó los planteos opositores y destacó: "Teníamos la opción de llenar los dos casilleros vacíos y nadie hubiera podido decir nada, pero es inobjetable que esta decisión significa una autolimitación que se encuadra en la misma línea que veníamos sosteniendo".

Más allá de estos cruces, la oposición celebró la iniciativa oficial, no sólo porque reduce la cantidad de miembros de la Corte; también porque dispone un sistema transitorio de mayorías hasta tanto se consiga la nueva integración de cinco miembros, ya sea por renuncias o fallecimientos.

En este sentido, se establece que mientras la Corte Suprema permanezca con siete miembros, las decisiones de la Corte se adoptarán por el voto mayoritario de cuatro integrantes; igual mayoría se requerirá cuando el tribunal tenga seis miembros.

Ahora bien, cuando la Corte adopte su integración definitiva de cinco jueces, la mayoría será de tres votos.