Pinamar espera un verano exitoso con alquileres que se concretaron antes del balotaje y ahora aguarda la llegada del nuevo Presidente para tener un nuevo impulso; los precios, las zonas y la modalidad de estadías más cortas
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En medio del agitado escenario político que marcó este año, surgieron incertidumbres sobre lo que depararían los meses de vacaciones. Pinamar, como destino costero, no fue ajeno a las fluctuaciones que marcaron la pauta, aunque a pesar de ello, ya vislumbra una temporada prometedora.
Con un aumento del 8% en su población desde el inicio de la pandemia, la ciudad está experimentando una notable transformación en los hábitos de consumo, con inviernos activos y niveles de ocupación sin precedentes. Codiciada tanto por aquellos que buscan pasar las vacaciones como por quienes optan por residir durante todo el año o disponer de casas de fin de semana, esta localidad se posiciona como una de las opciones más buscadas en la costa.
Este año, Pinamar experimentó diversos momentos de alta demanda. “La temporada se adelantó; la gente buscó alquileres con antelación debido a las elecciones”, revela Carolina Laschera, gerente de Comunicación de la desarrolladora inmobiliaria Pinamar S.A. y agrega: “A pesar de la incertidumbre previa, la demanda de alquileres fue notable”. Encontrar disponibilidad se ha vuelto complicado, y fechas como Año Nuevo están totalmente ocupadas.
Efecto elecciones
En relación con los alquileres vacacionales, se ha observado un notable incremento en las reservas en comparación con el año pasado, aunque con fluctuaciones en la demanda dependiendo del momento electoral. Desde el fin de semana de elecciones en octubre, se registró un adelanto en la concreción de contratos de alquiler. Lucio Vera Tapia, dueño de la inmobiliaria homónima, asegura que a esta altura del año firmaron ya más del 80% de las operaciones.
No obstante, otras inmobiliarias observaron que tras un octubre activo se dio una disminución en las consultas después del balotaje a la espera de la asunción del nuevo presidente el 10 de diciembre. “La gente está expectante; antes recibía tres consultas diarias, y ahora apenas una cada tres días”, comenta Matías Melia, inmobiliario de Century 21 Pinamar. “El año pasado la gente se lanzó a reservar post Mundial, por lo que estuvimos paralizados en diciembre, así que esta temporada ya arrancamos mejor en comparación con el año pasado”, explica.
El impulso inicial en las reservas se originó ante la inquietud sobre una eventual alza del dólar hasta la fecha del balotaje. No obstante, con la estabilización de la moneda, Melia apunta que aún no llegaron a los máximos del año pasado. “Vamos a observar cómo se desarrollan las cosas los días posteriores a la asunción, pero si sacamos la foto hoy, estamos un paso atrás, aunque fácilmente recuperable”.
Estadías más cortas
A esto se suma un cambio en la dinámica de las estadías, con aquellos que solían establecerse por un mes en verano ahora prefiriendo estancias más breves en enero y optando por instalarse durante una semana en diversos momentos del año. “La ciudad ahora disfruta de turismo durante todo el año, con un creciente número de familias que la eligen como su residencia”, señala Laschera.
A esto se agrega una mayor preferencia por alquileres temporarios, con tarifas por noche en lugar de por quincena, lo que refleja una mayor flexibilidad en el consumo. “Actualmente, los departamentos y complejos en el centro de la ciudad se alquilan por semana, y aquellos que buscan una estadía de quince días optan por alquilar dos semanas consecutivas. En el caso de las casas, se mantiene la tendencia de alquiler por quincena”, señala Vera Tapia. Además, la tecnología actual facilita reservas inmediatas, especialmente en función del clima, ya que la gente se asegura de planificar escapadas para fines de semana soleados.
En lo que respecta a los precios, este año resulta prácticamente imposible realizar alquileres en pesos. “A pesar de que Pinamar siempre se alquiló en dólares, este año, frente a la incertidumbre, incluso los departamentos más pequeños y asequibles, que anteriormente podían pagarse en pesos, también adoptaron la dolarización”, explica Laschera.
Melia, por su parte, destaca que mientras algunos alquileres el pago se realiza en dólar billete, otros brindan la opción de efectuarlo en pesos con una referencia al valor del dólar blue al momento del pago. La problemática surge cuando se acuerda inicialmente el alquiler en pesos y posteriormente se producen variaciones en el dólar, generando discrepancias entre el monto abonado el día de la reserva y el importe al momento de la entrega de la propiedad.
“Este año se presentaron notables diferencias respecto al anterior, principalmente debido a la inflación. La disparidad en la fijación de precios desde noviembre hasta enero es considerable, desde la confección de tarifas en restaurantes hasta la realización de una reserva. La actual volatilidad de los precios hace que sea extremadamente desafiante posponer la realización de una reserva, ya que las fluctuaciones son tan significativas que la decisión debe tomarse en el momento”, señala Melia.
Sin embargo, según las inmobiliarias, no se han registrado incrementos en el valor del dólar en comparación con el año pasado. “Las propiedades superpremium siempre encuentran inquilinos, y aquellas con precios competitivos también se alquilan rápidamente”, comenta Laschera. Explica que las propiedades intermedias, si no se ajustan adecuadamente en precio, tienden a no ser alquiladas. “Los productos premium, como la zona de Pinamar norte, aumentaron relativamente en dólares un 15% en comparación con el año pasado, pero el valor relativo de la ciudad sigue siendo el mismo”, agrega Melia.
Qué se alquila y a qué precios en Pinamar
“Los departamentos en el centro, bien equipados y de dos dormitorios, están disponibles para alquiler a partir de US$800 por semana”, comenta Vera Tapia. Sin embargo, dado la amplia variedad de ofertas, también es posible encontrar departamentos premium en la franja de los US$3000 por semana. Lo mismo sucede con las casas; algunas pueden costar alrededor de US$2000 por quincena, mientras que otras, especialmente las ubicadas en la exclusiva primera línea de mar, alcanzan los US$15.000, aunque representan una minoría dentro del mercado.
Según Melia, también es posible encotrar casas de tres ambientes a un costo promedio de US$6000 por quincena, mientras que un departamento de dos ambientes se sitúa en los US$3000. El inmobiliario explica que, en el caso de un departamento con servicios para cuatro personas, se manejan alquileres semanales, alcanzando los US$1000 por semana. Por otro lado, señala que el precio promedio de una casa para todo el mes de enero oscila entre US$9000 y US$11.000.
En la actualidad, los amenities más solicitados reflejan una tendencia hacia los barrios cerrados, como La Herradura, Pioneros, Pinamar Chico, entre otros. “Los que están acostumbrados a vivir o pasar los fines de semana en un country buscan los barrios privados como Bosques, ideales para familias. En contraste, la oferta más céntrica suele atraer a un público más joven para estar cerca de la playa y de las propuestas nocturnas”, comenta Laschera.
Entre las principales demandas se encuentran la presencia de piletas, seguridad y cochera cubierta. “La zona de Pinamar norte, a pesar de ser relativamente nueva, goza de una alta demanda. Su ubicación en la frontera la hace particularmente atractiva para clientes interesados en servicios específicos, como la guardería UTV”, explica Melia.
Sin embargo, también se observa un cambio en la elección de aquellos que solían alquilar viviendas, quienes ahora muestran una inclinación por la comodidad de los departamentos con servicios en barrios como Alamos, eludiendo así la responsabilidad del mantenimiento. Parejas que eligen fines de semana también diversifican el perfil de visitantes. “Barrios como Pioneros, que están experimentando un considerable desarrollo, se diseñan más para aquellos que buscan residir permanentemente en Pinamar. Es menos probable encontrar casas disponibles para alquiler en esa zona, mientras que barrios como La Herradura tienden a ofrecer más propiedades para el turista”, agrega la gerente.
El destino elegido por quienes viajan al exterior
En este año, al igual que en períodos de crisis, los argentinos reflexionan con detenimiento antes de optar por viajes al exterior, lo cual resulta beneficioso para ciudades costeras como Pinamar, en particular. “Cuando el dólar está en alza, las personas buscan asegurarse algo en Argentina, y dado que la oferta de casas en barrios privados es de alta calidad, atrae a un público similar al de Costa Esmeralda o a aquellos que solían viajar al extranjero”, comenta Laschera. Además, los fines de semana previos a la temporada, que sirven como termómetro, han sido exitosos, indicando una tendencia hacia estancias más cortas pero intensas para este verano.
Con años de experiencia en el sector, Melia destaca que Pinamar siempre tuvo temporadas prósperas cuando el valor del dólar en pesos argentinos es elevado. Por el contrario, cuando el tipo de cambio se asemeja al internacional, las temporadas se ven afectadas negativamente. “En los años 90 los alquileres apenas llegaban a los 20 días de enero y solo venían los propietarios para luego partir al extranjero. Hoy en día Pinamar cuenta con una ventaja competitiva y comparativa gracias a esta fluctuación cambiaria”, explica el inmobiliario.
En línea con sus experiencias, destaca que Pinamar se presenta como un destino turístico intermedio y premium, respaldado por una infraestructura que ha experimentado un significativo crecimiento en servicios.
La prudencia guía la elección de las personas al reservar dólares, anticipándose a posibles eventos en el país. Prefieren destinos locales donde, además del alojamiento en dólares, puedan utilizar pesos para otros gastos, reflejando así una cautela en el uso de la moneda extranjera.
“La anticipación de la gente está dirigida a conocer las decisiones que tomará el nuevo Presidente en sus primeros días de gestión”, señala Melia. En relación al consumo durante la temporada, existe incertidumbre sobre lo que sucederá. Laschera reflexiona sobre la posibilidad de que, al igual que ocurrió en el pasado en destinos como Punta del Este, las personas aseguren su lugar de alojamiento y lleguen con provisiones.
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