Ubicado en Texas, EE.UU., fue diseñado por el arquitecto Michael Beards en 1919 y formó parte de una estafa inolvidable para la ciudad donde se encuentra ubicado y sus habitantes
Los amantes de la historia y la arquitectura comparten una pasión bastante curiosa: “el rascacielos más pequeño del mundo”, Newby-McMahon, ubicado en Wichita Falls, Texas (Estados Unidos). Aunque su apodo no es oficial, la anécdota tras su construcción es toda una leyenda.
Sin duda esta edificación en el pequeño pueblo de Texas se ha llevado en varias ocasiones el premio a una de las más curiosas. Se trata de una construcción de 12 metros y cuatro pisos levantada en 1919, aunque cuando prometieron construirla se esperaba que tuviese mucho más que solo esa docena de metros de altura.
De acuerdo con El Heraldo, el blog La piedra de Sísifo y el escritor Pedro Torrijos, los antecedentes de este edificio tienen su origen en el crecimiento económico que se dio en la década de 1910 en el viejo estado de Texas.
Allí, pueblos como Burkburnett y Wichita Falls experimentaron una bonanza como pocas: nuevos ricos y negocios prosperaban de la mano de la llegada de migrantes y los yacimientos de petróleo.
La verdadera solución al problema de la falta de espacio no demoró en llegar, en 1919 un hombre llamado J.D. McMahon anunció que construiría un nuevo edificio en el que se podrían albergar nuevas oficinas.
Habiendo hecho promoción de su idea, el hombre recaudó US$200.000 de la época, que a día de hoy son más de US$3 millones, bajo la promesa de que haría un edificio de gran altura para sus inversionistas.
Sin embargo, lo absurdo del cuento radica en los detalles: McMahon redactó los documentos legales de la construcción indicando que la altura del edificio sería de 480′' (pulgadas), en lugar de 480′ (pies), una diferencia que apenas y se notaba en las actas que con gran entusiasmo firmaron sus benefactores.
Esas 480 pulgadas equivalen a 12 metros, y no a los 150 metros que los inversores pensaron que estaban pactando en el documento.
Como frutilla del postre, el hombre utilizó para la construcción a su propio grupo de trabajadores, y edificó los cuatro pisos de la estructura junto al viejo edificio Newby, en terrenos que no tenía permitido construir.
Habiendo terminado el edificio, dice la historia que McMahon abandonó el pueblo de Wichita Falls, llevándose el dinero que le habían entregado, y con él la ilusión de un rascacielos que nunca cumplió.
Según la historia conocida, a pesar de que los inversionistas intentaron recuperar su dinero con una demanda, la información en el documento donde se planificó el edificio les jugó en contra, y así mismo lo ratificó un juez local.
Inaugurado en 1919 y calificado por los habitantes de Wichita Falls como una vergüenza para la ciudad, el llamado “rascacielos más pequeño del mundo” (World’s littlest skyscraper, en inglés) ha logrado sobrevivir al paso del tiempo y de los múltiples ocupantes que ha tenido, así como a las llamas que lo envolvieron en 1931.
Se sabe que su nombre lo adquirió después de aparecer en el programa de televisión estadounidense Ripley’s Believe It or Not (aquí se llamó Aunque usted no lo crea, de Ripey y lo emitía Canal 9) donde fue apodado como se le conoce hasta el día de hoy.
En la actualidad, el Newby-McMahon permanece en el 701 de La Salle en el centro de Wichita Falls. El ladrillo rojo y la piedra fundida que lo conforman son parte del Distrito histórico de Depot Square, es Monumento Histórico de Texas y así lo valida el Registro Nacional de Lugares Históricos.
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