
El hobby de las plantas se transformó en un vivero que ofrece soluciones integrales a los grandes emprendimientos de la zona sur
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Jorge Restelli estudió Administración de Empresas en la Universidad Di Tella y trabajó en una oficina del microcentro hasta que comprendió que lo suyo eran las plantas y no los números. Mientras pensaba en la forma de hacer un negocio con el hobby, porque no se veía a sí mismo regando plantitas todo el día, empezó a cultivar plantas carnívoras en un minilaboratorio que armó en su departamento porteño. Más tarde se decidió y alquiló un basural abandonado en Berazategui para transformarlo en un vivero, aprovechando que en la zona sur siguen creciendo los emprendimientos inmobiliarios.
"Me costaba encontrar la manera de vivir de esto, pero empecé a vislumbrar la posibilidad. Por una cuestión de mercado elegí este predio porque es un municipio que tiene buena recepción para las inversiones y los nuevos emprendimientos", explicó Restelli. Asociado a Ramiro Gehring, paisajista profesional que se involucró en el desarrollo del proyecto, el vivero El Potro finalmente germinó y hoy es una empresa que, además de vender plantas (tiene más de 1000 variedades), ofrece soluciones integrales para grandes urbanizaciones y barrios cerrados, desde diseño y parquización hasta ejecución, plantación y provisión de plantas.
En El Potro se pueden encontrar arbustos y gramíneas, también árboles, herbáceas perennes, orquídeas, plantas carnívoras y bambú, y una colección de crasas. Además dictan charlas para colegios. "No había un vivero en el corredor La Plata-Buenos Aires, así que alquilé el terreno y lo reciclé. Enseguida empezamos a hacer parquizaciones en los barrios que están en construcción, como Las Golondrinas, y otros en Canning. No hacemos trabajos residenciales porque exigen mucha logística y un trabajo más artesanal.
¿Qué hay de nuevo en materia de grandes parquizaciones?
-A nivel paisajístico es importante saber qué estilo se le quiere dar a la urbanización, si es más tropical, si es clásica, etcétera, y en función de eso se eligen las plantas y se arma el diseño. Pero las novedades se ven más en la parte operativa. Los barrios se hacen todavía con un criterio de subdivisión que es rellenar para luego subdividir tierras, como en Nordelta, un terreno bajo rellenado con tosca, pero que es hostil para la parquización. Ahora se hace un buen movimiento de tierras y una elección de plantas adecuadas al lugar para lograr una exitosa parquización, es decir, que tenga un mínimo mantenimiento y el mayor verde posible.
-¿Cuál es la tendencia? ¿Se sigue plantando la palmera en el acceso?
-Sí, pero hay una tendencia a volver a las plantas autóctonas como el ceibo, el guaran guarán, el lapacho, el aguaribay, plantas que requieren menos cuidados. Generalmente se ponen sobre los accesos y espacios comunes, y el propietario se ocupa de la parquización de su lote.
-¿Tenés tu propio jardín?
-Ya tengo cubierta mi parte de verde con el vivero. Vivo en un departamento con un balcón pequeño y la verdad lo tengo medio abandonado.




