
En el kilómetro 44 de la Panamericana ramal Pilar se renueva un paseo a cielo abierto, que propone degustar buenos platos, aprender algo más sobre plantas y disfrutar de expresiones artísticas
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La Aldea, en el kilómetro 44 de la Panamericana, ramal Pilar, acaba de renovarse ofreciendo un paseo comercial a cielo abierto que propone la atracción de la gastronomía, la pasión por el verde y las diversas ramas del arte.
Ocupa una superficie de 33.000 m2 sobre la principal área comercial de la zona, y ya se puede visitar allí La Arboleda, empresa de servicios y parquizaciones; el vivero Estinelly; el taller Mercado de Arte, desarrollado por las artistas María Paladín y Corina Caldelas; la parrilla Mal de Amores, a cargo de Fernando Calatayud, y Pablo Mare, y el salón de eventos y reuniones Ti Bo.
"Los lotes ocupan de 60 a 5000 m2, y se alquilan para que cada empresa o persona desarrolle su local según las necesidades. Los costos son de 15 pesos el metro cuadrado y el servicio de construcción de los locales es optativo y arranca desde 200 dólares el m2. El objetivo es que las casas y comercios mantengan un estilo armónico con el lugar y la naturaleza, con propuestas de calidad", aclara Máximo Bruski, principal responsable de La Aldea, que desarrolla jardines en la provincia de Buenos Aires y el interior.
Potencial artístico
"Nosotras descubrimos que hay mucho potencial en el arte para la gente de la zona, pero muchas mujeres no se atreven a salir de su casa e intercambiar sus creaciones. Una de las alumnas tiene 120 obras suyas en la casa y nunca se animó a exponer. Por eso nuestro objetivo en Mercado de Arte es estimular a los artistas a promocionar sus obras y, además, vendemos todo lo que se hace en los talleres", explica María Paladín, que siempre fue una apasionada por la pintura a pesar de ser bióloga experta en genética humana.
"La idea además es integrar las diversas ramas del arte y no focalizarnos sólo en pintura. Por eso agregamos teatro, música, vitraux, escultura, cerámica, y un taller de plástica que integre a chicos discapacitados. Y ya contamos con alumnos de entre 6 y 82 años", cuenta Corina Caldelas, que dicta clases en la zona de los countries desde hace diez años, y expone las obras en dos restó de Tortugas Norte y Pilar.
"El argentino ama la carne, por eso logramos que nuestra casa con pisos de madera, telas y velas sea la extensión del living y comedor de la casa del country, por lo cual los vecinos vienen todos los días de la semana", cuenta Fernando Calatayud, que junto con Pablo Mare ofrecen todos los días almuerzos especiales para mujeres, un menú ejecutivo y otro infantil.
El objetivo general de La Aldea es armar un modelo atractivo que abarque la pasión por la gastronomía, los detalles del vivero, los muebles de jardín y la ampliada variedad de los talleres de arte para todas las edades, en una zona donde mucha gente que vive en los countries tiene más tiempo durante la semana para acceder a esos gustos.
"La idea es armar un polo gastronómico respetando cada especialidad con restaurantes de diferentes estilos e invitando a las empresas a sumarse con estilos de sushi, comida mexicana, comida española y cantinas. Y por otro lado, todo lo relacionado con el arte, incluyendo decoración, cosas de la casa y servicios, a lo cual se suma el anfiteatro para obras de música y teatro", concluye Bruski, que además tiene un convenio con pasantes de diseño de la UBA para formar gente en La Arboleda.



