La modalidad split se adapta a las necesidades actuales en las que se realizan actividades diversas en la misma vivienda. Se trata de unidades con los dormitorios bien separados. Fueron populares en los años 60, momento en el que los lotes comenzaban a achicarse y ganar funcionalidad era casi una obligación. Hoy vuelven a sonar en el mercado (aunque en menor medida) porque las viviendas son el hogar de múltiples roles y convivencias, donde habitan familias ensambladas que mutan su formación varias veces a la semana y en las que no solo se vive, sino que también se trabaja.
Se trata de una tipología que distribuye dos áreas privadas separadas por un sector social, que logra que ambas zonas de dormitorios tengan privacidad. "Esta tipología de vivienda consiste en la ‘división’ de alguna vivienda de mayor tamaño en otras menores: básicamente en dos o más ambientes separados que generan espacios diferenciados", define el arquitecto Carlos Dibar, del grupo que lleva su apellido.
Parte de esta tendencia nace con las nuevas conformaciones familiares. "El origen se ve en Europa, donde grandes casas, que a menudo fueron ocupadas por familias individuales, han cambiado a lo largo de la historia económica de la ciudad. Ahora están normalmente ocupadas por tres o más familias, compartiendo la casa y las escaleras, por lo que los vecinos que viven en diferentes niveles o habitaciones tienen la oportunidad de interactuar mientras se mueven dentro y fuera de sus unidades personales", explica Dibar.
Para Juan Ignacio Mel, de Mel Propiedades, estas unidades son atractivas por tener una configuración de distribución de los dormitorios diferente al uso y costumbre nuestro. "En la Argentina se suele configurar la distribución de ambientes por asociación: la cocina está al lado de la dependencia, del lavadero y del living, y por otro lado los dormitorios están contiguos a los otros junto con los baños. En una unidad split cada dormitorio se encuentra en un extremo de la unidad (suponiendo un tres ambientes) y en el medio se encuentra el living. Muchas veces el living puede ser usado como dormitorio extra. Este tipo de unidades se popularizó en las zonas estudiantiles donde, para bajar gastos, los jóvenes alquilaban un dos ambientes y se dividían los ambientes entre ellos", cuenta el gerente comercial de la inmobiliaria.
Sin embargo, hoy gana adeptos, también entre las familias ensambladas en las que la cantidad de personas que conviven en una misma propiedad depende de los días de la semana y las distintas dinámicas familiares. "Es el departamento preferido por los Living Apart Together, también conocidos como LAT: parejas que eligen compartir su vida pero que no están dispuestos a vivir bajo un mismo techo todo el tiempo. En general, uno de los integrantes opta por este tipo de unidad. También son los preferidos de los matrimonios que buscan mayor intimidad", explica Mariela Mociulsky, directora de la consultora Trendsity. "Son viviendas en las que la distribución se reacomoda. Su forma depende mucho de la unidad base sobre la que se subdivide: se basa en la zona de estar, comer y cocinar integradas, y a través de algún medio nivel, distintas alturas o separaciones generar el dormitorio con algo más de privacidad.", suma Dibar.
En la Argentina predomina esta tipología todavía es baja, aunque va creciendo porque se venden rápido. "Cuando generamos este tipo de unidades se eligió con el objetivo de maximizar el potencial de la unidad y no fue el objetivo inicial adoptar esta configuración", observa Mel.
Por su parte, Matias Botello, el director comercial de NorthBaires, da cuenta del interés que despertó el proyecto OM Cerviño, en Palermo. “Allí generamos unidades bajo la modalidad split. Se vendieron desde pozo, y los consumidores fueron principalmente parejas jóvenes, sin hijos, que buscaban tener privacidad entre los dormitorios y un área que puede ser utilizada para desarrollar home office o reuniones”, relata el ejecutivo y recuerda que en ese proyecto, el 40 por ciento de las unidades se diseñaron bajo formato split. Cada departamento cuenta con un living con cocina integrada, y un dormitorio a cada lado, ambos en suite. “En el interior del país esta disposición es más frecuente. Es funcional cuando tenés que recibir personas por temas laborales, también para quienes están separados y conviven algunos días con sus hijos. Con este diseño la privacidad está asegurada”, resume Botello.