Realizar un volcán con la harina, la sal y el azúcar.
En el centro incorporar la manteca bien fría cortada en cubos y desgranar con la yema de los dedos.
Agregar la crema de leche y trabajar hasta formar una masa homogénea. Si fuera necesario, verter un poco de leche.
Dividir entre 6 y 8 porciones de igual tamaño. Formar bollos redondos.
Estirarlos hasta que queden de 2 mm de espesor y 25 cm de diámetro, aproximadamente.
Colocar los discos en placas para horno, pinchar con un tenedor y cocinar hasta dorar. Retirar y dejar enfriar.
Colocar un disco en un plato, cubrir con dulce de leche (se puede calentar un poco para que se deslice más facilmente) y repetir la operación hasta formar el rogel.