Tamara Falcó. La hija de Isabel Preysler y la historia detrás de la reconciliación con su novio, con quien se había comprometido

Fue casi un milagro navideño. Según fuentes cercanas a la pareja, Tamara Falcó (41) e Íñigo Onieva (33) hicieron las paces y están muy ilusionados con que esta vez su noviazgo funcione, porque se quieren de verdad. En los dos años que lleva su relación pasaron por varias etapas, superaron juntos algunos malos momentos, y cada uno experimentó una evolución personal que los hizo reflexionar y darse cuenta de que, por encima de todo, está el amor que se tienen. Parece que hace dos meses, pasado el terremoto inicial que significó la mediática ruptura, Tamara e Íñigo decidieron recuperar una mínima cordialidad, reestablecieron la comunicación entre ellos y, a fines de noviembre, se reunieron en secreto por varias horas para dejar de lado sus diferencias. Finalmente, animada por el espíritu navideño, ella, que le perdonó de corazón su infidelidad, tomó la iniciativa y le propuso que fueran juntos a la Misa de Gallo en la parroquia de Puerta de Hierro, ubicada cerca de la casa de Isabel Preysler. Ese día, los sorprendidos feligreses fueron testigos de cómo los entonces ex novios llegaron y se fueron juntos, se sentaron muy cerca sin rastros de enojo, sino cómplices y hasta cariñosos, poco después de que ella ni negara ni afirmara que había iniciado un romance con otro hombre, Hugo Arévalo. Finalmente, y sin que nadie supiera que habían vuelto a ser pareja, el 31 por la noche la reconciliación se hizo oficial durante la comida familiar, cuando Íñigo llegó a la casa de la calle Miraflores justo para el brindis, después de atravesar Madrid en moto. Habrá que dejar correr el tiempo para ver qué pasa, porque había un compromiso de matrimonio que se rompió. Si pese a todo lo sucedido decidieron darse una segunda oportunidad, seguramente sigan teniendo el sueño de casarse, formar una familia y planear un futuro en común.

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