Una forma natural y personalizada de cuidar tu cabello de acuerdo a tus necesidades.
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El shampoo sólido o en barra ganó popularidad en los últimos tiempos gracias a que no necesita packaging ni envoltorios de plástico y a que suele estar elaborado con ingredientes menos agresivos para el cuero cabelludo y el medio ambiente.
Existe una fórmula muy simple que se puede adaptar según cada tipo de pelo y combinar con flores y hierbas de nuestra propia cosecha para añadirle el toque personal, jardinero y orgánico que nuestro pelo merece.
Eleonora Dubini, en su libro SIlvestre, reúne algunas fórmulas magistrales básicas, como la del shampoo sólido que se puede hacer en casa.
Para elaborar un shampoo sólido genérico necesitás:
- 50% de SCI (cocoil isetionato de sodio)
- 9,5% de agua destilada/desmineralizada (o hidrolato o gel botánico)
- 25% de activos botánicos o minerales procesados o molidos (como hierbas, flores, arcillas, avena)
- 5% de aceites vegetales o herbales
- 10% de betaína de coco
- 0,5% de conservante
- Opcional: 0,5-1,5% de aceites esenciales (si los usás, restá este 0,5-1,5% del 10% del agua)
Si querés que haga más espuma, usá la betaína de coco al 10% y los aceites vegetales al 5%. Si querés que sea más nutritivo, hacé al revés
Es necesario usar guantes, gafas protectoras y barbijo, porque el SCI, al manipularlo, desprende un polvo que puede irritar los ojos y los pulmones.
Procedimiento para elaborar tu propio shampoo sólido
Pesá todos los ingredientes.
El SCI viene en polvo, pellets, granulado o trozado. Si tu versión no es en polvo, procesalo o fundilo a baño maría junto con la betaína de coco o con el agua (en el caso de que no uses betaína de coco).
Combiná todos los ingredientes y amasá la preparación hasta que se integre por completo.
Agregá el conservante y amasá la preparación por última vez.
Dale forma al shampoo en moldes individuales rígidos o de silicona, presionando bien para que tome una consistencia compacta. Si querés reforzar el efecto, llevalo una hora al freezer o toda la noche a la heladera.
Podés usarlo enseguida, pero te sugiero esperar entre 24 y 48 horas para que se endurezca más y para que actúe el conservante.
Si utilizaste hierbas o flores molidas, puede ser que algunas se desprendan durante el uso. Para que no te queden esos restos en el pelo, poné el shampoo dentro de una bolsita de lienzo u otra tela con una trama abierta.
Mojá bien el cabello. Frotá la barra de shampoo sólido en tus manos húmedas para empezar a crear la espuma y después pasá la barra por el pelo. Con un par de veces alcanza para generar una muy buena capa de espuma limpiadora. Enjuagá como siempre.
Una hierba para cada necesidad
Para ayudar a combatir la caspa del cuero cabelludo, podés agregar menta y romero en tu shampoo sólido.
Las hojas de ortiga frenan en muchos casos la caída del cabello. Mejoran la circulación del cuero cabelludo, tienen un efecto favorecedor del crecimiento, combaten la caspa, la seborrea y otras alteraciones.
Las flores de manzanilla ayudan a calmar el cuero cabelludo y las mucosas. Tienen un efecto calmante en picores y eccemas. Además la manzanilla aporta brillo y aclara ligeramente el color del cabello. Este efecto se potencia si se deja secar el cabello con la luz del sol.
En medicina natural, las flores del tilo se utilizan para calmar el cuero cabelludo irritado y reducir la grasa en el cabello.
También podes agregar flores molidas de lavanda, rosas o jazmines a tu shampoo sólido para aportarle tu toque personal y aroma.
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