La curiosa planta que es capaz de secarse por completo y volver a hidratarse
Su asombroso ciclo de vida, adaptado a las condiciones extremas del desierto, ofrece valiosas lecciones para la jardinería.
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PARA LA NACIONValeria Burrieza
La naturaleza guarda una curiosa diversidad de mecanismos para la supervivencia y entre sus ejemplos más fascinantes se encuentran los de esta planta que desafía las convenciones de lo que consideramos “vida en condiciones extremas”.
Conocida popularmente como “rosa de la resurrección” o “musgo de los desiertos”, Selaginella lepidophylla “no es una rosa sino un tipo de helecho famoso por sus capacidades únicas para la supervivencia en ambientes áridos”, explica la paisajista Agustina Anguita, especialista en diseño.
Es capaz de sobrevivir en condiciones áridas durante largos periodos de tiempo, lo que la convierte en un referente natural de resistencia frente a la sequía
Su asombroso ciclo de vida, adaptado a las condiciones extremas del desierto, no solo despierta la curiosidad, sino que también ofrece valiosas lecciones para la jardinería en climas secos y el estudio de la resiliencia biológica.
Originaria de las regiones áridas de América del Norte y Central, especialmente del desierto de México y el suroeste de Estados Unidos, Selaginella lepidophylla es una planta que pertenece a la familia de los helechos, aunque su aspecto se parece más al de los musgos.
Su capacidad para resistir la sequía extrema está relacionada con un proceso biológico único: cuando las condiciones de humedad son escasas, la planta entra en un estado de “latencia”, en el que parece morir y secarse por completo. Sin embargo, basta con que el ambiente reciba una ligera lluvia para que, como por arte de magia, reviva en cuestión de horas, desplegando sus hojas y recuperando su vigor.
El secreto de su hidratación
El secreto de esta adaptación radica en su capacidad para deshidratarse de manera controlada. Durante la sequía, la planta puede perder hasta el 95% de su contenido de agua y aún así seguir conservando la integridad de su estructura celular.
Esto es posible gracias a una combinación de mecanismos fisiológicos y bioquímicos que permiten que sus células se deshidraten de forma reversible sin sufrir daños permanentes.
La planta es capaz de almacenar en sus tejidos una especie de “protección natural”, que le permite resistir la deshidratación extrema sin que se rompan sus estructuras celulares más delicadas
Pero eso no es todo. Además, Selaginella lepidophylla cuenta con una notable habilidad para “rehidratarse” casi inmediatamente al entrar en contacto con el agua.
Este proceso es facilitado por una capa de células especializadas en la superficie de sus hojas que permiten la rápida absorción de agua, acelerando su recuperación tras la lluvia.
Esta capacidad de volver a la vida en cuestión de horas tras una tormenta no solo es un fenómeno espectacular desde el punto de vista botánico, sino que también inspiró investigaciones en el campo de la biotecnología y la ingeniería de materiales, donde se estudian sus mecanismos de preservación y reactivación para aplicaciones en ambientes extremos.
Una enseñanza
En jardinería, Selaginella lepidophylla ofrece una lección sobre cómo las plantas pueden adaptarse a las condiciones más severas. Su resistencia a la sequía la convierte en una opción interesante para jardines de bajo mantenimiento, especialmente en regiones áridas o semiáridas donde la gestión del agua es crucial.
No obstante, aunque la planta es capaz de resistir la desecación prolongada, es fundamental entender que para su crecimiento óptimo necesita un ambiente controlado en términos de temperatura y luz, ya que en exceso de calor o luz directa e intensa durante demasiado tiempo puede dañar su delicada estructura.
Esta planta nos da una lección sobre la increíble capacidad de adaptación de las plantas y sobre cómo, a lo largo de miles de años de evolución, algunas especies desarrollaron mecanismos extraordinarios para enfrentar los desafíos más grandes de la naturaleza.
