Después de una larga espera, Paula Méndez Carreras instaló acá su espacio de trabajo, respetando patrones originales, como el patio con aljibe.
Hace una década que Paula Méndez Carreras compró esta casa antigua en San Antonio de Areco, en medio de una sucesión que involucraba a 84 herederos y que tardó seis años en destrabarse. Recién entonces pudo tomar posesión de la propiedad, sobre la cual proyectaba grandes planes gastronómicos, con un presupuesto ajustado como para hacerlos realidad.
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“Durante todo ese tiempo de espera, muchas veces cerraba los ojos y me imaginaba entrando por el zaguán. Veía el lugar despojado, con paredes vacías y puertas verdes”, se acuerda. Sus sueños quedaron perfectamente plasmados en el proyecto que reunió al arquitecto Javier Jordán, a la paisajista Florencia Lagos, y a Virginia Lagos Mármol en el interiorismo.
Paula estudió en la reconocida escuela parisina Le Cordon Bleu. Continuó su formación y carrera profesional en Londres, Nueva York, Singapur, Líbano y Australia. En la Argentina, dirigió las cocinas de varios restós en Buenos Aires y condujo programas de televisión, hasta que decidió mudarse a San Antonio de Areco, donde abrió Corazonada hace 7 meses.
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El diseño de la iluminación fue fundamental para resaltar las fachadas y el paisajismo.
Sueño cumplido
"Descubrí que, a lo largo de los años, las flores fueron constituyendo el hilo rojo de mis platos. Por eso, me gustó la idea de que en el jardín de Corazonada aparecieran aquellas que cosecho para llevar a la mesa."
Paula Méndez Carreras
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En el patio y el jardín, hay distintos rincones, cada uno con impronta propia: una pérgola en sombra, un sector de horno a leña, un aljibe y la huerta.
Símbolo de pueblo
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El interior de ladrillos es un fiel y encantador símbolo del pueblo, donde la mayoría de las construcciones tradicionales están hechas con este material.
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Las pantallas de ratán fueron el punto de partida para la decoración, al igual que el color verde de las puertas.
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Las sillas y bancos de la mesa donde Paula da sus clases se pintaron del mismo verde que las puertas.
Salón principal
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Se alternaron mesas cuadradas y circulares. A la derecha, una con tapa de cuero de pergamino con vistas directas al jardín.
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“Este proyecto se basó por completo en la intuición. No tuve un business plan ni planillas de cálculo, sino confianza en lo que hacía y un buen equipo de trabajo”.
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Relajado jardín
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Las medianeras se pintaron en color tierra, una decisión estratégica que realza el follaje y hace vibrar el verde.
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Esencia austera
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Si bien la ambientación es despojada, la paleta y el juego de materiales fueron pensados en detalle para destacar la belleza del lugar y su esencia austera.
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Las puertas del zaguán abren la circulación a los espacios más concurridos de Corazonada: el salón principal y el aula-cocina.
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Los colores actuales surgieron de la casa original. El verde cerúleo estaba en las puertas; el amarillo cúrcuma y el rosa, ocultos en las paredes detrás de varias capas de pintura.
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