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NUEVA YORK (The New York Times).- ¡Engordaste!", es un elogio tradicional en las islas Fiji, dicen los antropólogos. De acuerdo con la cultura tradicional de la nación del Pacífico Sur, los invitados a una cena deben comer tanto como les sea posible. Un cuerpo robusto y redondeado es la norma para hombres y mujeres y piernas flacas es un insulto mayor. Adelgazar es considerado un hecho preocupante.
Pero todo eso puede cambiar ahora que llegó 90210 . Sólo algunos años después de la introducción de la televisión en una provincia de la isla principal de Fiji, Viti Levu, los desórdenes alimentarios -de los que jamás se había oído hablar- están en alza entre las adolescentes, según un estudio presentado recientemente en las reuniones de la Asociación Psiquiátrica Americana, en Washington.
Ahora, las jóvenes ya no sueñan con parecerse a sus madres y tías, sino a las estilizadas protagonistas de Melrose Place y Beverly Hills .
"Estoy muy pesada", se lamentaba una de ellas durante una entrevista con los científicos del equipo de Anne E. Becker, directora de investigaciones del Centro de Desórdenes de la Alimentación de la Escuela de Medicina de Harvard, que investigaron los cambios en la imagen corporal y en las prácticas alimentarias de Fiji durante los últimos tres años.
La joven de Fiji dijo que sus amigas también le decían que está muy gorda, "y muchas veces me deprimo porque siempre quiero adelgazar".
La doctora Becker y sus colegas estudiaron un grupo de 63 estudiantes secundarias de Fiji, con un promedio de 17 años.
El trabajo comenzó en 1995, un mes después de que los satélites comenzaron a enviar señales de televisión a la región.
En 1998, los investigadores estudiaron otro grupo de 65 chicas de las mismas escuelas, con la misma edad, peso y otras características que tenía el primer grupo.
El 15% de las jóvenes del estudio de 1998 afirmó haberse inducido vómitos para controlar el peso, en comparación con el 3% del estudio de 1995. Y el 29% de las estudiantes obtuvieron altos puntajes de riesgo de sufrir desórdenes alimentarios, contra el 13% en el estudio realizado tres años antes.
Los investigadores descubrieron que las chicas que confesaban mirar televisión tres o más noches por semana en el estudio de 1998 eran un 50% más propensas a describirse como demasiado gordas , y hacían dieta con una frecuencia 30% mayor que las que no veían tanta TV.
Muchas estudiantes referían que querían verse como las mujeres occidentales que protagonizaban las series televisivas. Una joven dijo que con ese fin sus amigas cambiaban sus peinados y apariencias. "Para ser como ellas, tengo que trabajar sobre mi cuerpo y cambiar mis hábitos alimentarios", afirmó.
Sin embargo, Marshall Sablins, profesor emérito de antropología de la Universidad de Chicago, dijo que él duda de que la televisión sea el único factor que origina los cambios. "Creo que la televisión es una suerte de metáfora de algo más profundo", afirmó.
Los residentes de las islas Fiji tienen acceso a un solo canal de televisión que transmite programas de los Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia. La doctora Becker dijo que el aumento de los desórdenes alimentarios, como la bulimia, pueden ser una señal de que la cultura está cambiando tan rápidamente que ellos están teniendo dificultad en ajustarse a las transformaciones.
"Los adolescentes son muy conscientes de que la cultura tradicional no los provee bien para negociar los conflictos que presenta la economía global de 1990.
En otras sociedades del Pacífico, dijo la doctora Becker, similares cambios culturales fueron acompañados por un aumento de los problemas psicológicos entre los adolescentes. Los investigadores especularon, por ejemplo, que el rápido cambio social había jugado un papel importante en una ola de suicidios de adolescentes ocurrida en Micronesia, en 1980.





