Cemento oculto en potes de mermelada y un boquete, parte del plan de una fuga cinematográfica
Al revisar el tercer piso del módulo 6 del penal de Villa Devoto, los guardiacárceles descubrieron la pared rota y los materiales preparados para concretar la evasión
Un plan de fuga, pergeñado por un grupo de internos alojados en el penal de Villa Devoto, fue desbaratado en las últimas horas por efectivos de Seguridad Interna de dicha cárcel.
Durante una requisa sorpresiva realizada en los últimos días, los guardiacárceles encontraron un boquete oculto detrás de unas cajas en el sector común de los pabellones 45, 47 y 49, del módulo cercano a la esquina de Pedro Lozano y Desagüadero.
Según fuentes judiciales, ese boquete les hubiera permitido llegar a los presos que intentaban evadirse a los túneles que pasan por debajo de los pabellones. Esos túneles son utilizados por los guardiacárceles para acceder a los pabellones en caso de motines y revueltas y en situaciones que permitan evitar que algún efectivo penitenciario pueda ser tomado como rehén.
Debido a que esos pasadizos terminan en la denominada “tierra de nadie”, una zona situada en medio de los dos anillos de murallas del centenario penal, los investigadores judiciales no descartaron la posibilidad que indicaba que desde allí, los presos, con la complicidad de algún agente del servicio de seguridad externa, planearan llegar a la calle a través de alguna de las puertas que habría sido liberada previamente.
Uno de los detalles que llamó la atención de los guardiacárceles fue el hallazgo de casi ocho kilogramos de cemento ocultos en potes de mermelada acopiados en una caja en el denominado “depósito de mercaderías secas, detrás de un balde basura”.
Fuentes de la investigación indicaron que los presos que planeaban la fuga habían requerido ese cemento para reforzar parte del pasadizo que les permitiría llegar a los túneles y así, evitar un eventual derrumbe.
A raíz del hallazgo del cemento, que estaba en el sector destinado a guardas los alimentos no perecederos para los presos alojados en el tercer piso del módulo 6, los guardiacárceles se dedicaron a revisar los baños, cámaras de carne, verduras, suministro y cocina.
Además, del cemento, los efectivos de Seguridad Interna secuestraron doce celulares con sus respectivos cargadores y auriculares.
Otra de las hipótesis que investigaban los responsables de la pesquisa se relacionaba con la posibilidad de que el boquete y el pasadizo tuvieran como objetivo el acceso a los túneles y así pasar a otros pabellones para poder concretar un homicidio por encargo.
Esta actividad, rentable para algunos presos, quedó al descubierto durante la investigación del homicidio de un inspector de la Policía Federal que se había dedicado a buscar un sicario dentro del penal de Villa Devoto para asesinar a Max Alí Alegre, alias Alicho, uno de los jefes de las bandas de narcotraficantes que dominan la venta de drogas en los asentamientos de San Martín y de Loma Hermosa, situados al costado del Camino del Buen Ayre, entre Debenedetti y la ruta 8.
El boquete y el cemento fueron descubiertos cuando faltaban diez días para que se cumplieran 28 años de la cinematográfica fuga de esa cárcel, protagonizada por Luis “El Gordo” Valor, Hugo “La Garza” o “Cacho” Sosa Aguirre, Carlos Dante Paulillo, Julio Enrique Pacheco y Emilio Nielsen Rodríguez.
Según expresó el fiscal Roberto Amallo, durante el juicio oral que terminó con la condena a siete años de prisión para Valor y sus cómplices, “aprovecharon que eran trasladados al patio para descolgarse al patio de juegos y tomar el corredor del baño de mujeres, para llegar al Hospital Penitenciario Central. Allí utilizaron armas de fuego para amenazar al personal penitenciario del hospital y, tras reducirlo, trasladarlo al quirófano auxiliar de enfermería”.
El representante del Ministerio Público consideró también que quedó probado que “mediante el uso de armas de fuego obtuvieron guardapolvos de médicos y de enfermeros, un estetoscopio, un uniforme de oficial y la llave que les permitió abrir la puerta que conduce a la plaza de armas”.
Después se descolgaron del muro con sábanas anudadas, llegaron a la calle y abordaron un Peugeot 504 en la esquina de Desagüadero y Pedro Lozano. Esa parte de la fuga fue grabada por un vecino y en la imagen aparecía Valor con su mirada dirigida a la cámara.
Cincuenta días después que lo condenaron por la fuga, Pacheco volvió a huir de la misma cárcel. Así se convirtió en el único preso que logró escapar dos veces del penal de Villa Devoto.
Pacheco, junto con Maximiliano Noguera, Daniel “Tractorcito” Cabrera y Gabriel Chiavasco, salieron del penal, vestidos con ropas que les quitaron a los abogados que, por entonces, visitaban a sus defendidos y exhibieron las credenciales sustraídas a los letrados.
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