El gobernador y el jefe de policía "alentaron" el reclamo social por la inseguridad en Santa Fe
Perotti reconoció que hay en la ciudadanía "un hartazgo" por los "años sin respuestas" y Sarnaglia dijo que "la gente se tiene que manifestar en las calles masivamente"
ROSARIO.- No es común que un gobernador que está en funciones y su jefe de policía promuevan que los ciudadanos salgan a protestar por la inseguridad que el Estado -ellos mismos- deberían combatir.
Este hecho inédito ocurrió este jueves en Santa Fe, donde en medio de las tensiones por la negociación con la oposición en la Legislatura de la llamada ley de "necesidad pública", Omar Perotti y el mandamás de la fuerza de seguridad provincial, Víctor Sarnaglia, dijeron públicamente que "estaba bien" aquel reclamo en las calles porque "los ciudadanos están hartos de años sin respuestas".
Sarnaglia fue incluso más allá: "La gente se tiene que manifestar en las calles, y masivamente, porque las últimas marchas no pasaban de 70 personas", sostuvo.
"Me parece muy bien, ¿por qué? Porque hay hartazgo, son demasiados años sin respuestas, donde la gente dejó de movilizarse porque sentía que nadie los escuchaba. El control social es fundamental para enfrentar el delito; el silencio es lo que ha generado en muchos años el crecimiento, la propagación del delito", afirmó el gobernador.
"Tenemos que enfrentar las secuelas de una sociedad que se organizó en los últimos tiempos con un delito creciente y con un Estado retirándose y ausente de muchos sectores, retirándose desde la institución policial en la instrucción, la capacitación, la formación, el equipamiento... por lo tanto, que el vecino asuma claramente una señal de reclamo es, para mí, una señal muy saludable", sostuvo Perotti.
Lo llamativo es que el proyecto de ley de necesidad pública, que ayer tuvo media sanción del Senado -con mayoría peronista-, sufrió recortes sensibles en seguridad, uno de los rubros en emergencia. El bloque liderado por Armando Traferri, a quien el ministro de Seguridad, Marcelo Saín, vincula con sectores "oscuros" de la policía, fue el impulsor de los cambios, entre los que se destacan cuatro puntos.
Saín pedía que el Ministerio manejara los gastos reservados de la policía y no que lo hiciera cada cuerpo policial en forma autónoma; que se flexibilizaran los límites para hacer licitaciones o compras de insumos para seguridad; que el ministerio modificara las bases orgánicas y normativas del régimen policial, y que tuviera la facultad de cambiar y reasignar dependencias y funciones actuales de la policía.
Anoche se realizaron cacerolazos en más de 20 puntos de la capital santafesina. Miles de personas salieron a expresar su reclamo por la falta de seguridad, sobre todo en lo cotidiano, con robos y arrebatos permanentes tanto en el centro como en los barrios.
Cambios y preocupación
Anteayer fueron removidos los jefes de la Unidad Regional I, Julián Alegre y Arnoldo Suárez. La crisis recrudeció con el crecimiento de los homicidios. En la capital provincial, de 450.000 habitantes, hubo 22 asesinatos en lo que va del año; en Rosario la cifra llega a 49.
La preocupación por la inseguridad en Santa Fe llevó al presidente, Alberto Fernández, a referirse al problema en su visita del jueves pasado a Rosario, y luego en la Asamblea Legislativa, el domingo, cuando anunció la creación de una secretaría de narcotráfico y de un juzgado y una fiscalía federal en San Lorenzo, ciudad que está a 30 kilómetros de Rosario y donde está la zona de las terminales portuarias del complejo agroexportador.
En el Ministerio de Seguridad están disconformes con la cantidad de gendarmes que la ministra nacional Sabina Frederic asignó para Rosario y Santa Fe. Son unos 3000 gendarmes que realizan operativos en barrios y rutas, pero tienen escasa visibilidad, a diferencia de despliegues anteriores. Ante esta situación, Saín ordenó que la Tropa de Operaciones Especiales (TOE) adiestre en este tipo de operativos en barrios "calientes" a las Policías Comunitaria y a la de Acción Táctica.
La tensión por los reclamos subió de tono en el ámbito político así como en las calles. El intendente de Santa Fe, Emilio Jatón, convocó al Consejo de Seguridad Urbana del municipio, en momentos en que Saín se reunía con los concejales rosarinos para explicarles el tenor de la crisis, la falta de fondos y la emergencia "real" en la que está la ciudad por la violencia que derrama el crimen organizado y el narcotráfico. En el desayuno, que duró seis horas y se extendió hasta pasado el mediodía, el ministro explicó además los problemas de complicidad de la mafia narco con la policía y alertó sobre la falta de policías para la prevención.
"Santa Fe vive también una interna entre mafias policiales que quieren enfrentar a cualquier gobierno. Si la política no entiende eso le hace el juego a esas mafias. Esta imagen de la reunión con el ministro habla de fortaleza", señaló el concejal de Cambiemos Roy López Molina.
La tensión en la capital provincial fue en ascenso. Y sumó bronca luego de que Jerónimo, de 5 años, fue herido de bala cuando andaba en bicicleta en Villa Hipódromo y quedó en medio de un enfrentamiento entre bandas.
Cacerolazos en 18 puntos neurálgicos de la capital
A las 20, el inconfundible golpeteo rítmico de las cacerolas resonó por toda la ciudad de Santa Fe, en una protesta masiva e histórica que tuvo como eje un reclamo urgente: más seguridad. En respuesta a una convocatoria a través de las redes sociales, miles de ciudadanos ganaron las calles en al menos 18 puntos de la ciudad. "¡Se siente, se siente, el pueblo está presente!", gritaban al unísono, al tiempo que, con el batir del metal, retaban al gobierno provincial: "¡Tenemos que aturdirlos para que nos escuchen!".
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