Los delincuentes sexuales siguen al acecho en tiempos de la cuarentena
Cuando el 10 de marzo pasado los efectivos de la Policía Federal irrumpieron en una casa de Villa Tesei para detener a un acusado de traficar videos de niños abusados sexualmente, hallaron una caja fuerte empotrada en la pared. Al abrir el cofre de seguridad, los investigadores descubrieron un listado de diez direcciones de correo electrónico, con una llave dibujada a cada lado que indicaba que a todos se accedía con la misma clave. Cada una de esas casillas de mail correspondería a los distintos perfiles que el acusado de pedofilia utilizaba para navegar en las redes.
En los últimos días, la Justicia de Garantías de Morón aceptó el pedido de la fiscal Marisa Monti y le dictó la prisión preventiva al dueño de la caja fuerte y de la línea telefónica desde la que se difundieron 93 archivos de menores, filmados en escenas de sexo explícito. Según la investigación encarada por el Ministerio Público bonaerense, al menos seis de esos 93 archivos contienen imágenes de niños menores de 13 años.
Además de la gravedad del delito, similar al que derivó en la condena al pediatra Ricardo Russo, el hallazgo de las direcciones de mail guardadas en la caja fuerte, abonaron la sospecha entre los investigadores sobre la posibilidad de que el imputado hubiera utilizado esos correos electrónicos para abrir perfiles falsos en distintas redes sociales. Esa multiplicidad de contactos constituye una de las características que definen a los delincuentes que se dedican a acosar sexualmente a través de internet a niñas, niños y adolescentes, una figura penal conocida como grooming.
"El perfil del adulto que ejecuta el delito de grooming corresponde a un depravado sexual que sale a la caza de las víctimas. Encuentra esas oportunidades en las redes. Una vez que se gana la confianza del menor, ese adulto ejecuta distintas variables de manipulación, haciendo valer su situación de poder. A partir de ese momento, comienza la extorsión o la amenaza", explicó el abogado penalista Hernán Navarro, fundador de Grooming Argentina, una ONG dedicada a la prevención de este delito.
La figura penal del grooming fue incluida en el Código Penal a partir de la sanción de la ley 27436. En el artículo 131 se estableció una pena de 6 meses a 4 de años de prisión, para el que "por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contactare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma".
Una necesaria supervisión
Y la cuarentena por el coronavirus puede aumentar el peligro en estos casos. "Debido al aislamiento social obligatorio que se ordenó por la pandemia, se suspendieron las clases y con los chicos en sus casas, aumentó notablemente la conectividad de los menores a internet. Niñas, niños y adolescentes recluidos y altamente conectados a las redes potencian el riesgo de grooming en los hogares", dijo Navarro, quien también se desempeña como profesor de Derecho Penal en la Universidad de Morón.
El "sexting" es una de las prácticas más riesgosas que realizan algunos menores en medio de ese alto nivel de conectividad. En esta actividad, una niña o un niño comienzan a intercambiar imágenes o videos personales de contenido sexual, de forma consentida. Pero, sin saber que después esos archivos pueden llegar a delincuentes sexuales.
"La práctica del 'sexting', constituye un vehículo para potenciar el negocio de la distribución de videos e imágenes de menores en situación de abuso sexual infantil. El 'sexting' naturaliza la pérdida del derecho a la intimidad de las personas por eso es tan peligroso. El riesgo aumenta si se tiene en cuenta que los menores no tienen dimensión del peligro de que esas imágenes puedan caer en manos de alguien que pueda comercializarlas", agregó Navarro.
El fundador de Grooming Argentina, manifestó que una forma de prevenir este delito consiste en que los adultos responsables de los niñas y niños supervisen y administren la utilización de los dispositivos móviles con los que los menores se involucran con Internet.
"Uno de los caminos más eficientes para prevenir el grooming es la desintoxicación digital. Que se pueda transformarse el aburrimiento en creatividad. También resultaría efectivo, regular los horarios de uso de esos dispositivos móviles y aplicar normas de utilización de Internet", sostuvo Navarro.
Alerta internacional
A partir del hallazgo de las diez direcciones de correo electrónico en la caja fuerte del sospechoso de Villa Tesei los responsables de la investigación judicial comenzaron los peritajes para tratar de establecer si el imputado pudo haber utilizado esas casillas de mail para abrir perfiles falsos con el objetivo de buscar imágenes de menores en las redes, en la modalidad de grooming.
Durante el allanamiento los investigadores del Ministerio Público de Morón, secuestraron el celular del imputado, que habría sido identificado como Walter Pandini, quien vivía junto a sus padres y no tenía un trabajo fijo. Según fuentes de la investigación, uno de esos archivos corresponde a la filmación de un abuso sexual sufrido por una menor, en Jujuy, cuyo autor fue condenado. Esa imagen figura en la base de datos de Interpol, que contiene los rostros de todos los menores que fueron víctimas de abusos y que fueron aportados por las distintas fiscalías del mundo.
La investigación contra el acusado de Villa Tesei comenzó a partir de una denuncia realizada por los responsables de una de las empresas de búsqueda en internet más importantes del mundo. Su sistema de seguridad alertó sobre un usuario que, en la Argentina, utilizaba una aplicación para compartir fotos y videos de menores en situaciones de abusos sexuales.
Si bien le clausuraron la cuenta en varias oportunidades, los responsables de la empresa propietaria de la aplicación advirtieron que ese usuario volvía a abrir esa herramienta con otra identidad. Entonces, la empresa presentó una denuncia en Estados Unidos ante la National Center Missing Exploited Children (Ncmec) que, envió al Ministerio Público de la Ciudad de Buenos Aires, la acusación con la identificación del sospechoso y del dispositivo móvil desde el que se distribuían las imágenes.
Debido a que el domicilio del imputado está en el conurbano, el caso pasó a la Procuración bonaerense que derivó el expediente en la fiscalía N° 5 de Morón, que está de turno permanente para investigar las denuncias originadas por estos delitos de características trasnacionales, debido a que los servidores de Internet y las prestadoras del servicio están en los Estados Unidos.
En la investigación se determinó que, el 16 de enero pasado, "el acusado publicó un video cuyo contenido posee imágenes de una persona, menor de 13 años, teniendo sexo", según se consignó en la resolución en la que se dispuso la prisión preventiva para el sospechoso, que se presentaba como "Walter1971".
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