Tenía el manejo de la seguridad del boliche
Para la Justicia, Raúl Villarreal tuvo la posibilidad de remediar muchas de las irregularidades que había en el boliche República Cromagnon la noche de la tragedia en la que murieron 194 personas y que agravaron el riesgo para los cuatro mil espectadores que fueron al recital de Callejeros el 30 de diciembre de 2004, pero no lo hizo. Al contrario, a pesar de la experiencia que tenía en la organización de espectáculos no aplicó ninguna medida para atenuar el peligro que implicaba que el público ingresara en un local donde se vendieron más tickets que el máximo de la capacidad permitida.
Durante el juicio que terminó con la condena contra Villarreal, quedó probado que era el nexo entre Omar Emir Chabán, máximo referente de Cromagnon, con el subcomisario Carlos Díaz, de la seccional 7a.
Durante la instrucción del sumario por la tragedia de Cromagnon la jueza María Angélica Crotto y el fiscal Juan Manuel Sansone secuestraron un cuaderno en el que figuraba que Villarreal pagaba una suma dinero a los jefes de la comisaría 7a. con jurisdicción en la zona de Once, donde funcionaba el boliche, para que los dejaran trabajar tranquilos.
En el primer juicio oral, que terminó en 2009, Villarreal fue absuelto por el trágico incendio, pero resultó condenado por cohecho, al comprobarse que pagaba coimas.
No obstante, cuando esa sentencia fue revisada por la Cámara de Casación, el tribunal decidió condenar a Villarreal por su presunta responsabilidad en el incendio y confirmó el veredicto por el cohecho. Según los testimonios y pruebas en el expediente que instruyó la jueza Crotto, Villarreal era el hombre de confianza de Chabán y su subordinado. Manejaba a los custodios que se asignaban a la seguridad del boliche.
Con respecto a la noche de la tragedia, los jueces consideraron que Villarreal permitió el ingreso de seguidores de Callejeros sin que se efectuara el "cacheo" de rigor y pese a tener autoridad para modificar las salidas no dio ninguna orden para agilizar las vías de escape. Para la Justicia, Villarreal estaba al tanto de las irregularidades que había en el funcionamiento del local, pero no hizo nada para modificarlas.