Vicentin: tras la crisis, el apellido fundador no figura en el directorio

De un imperio y codearse en el top ten de los exportadores más importantes de granos y subproductos del país a una empresa que todavía está tratando de reconstruirse, proceso judicial mediante, luego de una crisis que dejó a Vicentin una deuda en pesos superior a los $122.000 millones.

El 5 de diciembre de 2019, cinco días antes del recambio presidencial de Mauricio Macri por Alberto Fernández, la empresa anunció que estaba en una situación de “estrés financiero” y entraba en virtual default luego de que se combinaran una serie de factores, entre ellos, un adelantamiento de cancelaciones de pagos por mercadería a productores que temían una suba de retenciones con el nuevo gobierno. Más allá de la crisis en la firma, Vicentin volvió hoy a impactar en los medios por la muerte del sobrino del fallecido Sergio Nardelli, ex CEO de la compañía agroexportadora. La autopsia apunta a que Nicolás Nardelli, de 37 años y que no había participado de la empresa, se habría suicidado.

En 2018, la cerealera se había ubicado en el sexto puesto de los exportadores con 570.333 toneladas de granos, 4,9 millones de toneladas de harinas y 1,05 millones de toneladas de aceites. Ese año tuvo un 9% de participación en el mercado de la exportación. Las ventas de todo el grupo superaron los US$4200 millones.

Después de la caída que afectó, además de A productores a entidades financieras como el Banco Nación (con una acreencia de US$300 millones) y organismos internacionales (debe US$530 millones a un grupo de cinco bancos), se supo que la empresa había perdido en 2019 más de $52.000 millones. Luego, en 2020, achicó el pasivo a $15.194 millones.

Lo que siguió apenas entró en crisis fue la presentación de su concurso de acreedores y el intento del presidente Fernández de expropiarla en junio del año pasado, un proyecto fallido en medio de banderazos que se realizaron en distintos puntos de la Argentina. Por el concurso, el juez a cargo, Fabián Lorenzini, viene de otorgarle hasta el 20 de noviembre próximo el plazo para que presente un plan de pago a los acreedores.

De la gran exportadora que fue, el nuevo directorio de la empresa, que no tiene a nadie de la familia Vicentin sentado, viene trabajando en una política de recomposición de la actividad. En esa línea, lo viene haciendo con el alquiler de plantas del grupo a otras compañías. Eso le permitió generar ingresos y cumplir compromisos.

En julio pasado, por ejemplo, el total de los ingresos relacionados a molienda de cereales y oleaginosas para fasón, almacenaje, y elevación alcanzó los US$ 6.750.000. Se trata de un monto que casi empató los costos en un mes donde se abonaron aguinaldos. Los meses anteriores marcaron números positivos.

Para destacar, en medio del concurso de acreedores en marcha, hay tres empresas exportadoras que mostraron su interés por comprar mediante una capitalización (hasta el 90%) a la cerealera. Se trata de la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), Molinos Agro y Viterra Argentina (esta firma antes se llamaba Oleaginosa Moreno Hnos. SA, de la multinacional Glencore), firmas que están trabajando con la firma para avanzar en su control.