Choferes de la línea 60 cortaron rutas en reclamo de seguridad
Eran las 4.30 de ayer cuando el colectivo de la línea 60 llegó a la terminal. "Flaco, llegamos a Escobar", le dijo el conductor, Fabián Valerio Verón, a un joven que venía dormido en la primera fila. Pero, en cuestión de segundos, éste y dos más, que venían detrás, le ordenaron al chofer: "Apagá las luces, vamos a romper la máquina [de boletos], no te vamos a hacer nada". Pero no cumplieron. Cuando no pudieron acceder al botín, los asaltantes le cortaron al chofer el dedo índice de la mano derecha.
Según relató Verón en el Hospital Privado Modelo de Vicente López, donde permaneció internado hasta la tarde, los jóvenes se subieron en la parada 197, de la ruta 9. "El primero mostró un revólver, los dos de atrás, una especie de hacha. Me hicieron ir hasta un descampado, donde siguió un forcejeo y el intento de ellos por abrir la máquina. De repente, me cortaron el dedo. Busqué ayuda en una casa [en Güemes y la ruta 9] y después la policía me auxilió", dijo.
El hecho desató la indignación de los colectiveros de la línea 60 y suscitó los cortes, a primera hora de la mañana, de varias rutas de acceso a Escobar, entre ellas, la colectora de la ruta Panamericana en sentido hacia el Norte. Hoy, a las 8, se repetirán las medidas de fuerza, afirmaron ayer los delegados, tras la última asamblea realizada en Ingeniero Maschwitz.
Conflicto gremial
En realidad, el hecho de violencia se sumó a una interna de reclamos laborales entre el gremio y los empresarios de otra de las líneas de colectivos que transitan Escobar, la 720. "Aquí hay una doble protesta. Una es por la inseguridad y la otra es por la línea 720, que tiene a sus trabajadores en negro", afirmó a la prensa un delegado de la empresa Monsa, a cargo de la línea 60.
"No se aguanta más esta situación de inseguridad, salís de tu casa y no sabés cómo regresas, si regresás. Esto te da mucha impotencia, y los ladrones cada vez son más chicos, los de hoy tenían entre 15 y 18 años", sostuvo Miguel Sotelo, otro de los delegados.
Cerca de las 10.30, la Panamericana ya estaba habilitada. Pero hacia el mediodía, el municipio de Escobar estaba literalmente bloqueado dado que otras líneas se sumaron a los cortes, entre ellas la 430, la 503 y la 228. Varios accesos del municipio, como el de Garín (ruta 26) y el principal a la ciudad (ruta 25) también se cortaron. Entre tanto, las largas filas de colectivos se acumulaban sin partir de las terminales y los usuarios debieron esperar horas para poder viajar.
Además, los trabajadores coparon el hall de la municipalidad, donde se registraron algunos desmanes, para entregar un petitorio que incluía reclamos sobre la inseguridad y el conflicto laboral de la línea 720. Además, exigieron la presencia del gobernador, Daniel Scioli, y de un representante de Unión Tranviarios Automotor (UTA).
Mientras en la municipalidad unos 300 choferes esperaban una respuesta, llegaron al lugar Javier Pérez, presidente de la Comisión de Transporte, Martín Cabrera, delegado de UTA, y el jefe de la Policía Distrital de Escobar, Andrés Guerra, que procuró calmar los ánimos.
"Nos reunimos mensualmente con los representantes de UTA, los propietarios de los comercios y personal de la municipalidad y lo sucedido hoy [por ayer] no es lo usual en Escobar. En estos momentos se encuentra abierta la investigación del hecho", afirmó Guerra.
A las 16.30, finalmente, se habilitaron las rutas con el levantamiento de la medida de fuerza de los colectiveros, tras una asamblea en Ingeniero Maschwitz, aunque el reclamo no concluyó: "Mañana [por hoy] continuarán las protestas, según acordaron los delegados. A partir de las ocho, se volverán a cortar las distintas rutas: el puente Garín y la entrada Henry Ford de la Panamericana", informaron a la prensa.e_SClB