Cien trasplantes que salvaron vidas

El mejor regalo que pudo recibir el equipo médico del Hospital Nacional de Pediatría Dr. Juan P. Garrahan, que celebró la práctica allí de 100 trasplantes hepáticos, fue la presencia de los padres de la niña Daiana, operada ayer luego de recibir el órgano que le otorgó la posibilidad de seguir viva.

Los rostros felices y aliviados de Daniel y Nancy fueron dos de los tantos que se sumaron al festejo. "Este es un día muy especial para nosotros porque ahora nuestra hija tiene la posibilidad de recomenzar su vida gracias a la donante que le ofreció su hígado", dijeron a La Nación.

Este clima de alegría colmó la sala que reunió para el festejo al equipo médico del hospital y a los niños trasplantados, que se hicieron presentes junto con sus familiares para celebrar los 100 trasplantes hepáticos que se vienen realizando desde hace 5 años.

El emotivo acto contó, además, con la presencia del cantante Jairo, que para el cierre entonó, con los chicos subidos al escenario, la canción Honrar la vida.

Los padres de los pequeños y los profesionales coincidieron en la necesidad de crear una conciencia solidaria en la población porque "donar órganos es dar vida".

El coordinador del área de trasplantes, Oscar Imventarza, destacó que "más de cien pacientes han llegado a esta instancia, aunque no todos fueron exitosos. No siempre los órganos llegaron a tiempo y, a veces, nunca llegaron"; pero lo importante es "la posibilidad de estos chicos a tener una oportunidad".

El avance de la ciencia

Las nuevas tecnologías y los avances de la ciencia lograron que muchos niños que estaban en una situación terminal pudieran rehacer sus vidas a través de operaciones riesgosas pero que a menudo llegaron a buen término.

Sin embargo, el secretario de Salud del Gobierno porteño, Héctor Lombardo, también presente en la ocasión, consideró que "los avances no hubiesen significado nada si no existiese en la gente la generosidad y el sentido solidario".

Con la intervención de Daiana, de la que se informa por separado, ascendieron a 101 los trasplantes de hígado practicados en el hospital Garrahan.

El primer trasplantado fue Guillermo Brandan, que hoy, a los 16 años, lleva una vida normal. "Estuve 4 años enfermo y esperé durante 6 meses un hígado. Aunque pasé momentos difíciles no repetí ningún grado", dijo el adolescente, que tampoco faltó a los festejos.

Daiana se recupera

La niña Daiana Amorím, de 5 años, que esperaba angustiosamente la donación de un hígado para salvar su vida, recibió finalmente un trasplante hépatico en el Hospital Nacional de Pediatría Juan Garrahan y ayer se encontraba estable, dijeron fuentes médicas.

El jefe del equipo de profesionales que realizó exitosamente el trasplante, Oscar Imventarza, informó que la niña "se mantiene estable, recuperándose en terapia intensiva, y ahora hay que esperar la evolución postoperatoria durante 48 o 72 horas".

"La operación de Daiana se realizó exitosamente", anunció el especialista durante una rueda de prensa en el salón de conferencias del hospital. Los padres de la criatura agradecieron a los periodistas, porque "posibilitaron que se hallara un donante", expresaron.

Imventarza, titular del área de trasplantes del Garrahan, explicó que la intervención quirúrgica se prolongó por 11 horas, desde la medianoche de anteayer, y reconoció que eran "muchas horas para una paciente tan pequeña".

Precisó que hubo que "reducir el hígado donado, que era de un adulto, y sólo colocarle a la nena un pedacito. Hay que esperar las próximas 48 o 72 horas" de evolución postoperatoria, reiteró.

"La paciente estuvo estable durante la cirugía, pero hubo que colocarle un "agrafe" (especie de ganchito) arterial, a raíz de un problema. Además, tuvimos que colocarle una prótesis", subrayó el médico.

El jueves último por la noche, en un operativo realizado por los profesionales del Garrahan -donde está internada Daiana desde hace 15 días- con el Incucai, se trasladó el órgano de una mujer de 28 años, de nacionalidad uruguaya, que falleció en un accidente de tránsito.

Daiana necesitaba en forma urgente un trasplante de hígado para poder sobrevivir, ante el agravamiento de su salud en las últimas horas luego del hallazgo de un virus en su sangre.

La búsqueda del órgano se extendió a todo el territorio nacional y al Uruguay, a través del Incucai y del Banco de Organos del país vecino.