Coronavirus: un espacio virtual en el que los médicos comparten experiencias
El Observatorio Social organiza charlas por Zoom sobre el trabajo y las preocupaciones en la pandemia, coordinadas por psicólogos
En tiempos de pandemia, las charlas grupales, casi en su totalidad, se trasladaron al ámbito virtual. Conversar entre colegas -sin barbijo- y compartir temores, ansiedades y experiencias en común es una vía de escape fundamental para hacer catarsis y enfrentar las jornadas venideras. Desde el Observatorio Social, una asociación civil sin fines de lucro creada para apoyar, entre otros, al sector público, hace más de un mes que realizan charlas grupales por Zoom para ayudar a los trabajadores de la salud. El objetivo es que puedan manejar el aluvión de sentimientos y problemas que les generó el coronavirus.
"La idea es cuidar y cuidarnos sin dejar de vincularnos. El hecho de poder compartir experiencias y saber que un médico en otra provincia del país está atravesando una situación similar hace que no se sientan solos", explica Guillermo Vilaseca, psicólogo clínico y especialista en grupos.
Estos encuentros -que son gratuitos y tienen lugar lunes, miércoles y sábados- son parte de un programa que comenzó hace más de un año y medio, al que llamaron Cuidar a Quienes nos Cuidan. "Cuando empezó la pandemia, enfocamos el programa en ayudar al personal de salud en el manejo del estrés que produce la doble carga que genera el trabajo más la situación actual", dice Mario Mazzeo, psicólogo social y director ejecutivo del observatorio.
Según Mazzeo, hay directores de hospitales que invitan a los médicos a participar de estos encuentros para que puedan exteriorizar sus dificultades laborales y emocionales. "El 76%, según una encuesta que acabamos de terminar, tiene miedo a contagiarse o de contagiar a las personas que tiene cerca. Y con menor recurrencia, hay casos de mucho desgano y agotamiento, que es un síntoma previo a la depresión causada por estrés", informa.
En un primer momento, el temor de los participantes era el miedo a lo desconocido. Un miedo recurrente era la idea de que el sistema sanitario colapsara como en otros países.
Ambos especialistas, que coordinan los encuentros, señalan que los protocolos de seguridad figuran entre los mayores causantes de conflictos y rispideces en los vínculos laborales. "El miedo al contagio o al error está en todos lados y por momentos los protocolos pasaban a ser interpretados de manera personal, eso generaba roces. Pero los protocolos no deben ser interpretados, creo que habíamos perdido el sentido de obedecer normas. Surgió un gran sentimiento individualista por el que cada uno hacía las cosas a su modo y esta situación nos enfrenta con un protocolo que debe cumplirse de manera estricta", argumenta Mazzeo.
"Nosotros trabajamos a partir de lo que los pacientes traen. Lo que más agradecen es que sienten que tienen un lugar donde pueden hablar de lo que les pasa en el desempeño de su función y sentirse escuchados. Esto lo remarcan mucho. En la vida cotidiana tienen que estar bajo mucho estrés, sufriendo situaciones de mucha contradicción o situaciones institucionales complejas. Acá podrán encontrar algunas pautas para poder manejarlas. Hay una gran diferencia entre reaccionar y accionar", sostiene Vilaseca.
Que sea grupal hace que se genere una sinergia. Según cuentan los expertos, no se suelen contar cuestiones íntimas en esas charlas, aunque sí ha pasado en algunos caos. "El observatorio tiene la distancia óptima porque no es del Estado ni es una de las instituciones que trabajan con ellos. A priori no es una propuesta terapéutica, la idea es conversar y pensar maneras de sobrellevar situaciones", concluye Mazzeo.
Otras noticias de Coronavirus en la Argentina
Más leídas de Sociedad
Furor por las compras. Filas de ocho kilómetros, cortes y demoras de tres horas para cruzar a Chile
En el Obelisco. Convocan a una marcha federal para pedir por la aparición de Loan
80% del cuerpo quemado. Una argentina denunció que no quisieron asistir a su hija de cuatro años en Bolivia y hay polémica
“Volver a nuestra mirada primitiva”. La experiencia inmersiva con cielos diáfanos, mínima presencia humana y silencio total