Día del amigo: para evitar el colapso de gente, hay quienes ya eligen no festejar
Cada 20 de julio las calles de Buenos Aires se llenan de grupos de jóvenes y adultos que salen a festejar el Día del Amigo. La fecha, elegida por la llegada del hombre a la luna en 1969, se convirtió en una oportunidad comercial para bares y restaurantes. Los lugares están reservados desde hace días con mesas largas y hay espera para lograr algún lugar para brindar.
Es más, los festejos arrancan desde la tarde. Así, se da una merienda con amigos del trabajo y una cena con los más íntimos. A eso se puede agregar los grupos de fútbol o hasta de mamis y papis del colegio. Pero hay personas que evitan salir ese día en el que todos los locales de comida están repletos y eligen hacer una maratón de su serie favorita. Otra opción es celebrar en una casa, pero el delivery también tarda mucho más de lo habitual
El Día del Amigo es todos los días
Cuando se le pregunta por el tema, la arquitecta Carolina Huffmann, treintañera fundadora de la ONG Urbanismo vivo, asegura que ni siquiera se acordaba que era el Día del Amigo. "Puede ser que arme algo con alguna amiga, pero como si lo hiciera otro día. Nada especial para esa noche, en la que prefiero quedarme en casa", afirma.
Mariela (37 años), socióloga e investigadora del CONICET, dice que este año ni siquiera se habló de esa fecha para un encuentro con sus distintos grupos de amigas. "Es como que pasó de moda para mí salir en esa fecha -argumenta Mariela-. Todos los bares de Palermo están atestados de gente. Yo me encuentro con mis amigas casi todas las semanas. No necesito esa fecha en especial. Entonces, el viernes a la noche vamos a ver con mi pareja la serie completa de El cuento de la criada, que tenemos pendiente".
En el mismo sentido opina Mariel Moras, odontóloga de 30 años, quien dice que no necesita que le fijen una fecha para ver a sus amigas que conoce desde el jardín. "Es más comercial que otra cosa. Puedo ver a mis amigas cualquier otro día y evitar las largas colas para conseguir mesa y las aglomeraciones en los bares de ese día". Por eso, Mariel le contó a LA NACIÓN que va a aprovechar ese día para descansar en su casa ya que "llega tarde de trabajar".
Martina, estudiante de abogacía de 24 años, es otra de las que ni se acordaban de que este viernes se festeja el Día del Amigo. "Para mí es un viernes más, en el que puede ser que salga con mis amigas como un fin de semana común -explica la joven-. Pero también, a último momento puedo decidir quedarme en casa si estoy cansada".
Mientras la mayoría de los jóvenes se preparan para salir en un Día del Amigo que les cae en viernes y en medio de sus vacaciones, para los adultos con hijos en edad escolar es un poco más difícil. Es el caso de Martín Rosati, odontólogo de 43 años, quien aprovechó el receso invernal para viajar con su familia a las termas de Federación. "El 20 de julio es, además, el cumpleaños de mi mamá. Así que festejo con ella y salgo de viaje después. No hace falta un día especial para ver o hablar con los amigos".
En tanto, Néstor, empleado en un frigorífico de 42 años, también va a aprovechar la fecha para estar con sus hijos. "Viajamos a Ayacucho a visitar familiares. Ya habrá tiempo después para estar con los amigos cuando terminen las vacaciones de invierno". Con bares llenos y demoras eternas a la hora de pedir delivery, no es tan raro que algunos prefieran quedarse solos en casa.
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