El fiscal cargó contra el juez al apelar la libertad de Carrascosa
En 15 carillas tamaño oficio el fiscal de Pilar Diego Molina Pico cargó con dureza contra el juez de Garantías de San Isidro Diego Barroetaveña, al apelar la libertad de Carlos Carrascosa, acusado de ser coautor del crimen de María Marta García Belsunce. Tildó la medida de ilegal e ilegítima, y especuló con que el magistrado "estaría pecando de crédulo, ingenuo e inocente" al evaluar la situación.
El fiscal se sintió dolido por algunos de los párrafos del fallo que dispuso la liberación de Carrascosa, a cambio de una fianza de 100.000 pesos, para que viva en el country Carmel, en la casa de su cuñado Guillermo Bártoli, procesado por encubrimiento del asesinato de la señora. Sobre todo, destacó las veces que el juez había aludido a su "inexperiencia judicial".
"La resolución pone en peligro la investigación de la cual esta fiscalía está encargada y viola la legislación, los principios constitucionales y los tratados internacionales en los que pretende fundarse", disparó el fiscal.
Cárcel de 9 hoyos
Dijo que Barroetaveña le permitió a Carrascosa "vivir en una «cárcel» con una cancha de golf de 9 hoyos con pileta de natación, canchas de tenis, confiterías, locales para bridge, salones de televisión, parque de más de 89 hectáreas, ancho espacio para deambular y trotar o bicicletear, sin obligación alguna de tipo laboral, porque sus bienes le permiten holgar gozando de la televisión satelital", y entendió estar "frente a un absurdo real". Definió la "prisión" de Carrascosa como una "tremenda ironía".
"No hice la descripción de la nueva cárcel en la cual vivirá Carrascosa como un devaneo literario con remembranzas de la «Oda a la vida retirada» de Fray Luis de León, nuestro ilustre poeta de la era clásica española", dijo Molina Pico, tal vez en alusión a los párrafos del "Hamlet" de Shakespeare que utilizó Barroetaveña para disponer la prisión preventiva de Carrascosa.
El fiscal argumentó que está en peligro la investigación, pues en Carmel trabajan muchos de los testigos que demolieron la cortada de Carrascosa, a quienes éste podría presionar. Con una prosa por momentos corrosiva, sugerencias y veladas apreciaciones, Molina Pico dijo que Carrascosa se mantuvo siempre a disposición de la Justicia como parte de una simulación, para ponerse en el lugar de víctima dolida y no en "la realidad de un sospechoso del más vil de los asesinatos: el de su esposa". Habló de la frialdad de Carrascosa y recordó que lo apodan amianto porque "no se calienta con nada". Por ese alias lo llamó en su apelación.
"Sólo quizá, que si bien el suscripto padece, según su señoría, de inexperiencia judicial, lo cierto es que en este caso, a mi entender, su señoría estaría pecando de crédulo, ingenuo, inocente en la valoración de los hechos, no obstante su ardua y vasta carrera judicial y académica. Por lo tanto puedo llegar a entender que la estolidez en la valoración puede haberle hecho cometer, cual bisoño, tamaño error psicológico que afecta la prosecución de la causa", afirmó.
Tras considerar "la ridiculez del monto de la caución", el fiscal defendió su investigación. Dijo que "ha seguido todas las pistas que se han propuesto" y ha insistido con la hipótesis de "un crimen por razones económicas y financieras" que apunta principalmente a Carrascosa y su familia.
Asimismo, se preguntó qué pasó en la causa en los ocho días que transcurrieron entre el fallo de Barroetaveña que dictaba la prisión preventiva de Carrascosa y la resolución en la que el propio juez decidió liberarlo. Se contestó: "Nada que yo sepa o que me pueda imaginar dentro de los cánones de la ley. Nada que se encuentre escrito en el expediente".
"Las eventuales bondades del acusado no provienen de su buena apariencia, su buen rostro o su buen comportamiento. Las dudas vienen del hecho rotundo de que es sospechado de uno de los delitos más aberrantes de nuestra legislación: ¡el uxoricidio!", enfatiza en el escrito.
El fiscal se queja de la "contradictoria postura" del juez: por un lado le indicó a Molina Pico profundizar otras líneas de investigación, pero no hizo lugar a un pedido para realizar escuchas telefónicas.
"Llama la atención al suscripto que la defensa tenga conocimiento de la existencia de dicha medida, ya que no existen constancias escritas hasta la fecha que permitan deducir que la defensa fuera notificada oficialmente de las escuchas que se están desarrollando, mantenidas en el más estricto secreto."
Ahora, con el escrito en sus manos, donde cada sustantivo y adjetivo parecía envenenado, Barroetaveña debe decidir si concede la apelación de la libertad de Carrascosa, para que sea la Cámara del Crimen de San Isidro la que defina si el viudo puede seguir viviendo en Carmel o si debe volver a prisión.
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