El fotógrafo Pablo Grillo deberá ser operado nuevamente por un cuadro de hidrocefalia
Será para solucionar un cuadro de hidrocefalia; el reportero gráfico herido en una manifestación por los jubilados continúa en terapia intensiva
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LA NACION
El fotógrafo Pablo Grillo, que sufrió el impacto de una cápsula de gas lacrimógeno de Gendarmería durante una marcha a favor de los jubilados, se someterá a una nueva operación. De acuerdo a lo que informó su familia a través de las redes sociales, el reportero deberá ser intervenido quirúrgicamente a la brevedad.
“A raíz de que se controlaron las fistulas, por las que perdía LCR -líquido cefalorraquídeo-, se descubrió un cuadro de hidrocefalia consecuencia del traumatismo”, detallaron en una publicación de X. Al mismo tiempo, pidieron rezar por él: “Enviando todo el amor y las energías positivas para que Pablo continúe luchando”.
El fotógrafo fue herido gravemente el pasado 12 de marzo en medio de un operativo de las fuerzas federales durante una manifestación a favor de los jubilados, donde también se sumaron barrabravas y militantes de organizaciones de izquierda. Allí, el fotoperiodista se ubicó detrás de unos restos de un mueble incendiado para sacar una foto y recibió el impacto de un cartucho de gas lacrimógeno, que había sido arrojado por un efectivo de Gendarmería.
Tras 55 días en terapia intensiva, el pasado 8 de mayo, Grillo había abandonado momentáneamente la sala donde estaba internado. En una imagen que se difundió en las redes sociales, se lo pudo ver junto a su padre Fabián en uno de los balcones del Hospital Ramos Mejía, donde fue operado.
Investigación judicial
Por la agresión a Grillo se abrió una investigación judicial, que continúa en curso. El caso tramita en el juzgado de María Servini, luego de que el presidente de la Cámara Federal, el magistrado Mariano Llorens, debiera resolver una disputa por la competencia. La decisión hizo recaer la causa en el Juzgado Federal N°1.
A instancias del fiscal Eduardo Taiano, Servini pidió que el Ministerio de Seguridad le envíe “todas las actuaciones labradas a raíz del operativo desplegado por las fuerzas el día 12 de marzo”, y todo el “marco normativo” que aplica al caso, como “protocolos y reglamentos”, además de la orden para poner en marcha el operativo. Asimismo, solicitó que se especifique el tipo de “armamento no letal” que se utilizó ese día, y las respectivas “guías de actuación” que regulan su manejo.
Como publicó LA NACION, la granada que golpeó a Grillo -provocándole un trauma grave con múltiple fractura de cráneo y pérdida de masa encefálica-, un instrumento diseñado para dispersar a los manifestantes, debió haberse lanzado de tal manera que su trayectoria dibuje una parábola pronunciada.
La denuncia que guía la investigación sobre los hechos es una de las dos que activó la Procuvin (Procuraduría de Violencia Institucional), una fiscalía contra la violencia institucional. Junto a ella tramitan otras actuaciones, como la denuncia que hizo la familia de Grillo o la que hizo Beatriz Blanco, la jubilada que cayó de espaldas luego una disputa con un policía.
Quién es Pablo Grillo
Pablo Grillo, de 35 años, es un fotógrafo independiente que vive en el municipio bonaerense de Lanús y que se dedica a la fotografía y a la realización de documentales. Como se describe en su perfil de Instagram, es militante del kirchnerismo. “Contemporáneo a Néstor/Cristina y eso es algo hermoso que much@s comprenden... entre amores y odios”, describió.
Según indicaron desde la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (aRGra), donde fue alumno, es además militante del partido Nuevo Encuentro, una fuerza política liderada por el exdiputado nacional Martín Sabbatella.
En esa misma red social, además, tiene imágenes de un viaje a Brasil de por lo menos cuatro años atrás; una en la que se lo ve posar junto al cantante de cumbia villera “El Pepo”, e historias destacadas a favor de la política de la expresidenta Cristina Kirchner, con publicaciones de distintas cuentas de redes sociales afines al peronismo.
Su padre Fabián reafirmó la cercanía del fotógrafo con la militancia peronista y sostuvo: “Somos una familia de militantes y con orgullo lo decimos. La militancia no es mala. Me enteré de lo que está diciendo la borracha y la bazofia que tenemos como ministra. Él era un militante, pero estaba trabajando haciendo fotografías de forma independiente. Siempre documenta”.
LA NACION
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