En Buenos Aires, el paco no tiene freno
Aunque se secuestra más cantidad, los especialistas cuestionan la ausencia de un plan integral y coordinado para atacar este flagelo
LA PLATA.- El gobernador bonaerense, Daniel Scioli, dice que la lucha contra el paco es una pelea central de su gobierno. Pero la ausencia de un plan, efectivo, integrado y coordinado para frenar el avance del paco, recurrentes problemas en la atención de adictos y el constante crecimiento del decomiso de esta droga configuran un panorama crítico en el que se mueven los sectores más humildes del conurbano, a los que este flagelo afecta principalmente.
Mientras Scioli centra su promesa de mayor seguridad en el combate contra el narcotráfico, la atención a los consumidores de drogas atraviesa en la provincia una crisis inédita: el personal de los centros de prevención y asistencia (CPA) de la Subsecretaría de Atención a las Adicciones (SADA) está de paro desde hace un mes, mientras que la federación que agrupa a las organizaciones dedicadas a la internación de los adictos asegura que el número de pacientes podría triplicarse si se asignara más recursos.
La SADA, cuya misión es dar "una respuesta integral e integrada de prevención y asistencia a la drogadependencia", tiene un presupuesto de 85 millones de pesos, sólo el 0,15% de los 56.000 millones de gasto previsto por la provincia para 2009.
Javier Goñi, que acaba de asumir como interventor en la SADA -luego de que por el conflicto en los CPA y la falta de pago a las ONG que atienden a adictos se fuera su antecesora, María Graciela García-, debe elaborar un proyecto de ley para transformar la subsecretaría en una secretaría de Estado, que dependerá directamente del gobernador. Goñi dijo a LA NACION que ese cambio aportará más instrumentos, agilidad y recursos para mejorar la respuesta del Estado.
Admitió Goñi que era necesario "dar un mayor énfasis a la prevención y la atención temprana en coordinación con redes sociales y educativas". Informó que no había en la provincia servicios especializados de seguimiento y contención social de pacientes adictos al paco, y dijo que, por eso, se capacita a profesionales de diferentes áreas, ya que esta adicción es relativamente nueva.
Por otra parte, desde la Federación de Organizaciones No Gubernamentales de la Argentina (Fonga) se sostiene que el sistema bonaerense de atención a los drogodependientes está al borde del colapso. La provincia acumula con ellas una deuda de casi cuatro meses en el pago de las asignaciones. A esto se suman las reiteradas denuncias de familiares de adictos por inconvenientes para internar a jóvenes intoxicados.
Consultado sobre la posibilidad de incluir en un plan integral a todas las áreas de gobierno, incluida la de Seguridad, Goñi sostuvo que la lucha contra el paco tiene dos aspectos, y que "hay un combate que está fuera de la SADA, que tiene que ver con cuestiones que hacen a la seguridad y a la justicia".
El cotejo de los resultados policiales provistos por la Superintendencia de Investigaciones sobre Tráfico de Sustancias Ilícitas impresiona, pero, al mismo tiempo, da cuenta de la persistente expansión del fenómeno. Durante 2008, la policía bonaerense secuestró 73.331 dosis de paco. Esa cifra quintuplica las 15.641 incautadas en 2007. En lo que va del año, fueron 29.194 las dosis confiscadas.
El 90 por ciento de los 225 procedimientos contra vendedores de paco, realizados entre fines de 2007 y la primera quincena del corriente mes, se concentró en los partidos de Quilmes y de Lomas de Zamora. Se registraron, como resultado de esos operativos, 279 detenciones. Los secuestros y las detenciones se realizaron exclusivamente en villas.
Según especialistas del Ministerio de Seguridad provincial, se han producido "mutaciones o corrimientos de las zonas de venta" hacia el oeste del Gran Buenos Aires, puntualmente, los distritos de La Matanza y Esteban Echeverría.
73.331
dosis
- Fueron secuestradas por la policía bonaerense en distintos procedimientos realizados en villas del conurbano durante 2008.
Sólo llegó a algunas provincias
- Un relevamiento realizado por La Nacion reveló que las poblaciones más preocupadas por el avance del paco son las de Tucumán, Salta, Misiones, Santa Fe y Mendoza. En la periferia de la capital tucumana es donde más se padece el flagelo. En Posadas, Misiones, los medios periodísticos informaron sobre el crecimiento de la adicción, en particular en la capital, Oberá, Eldorado y Puerto Iguazú. En la ciudad de Salta ya hay casos de consumo en niños de 8, 9 y 10 años. En Mendoza, como en Santa Fe, las apariciones del paco no abundan, pero preocupan a la gente. Rosario ya posee varios casos de adicción.
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