
En Retiro, las calles se convirtieron en un pub
Los bares recordaron con brindis al patrono de Irlanda
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Al igual que Dublín o Nueva York, Buenos Aires tuvo anteanoche su gran fiesta irlandesa, regada de mucho whiskey (con e) y cerveza negra, para celebrar el Día de San Patricio, el galés que convirtió la tierra de Joyce al cristianismo y, sin proponérselo, está cambiando la noche porteña.
Quince mil jóvenes y turistas desbordaron los no menos de diez pubs celtas que se instalaron desde hace un par de años en el Bajo Retiro, importando a estas costas los encantos de la gaita y la sumisión al lúpulo.
Principalmente la calle Reconquista al 1000 se convirtió en un gran pub al aire libre, donde cualquier lugar era apto, aunque fuese el cordón de la vereda, para tomar una cerveza -rubia, negra o verde (con menta)- con un trébol en el ojal.
Desde las 22 hasta la madrugada permanecieron cortadas al tránsito las calles Marcelo T. de Alvear, desde Leandro N. Alem hasta la plaza San Martín, y San Martín también se convirtió en peatonal.
En Reconquista y Marcelo T. de Alvear, The Kilkenny, el mejor ambientado, ofreció shows en vivo de bandas celtas, mientras el aroma del Irish Stew -guiso irlandés- y del bife celta de carne roja invadían la vereda. Durante los festejos se sirvieron 100 litros de guiso y sólo en The Kilkenny 3200 litros de cerveza irlandesa.
A 50 metros de allí, Druid In deleitó con promociones de Guinness y happy hour de whiskey irlandés. Allí, la música estuvo a cargo de The Shepherds. En la misma calle, el pub John John agregó body painting a su oferta de atracciones.
En cambio, la muy festejada oferta de Down Town Matias fue un chop gigante que se pudo llenar cuantas veces se quisiera y llevarlo a casa como recuerdo.
En The Temple Bar se sortearon barriles de cerveza y se vio a muchos asistentes salir con su pelo teñido de verde, la gran promoción del local, junto con importantes descuentos para los fanáticos de la marca.
La fiesta también llegó a otros barrios. En The Shamrock, Rodríguez Peña al 1200, hubo alcohol gratis para todos los que vistieran ropa interior verde y premios para los que respondieran acertadamente preguntas sobre la historia de Irlanda.
Según cuenta la leyenda, en el año 432, San Patricio, luego de un sueño profético, viajó a Irlanda y logró que el pueblo abandonara sus tradiciones paganas y se convirtiera al cristianismo. También se le atribuye haber liberado al país de las serpientes y haber instaurado el trébol ( shamrock ) como emblema nacional.
Otra virtud que habrá que sumarle al patrono irlandés es la de haber permitido que, gracias a la celebración, los porteños conocieran los encantos del "What´s the Rush", el trago de la noche. La mezcla de whiskey irlandés con gaseosa lima-limón, jugo de manzana, hielo y una rodaja de naranja fascinó a quienes se atrevieron a probarlo.
La fiesta siguió en la madrugada y las botellas vacías quedaron arrumbadas en los cordones, mudos testigos de una fiesta ya instalada en la ciudad desde hace un par de años.




