Entre los problemas del aula y los de la política
La Universidad Docente (UniCABA) se convertirá en la segunda casa de estudios en ese formato en funcionar en el país. Su antecesora, que nació en el ámbito bonaerense en 2006 y se "graduó" de nacional en 2017, fue creada casi con los mismos criterios: "Incidir fuertemente en una transformación de la cultura pedagógica del sistema educativo a través de la renovación de la formación de sus agentes", como argumentó la Universidad Pedagógica Provincial (Unipe) en los papers que le dieron su fundación.
A diferencia de aquella primera iniciativa que tuvo el respaldo político del kirchnerismo y los sindicatos docentes, la UniCABA fue defendida solo por el oficialismo macrista y rechazada por el resto de los actores políticos (kirchnerismo, radicalismo e izquierda en sus diversas modalidades) y por los sectores gremiales.
Sí tendrán una coincidencia geográfica: ambas instituciones funcionarán básicamente en la ciudad de Buenos Aires, aunque la Unipe ya brinda servicios no solo educativos, sino también de investigación y asesoramiento a otras provincias, y tiene sedes bonaerenses en Adrogué, La Plata, Pilar y Derqui.
Más allá de la pelea dialéctica y de las visiones políticas, los resultados de las evaluaciones nacionales e internacionales marcan sin duda que la educación en la Argentina merece no solo ser observada con detenimiento, sino también revisada para preparar a las próximas generaciones para los desafíos de los trabajos del futuro.
Aunque los estudiantes porteños obtienen los mejores resultados de las pruebas Aprender y otras internacionales, los números no son alentadores. Solo el 50,3% de los alumnos de 6º grado del primario alcanzaron el nivel avanzado de lengua, y si se mira matemática ese guarismo cae al 36,5%.
Las calificaciones alcanzadas por los estudiantes porteños de 5º año del secundario en esas asignaturas y en ese nivel son muy bajas; 15,2% y 14,2%, respectivamente.
A nivel país, el panorama es más preocupante. La última prueba internacional PISA válida para la Argentina, organizada por la OCDE, reveló que el 53,6% de los chicos de 15 años no superan el nivel mínimo de lectura; que el 50,9% no entienden ciencia, y que el 66,5% no pueden resolver cálculos matemáticos.
"No podemos seguir pensando que el problema son los chicos", ha dicho muchas veces la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, con los resultados de las evaluaciones realizadas a los estudiantes porteños.
Con diferencias de matices y de discursos, en la última campaña electoral, varios candidatos de la oposición también plantearon la necesidad de revisar la forma en que aprenden a enseñar los futuros docentes de los niveles inicial, primario y secundario de la ciudad.
Quizá suceda con la UniCABA lo que sucedió con la Unipe: nació en una administración política y se fue desarrollando en otra, incluso de ideología opuesta.
Todo el proceso de formación de la nueva institución será largo. Si se mira la experiencia de la Unipe, tardó más de dos años en comenzar a tener alumnos y sus primeras autoridades normalizadoras fueron una dupla integrada por los licenciados Rosa Meli y Roberto Palma. La decisión es que la UniCABA sea inicialmente liderada por una mujer.
Lo más importante de todo este debate será develar dentro de varios años cuánto impactó en el aula de los chicos porteños que los docentes tengan formación universitaria.