Feriado largo y turismo: Traslasierra se posiciona con senderismo, cicloturismo, trekking y sabores serranos

CÓRDOBA.– Traslasierra, en el oeste cordobés, se perfila como una de las regiones más elegidas no solo el próximo fin de semana extralargo, sino de cara al verano. La combinación de naturaleza, relax y buena cocina –el sabor “chuncano” es su tradición– seduce a los visitantes en tiempos de pandemia, contexto en el que se privilegia el aire libre.

Hace una semana comenzó en la zona, que se despliega al pie de las Sierras Grandes, el “mes del senderismo”. Más allá de las fechas, es una de las actividades más demandadas por los visitantes; hay opciones para todos los estados físicos y edades. Tienen propuestas Villa Dolores, Mina Clavero, Nono, La Población, Villa de las Rosas, Los Hornillos y Cura Brochero.

Martín cuenta su experiencia a LA NACION y tienta a otros visitantes a que se sumen. Hizo la Caminata de la Luna Llena en el sendero Inti Huaco de Villa Dolores: “Una experiencia maravillosa a la luz de la luna, despierta distintas emociones en un recorrido de 2,5 horas acompañado de guías. Es un camino nuevo, hay vegetación autóctona, bosques, humedales y cruces de arroyos”, describe.

La encargada de Turismo de Villa Dolores, Adriana Asís, destaca esos nueve kilómetros del Inti Huaco como una chance para disfrutar del paisaje y conocer la flora autóctona.

Quienes quieren pecnotar en las sierras a cielo abierto pueden elegir la propuesta que parte desde Las Rabonas y llega al refugio Sierras Embrujadas, desde donde se puede seguir rumbo al Champaquí. A medida que se avanza, hay vistas impactantes del dique De la Viña y el valle; en el refugio esperan caseros con un asado.

Ariel Panella, secretario de Turismo de Mina Clavero, cuenta que en los últimos meses vienen teniendo unos 1000 visitantes por semana que, en su mayoría, llegan para hacer caminatas y trekking. Hay tres recorridos con guías gratuitas de entre 1,5 y 3 kilómetros, con dificultad de baja a media; en todos los casos, un código QR permite acceder a un relevamiento de especies de árboles y aves.

Las posibilidades son “Nido del Águila”, “Los Elefantes” y “Pozo de Piedra”. Si se recorren por la mañana, terminan con un desayuno; si se hacen por la tarde, con una merienda. Sabores serranos que combinan mate cocido con peperina y tomillo, “tableta” (golosina típica similar al alfajor) y colaciones.

En Nono –repasa su secretario de Turismo, Willy Vaccari– se abre un abanico de tres senderos señalizados y autoguiados que pueden hacerse a pie o en bicicleta, como eligen muchos. El “Del Arroyo” insume unas tres horas y media, y bordea una cinta de agua; el de “La Juntura” llega a donde se unen los ríos Chico y De los Sauces, y el “Del Empedrado”, de complejidad entre media y alta, requiere de unas cuatro horas.

“La posibilidad del cicloturismo y la pesca viene creciendo fuerte –agrega Vaccari–. Ya tenemos complejos de cabañas con capacidad agotada de cara al próximo fin de semana; reabrieron el Museo Rocsen, un clásico de la zona, y nuestra feria de artesanos”.

San Javier y Yacanto son las perlas del valle para los porteños, y se ofrecen bajo el slogan “Todavía existe un lugar así”. Con un 80% de la superficie de bosque autóctono, constituyen la puerta de ingreso al Champaquí. Leo Rodríguez, el responsable de Turismo, señala que hay 80 senderos diseñados entre los arroyos. “Contamos con tres bodegas con el concepto de enoturismo y con una gastronomía serrana de autor –sigue–. Ofrecemos lo que todos buscan: aire puro, no masividad, inclusión y calidad”.

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