Hallan a un chico secuestrado hace un año
El captor está detenido en una comisaría de la Capital por abuso de menores; la Fundación PIBE motorizó la búsqueda.
Un niño que había desaparecido de su hogar de Tucumán hace casi un año fue encontrado en la villa de emergencia conocida como Ciudad Oculta, en el barrio porteño de Mataderos, y trasladado de inmediato a su provincia natal, donde ayer se reencontró con sus padres y hermanos.
Mientras el chico, Martín Antonio Latina, de 13 años, dijo ayer a los periodistas que había huido de su hogar porque sus padres se peleaban, el subcomisario tucumano Ramón Antonio Bazán, el hombre que se encargó de la búsqueda del menor desde su desaparición, aseguró que al niño lo habían secuestrado.
Tanto es así que la policía de aquella provincia manejó, desde un primer momento, la hipótesis de que el principal sospechoso era Carlos Ernesto Giolito, conocido como "El cordobés", que el año último estuvo detenido en Córdoba por abuso deshonesto y violación de menores.
Tras las rejas
Actualmente, Giolito permanece detenido en la comisaría 48a. de la Policía Federal, por haber sido sindicado como el responsable de la violación de un niño de ocho años, el 29 de enero último. El caso está a cargo de la jueza María Rosa Casara.
Martín fue secuestrado el 18 de abril de 1997 y, según su madre, la persona que se lo llevó desde su propio domicilio fue el propio Giolito.
"Luego de la detención de Giolito, ocurrida a fines de enero, intensificamos nuestra búsqueda en Buenos Aires. Sabíamos que Martín estaba con él", dijo Bazán a La Nación , antes de abordar el avión de Aerolíneas Argentinas que lo llevó, junto con el niño, de regreso a Tucumán.
El funcionario policial dio detalles de cómo se encontraba el niño de 13 años (Martín cumplió los años fuera de su casa, ya que cuando fue secuestrado tenía doce): "Cuando encontramos a Martín estaba solo, en la calle. Según lo que él dice, en ningún momento fue obligado a nada. Pero toda criatura debe inventar algo para que los padres no lo reten".
La investigación se inició luego de una denuncia radicada en la Fundación PIBE (Prevención, Investigación, Búsqueda y Estudio) y la causa, caratulada fuga del hogar, está a cargo del fiscal de instrucción de la V Nominación, Daniel Marranzino.
Martín Latina no se sorprendió al ver a los periodistas. Se manejó con total seguridad y no se puso nervioso a la hora de enfrentar los micrófonos.
Lo que dijo Martín
La "versión oficial" que Martín prefirió relatar fue la siguiente: "Me fui de mi casa porque mi papá y mi mamá se peleaban, y cuando nos portábamos mal, nos pegaban".
Agregó que no se comunicó con los padres durante estos once meses "por miedo". Aseguró que llegó a Buenos Aires en un tren carguero y que conoció a Giolito en Tucumán. "Lo conocí porque él hablaba con un pibe con el que me juntaba".
Según versiones recogidas por La Nación en Tucumán, Giolito solía acercarse a la plaza donde los chicos jugaban a la pelota durante las tardes y, para atraer la atención de los niños, les mostraba revistas pornográficas o con mujeres desnudas.
Habría sido por ese conocimiento previo alimentado por Giolito con la utilización de señuelos "non sanctos" que Latina no dio la voz de alerta cuando el hombre lo secuestró del interior de su domicilio.
El hombre y el niño habrían vivido varios días en la capital cordobesa. Debido a que la policía de esa provincia también lo buscaba a Giolito por causas relacionadas con menores, debieron emigrar. El destino fue Buenos Aires. El hogar Carasucias, a cargo de Mónica Carranza, recibió en más de una oportunidad a Martín Latina y a Giolito, quien presentó al menor como "mi hermanito".
"Me contaron que habían venido a Buenos Aires en busca de trabajo y de algunos familiares. Pero como a mí no me gustaba cómo el mayor (Giolito) miraba a los chicos, le dije que no quería que estuviera más con ellos. Se dedicaba mucho a los niños, pero de manera extraña", explicó Carranza.
La mujer recordó con cariño al menor. "Era un chico muy dulce. Hace unos instantes me llamó desde Tucumán y me hizo llorar. En el comedor me ayudaba mucho. Les dí dinero para que regresaran a su casa pero, al poco tiempo, estaban aquí de nuevo. Se ve que no tenían para comer", recordó.
La directora de Carasucias no descartó que se haya tratado de un secuestro. Y, por su experiencia en estos casos, se animó a explicar el por qué de algunas "mentiras" que parece haber articulado Martín para evitarse un reto mayor: "Cuando hay falta de cariño y amor, un niño puede confundirse. Hay distintas maneras de secuestrar. Quizás el chico oculte algo".
Ya en Tucumán, la madre prefirió no hacer especulaciones sobre las breves declaraciones de su hijo sobre cómo habían sucedido las cosas. Sólo se preocupó por exteriorizar sus sentimientos reprimidos durante el largo año de la búsqueda.
Junto con Bazán y Martín, la madre fue al Departamento Central de Policía. Luego, hacia los consultorios de los médicos forenses, que revisaron al chico para saber si había sufrido golpes o violaciones. Más tarde se encontraron con el fiscal Marranzino, ante quien el menor debió contar la verdadera historia de once meses alejado de su casa y de sus padres.
Dos años tras los pasos de chicos perdidos
La Fundación PIBE (Prevención, Investigación, Búsqueda y Estudio), que comenzó a trabajar en octubre de 1996 en San Miguel de Tucumán, ayuda a rastrear niños desaparecidos en circunstancias dudosas.
Desde su creación, la entidad sin fines de lucro logró ubicar a 28 niños secuestrados o perdidos. En la actualidad está tras la pista de 48 menores.
En agosto último la institución, dirigida por Beatriz Rojkés de Alperovich y Luis Guchea, hizo su presentación en Buenos Aires. Hace tres meses la sede de PIBE, situada en pleno centro de la capital tucumana, perdió gran parte de su archivo en un incendio que pareció intencional. Las actividades de PIBE no sólo se centran en la búsqueda de los niños desaparecidos. También brindan asistencia terapéutica a los familiares de los menores. Entre los casos que más conmovieron a la opinión pública se encuentran:
- Duilio Fernández, de 3 años y ocho meses, robado el 1º de enero de 1996 en el balneario Las Salinas, Tucumán. Ocho meses después de iniciada su búsqueda aparecieron restos óseos con la ropa del menor. Un análisis de ADN determinó que la osamenta no pertenecía al chiquito.
- Angel Pessi fue visto por última vez el 9 de enero de 1984 en el río Paso de las Lecheras, Tucumán. Actualmente tiene 17 años. Nada se sabe de él.
- Marina Aragunde desapareció el 1º de febrero de 1995, en Marcos Paz, provincia de Buenos Aires. Sus padres todavía la buscan esperanzados.
Secuestro en Mendoza
Una niña de un año y medio secuestrada ayer, en Mendoza, fue rescatada mientras sus captores y la madre de la menor intentaban llevarla a Chile. Aunque en este caso no participó la Fundación PIBE, la menor fue encontrada y los malvivientes detenidos por la policía local. La niña estaba a cargo de la abuela y, según fuentes policiales, la madre ejercía la prostitución.
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