Iglesias en alerta por leyes polémicas
Las propuestas del cambio de sexo, aborto y fecundación asistida preocupan a las comunidades católica, evangélica, anglicana y judía
Razones ideológicas y oportunismo político, pero sobre todo la influencia de un pensamiento que desafía las raíces cristianas arraigadas en la sociedad, se esconden detrás de la batería de polémicos proyectos que avanzan en la Cámara de Diputados, como los que permiten el cambio de sexo y autorizan controvertidas técnicas de fertilización asistida que ponen en riesgo la vida de los embriones.
Así lo perciben distintas confesiones religiosas, que, sin renunciar a sus firmes principios y convicciones, recomiendan centrar sus estrategias pastorales en contener y no estigmatizar a quienes transitan por situaciones traumáticas y ofrecer, incluso, asistencia a quienes lo necesitan.
La sucesión de proyectos impulsados por sectores afines al conglomerado kirchnerista, que comenzó el año último con la consagración del matrimonio gay , promete reactivar los debates. A los planes para despenalizar el aborto, que se retomarán después de las elecciones de octubre, se suman otras iniciativas llamadas a generar controversias, como las que recomiendan despenalizar la tenencia de drogas para consumo personal, las que dan vía libre a la muerte digna y al alquiler de vientres, y la que impulsa el retiro de imágenes religiosas de los lugares públicos porteños.
"Se percibe un alejamiento progresivo y sostenido de algo tan simple como la naturaleza de las cosas", advirtió el obispo de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino, que sigue atentamente las iniciativas legislativas que ponen en juego valores y creencias muy profundas.
"Las leyes no pueden basarse sólo en el consenso", explicó el obispo a LA NACION, convencido de que hoy se impone una concepción muy positivista del Derecho. "Muchos males en la humanidad tuvieron al comienzo altos consensos, como la barbarie nazi y la opresión comunista. Las leyes deben tener fundamentos más profundos que el simple consenso", añadió Marino.
Al referirse a las estrategias pastorales que surgen frente a estas nuevas realidades, el obispo afirmó que la Iglesia instrumenta varios caminos de solución, a través de instituciones católicas que van surgiendo, como los servicios de ayuda a mujeres embarazadas con riesgo de abortar. Mencionó el caso de Gravida, que desde hace más de 15 años ofrece asistencia integral a las madres, con médicos, abogados, psicólogos y asistentes sociales. Atiende 600 casos por año y en un 70% encuentra soluciones positivas que evitan el aborto, según comentó el obispo.
El pastor Tomás Mackey, de la Iglesia Bautista Evangélica de Once, coincide en que a partir del posmodernismo cada religión que postula principios estables enfrenta el desafío de replantearse cosas. "La sociedad plantea hoy que no hay verdades absolutas; se disminuye el concepto de valores permanentes. Y muchas cosas que parten de ese discurso no siempre favorecen la vida", señaló.
Con una visión autocrítica, Mackey reconoció que a veces las iglesias no son claras para denunciar males como la pobreza extrema o los chicos que se mueren de hambre. Y admitió que los institutos de formación de religiosos se actualizan mucho más lentamente que el mundo, y llamó a la reflexión a la ciencia y a la técnica, que, según dijo, "avanzan con tanta rapidez que a veces no se dan tiempo para chequearse a sí mismas y contrastar sus progresos".
Debates acelerados
La comunidad judía también se muestra preocupada por los vertiginosos cambios. "Los argentinos solemos ser muy acelerados, y lo que en otras tierras demanda años de debates e intercambios, aquí se resuelve en una sola jornada", observó el rabino Marcelo Polakoff, director de la Asamblea Rabínica Latinoamericana. Dijo que el tratamiento de los temas "es muy maniqueo: sólo importan posiciones extremas, a favor o en contra".
La nueva agenda obliga a más capacitaciones, debates y planificación de actividades, como ocurrió con el matrimonio gay. "Una comunidad responsable no puede estar ajena a los hechos que suceden en la sociedad", comentó el rabino.
"Atravesamos momentos de profunda confusión: nuestra sociedad está cada día más alejada de sus raíces cristianas. La aparente voz pluralista de nuestros líderes políticos, en realidad, no es figurativa de la opinión de la mayoría a la que representa", estimó el obispo anglicano Greg Venables, que puso el ejemplo de la legalización del matrimonio de un mismo sexo para señalar la falta de representatividad del parecer de la mayoría del pueblo argentino.
"La Iglesia Anglicana siempre se ha destacado por respetar tanto la libertad y la opinión de las personas. Pero si no tenemos en cuenta a Dios en nuestras vidas, no podemos tomar las decisiones correctas", precisó el obispo Venables.
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