
Inquieta no saber cómo identificar a los que son nocivos
Clientes desorientados en jugueterías
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"¿Otra vez problemas con los juguetes? ¿Cómo hacemos para reconocerlos?", se preguntó ayer Sara, de 59 años, luego de comprar en una juguetería un regalo para uno de sus nietos.
La preocupación y la desinformación que sentía ayer Sara se repetía en cada cliente consultado por LA NACION que salía de jugueterías de la Capital. Los encargados de las tiendas, mientras tanto, decían no tener esos juguetes, aunque admitían haberlos vendido hace unos meses.
En las últimas dos semanas las jugueterías se mostraban colmadas. Ayer, el número de clientes era menor: sólo había algunos que buscaban regalos atrasados por el Día del Niño.
"Les debía el juguete a mis nietos", contó Sara a LA NACION con una bolsa en la mano. "Estoy muy preocupada. Los padres o abuelos compramos cualquier cosa y después nos enteramos de esto, que es tan feo", se lamentó.
Dentro de la juguetería -la única tienda oficial de Mattel en la ciudad de Buenos Aires-, Jorge, empleado, explicó a LA NACION que los juguetes ya no están más en el comercio ni en el mercado.
"Los teníamos pero se agotaron hace meses. La empresa [Mattel] ya nos dijo que si los clientes se acercaban con alguno de los diez modelos de juguetes con problemas, debíamos devolverles el dinero o darles uno nuevo", explicó.
En la juguetería Planeta BB, en la avenida Corrientes al 2300, nadie estaba enterado de la resolución que había tomado Mattel para sacar algunos juguetes del mercado. "No sabía nada, la empresa no avisó. Pero la verdad es que nosotros no tenemos más esos juguetes: los vendimos el año pasado", recordó Rodrigo, encargado de la tienda.
María, de 31 años, no estaba ayer tan contenta a pesar de haber salido de comprar un juguete para su hijo de ocho meses en esa tienda. "Están cada vez más caros y encima son inseguros. La verdad es que, con lo que me vengo enterando estos días, prefiero comprarles ropa o algo didáctico a los chicos", comentó.
En la sede de Rivadavia al 2200 de la juguetería Cebra, una de las más tradicionales de Buenos Aires, un cartel negaba que allí se vendieran juguetes tóxicos. Daniel, dueño de la tienda, explicó a LA NACION que ya no vendían los juguetes que retiró ayer la empresa. "Mattel se comunicó con nosotros y nos pidió que, si teníamos alguno de los diez juguetes con problemas, lo devolviéramos. Los clientes, en cambio, se tienen que comunicar con Mattel", relató.
"Sin culpa"
Angeles, de 53 años, salió ayer de esa juguetería con dos hijos y tres bolsas repletas de juguetes. "Algo escuché de los juguetes en la televisión, pero no entiendo bien cuáles son. Compré sin culpa: Dios quiera que no tenga problemas", pidió.
En la juguetería El Tío Mario, en Santa Fe y Pueyrredón, también se enteraron por los medios de que Mattel había retirado algunos juguetes. "No sabía nada y nadie nos avisó", dijo la encargada de la tienda, que prefirió no revelar su nombre.
Juan, un cliente de 36 años, que salía de esa juguetería, se mostró sorprendido por el retiro de los juguetes. "¿Y nadie pensó en ponerles una etiqueta que dijera que son peligrosos?", se preguntó.




