La justicia de Santiago del Estero concedió la restitución de un niño a su padre sueco
SANTIAGO DEL ESTERO.- El sueco Nicolás Andreas Aretis, de 42 años, vive desde mediados de enero en un hotel céntrico de la provincia. Según cuenta a LA NACION vino al país junto a su esposa santiagueña María Belén García a pasar las fiestas de Navidad y año nuevo, luego de que pasaran cuatro años sin pisar suelo santiagueño. El hombre, explica que un día antes de volver a Suecia junto a su familia, le llegó una notificación judicial donde su ahora exmujer le pedía el divorcio. Por tal motivo, Aretis inició ante la justicia un pedido de restitución del hijo de 12 años que tienen ambos a fin de que pueda volver con él en Europa, a lo que la justicia santiagueña accedió. Su versión sobre los hechos se contradice con la de su expareja, quien señaló -entre otras cosas- que vinieron a la Argentina para quedarse a vivir.
"Vinieron a pasar las fiestas, tenían los pasajes de regreso con fecha 10 enero y hasta habían pedido permiso en la escuela sueca del niño para faltar unos días, pero un día antes de volver, el 9 de enero, Aretis recibe una cédula de notificación de divorcio por parte de García", cuentan Antenor Ferreyra y José Luis Achaval, abogados de Aretis . Achaval calificó de "penosa" a la situación por la que tuvo que atravesar su cliente cuando recibió la notificación judicial de García. "Imagínese, le llega una notificación de divorcio en el domicilio de su familia política donde residía vacacionando y le piden que se vaya, que su presencia no era grata en esa casa. Un día antes del viaje de regreso. Desde ese día que vive en un hotel", dice.
El fallo judicial establece que el menor debe regresar a "su centro de vida" en Europa con su padre. La resolución fue comunicada el viernes a la partes y está firmada por la Jueza Carolina Anauate, titular del Juzgado de Familia de Tercera Nominación.
"El fallo de la jueza ha tomado en cuenta lo que el niño expresó", indica uno de los letrados de Aretis. Según cuenta, la voluntad del niño de regresar a su país de origen "fue manifestada por el menor en la Cámara Gesell y en la audiencia con la jueza Carolina Anauate". Si bien trascendió que la madre apelará el fallo, esta medida no impediría la salida del niño del país junto a su padre.
Aretis y García se conocieron en Córdoba en 2005, cuando el sueco estudiaba castellano. Allí se casaron, al tiempo tuvieron a su hijo y se fueron a vivir a Suecia, a Upsala. Desde enero, el hombre vive en un hotel. "Salgo con mi hijo a caminar por las tardes porque al mediodía hace calor, vamos a comer y a los juegos. Estamos viviendo en un hotel, lo acompaño en su estudios y estoy tratando de evitar que esta situación -sobre todo la parte judicial- lo impacte, pero él me pregunta ‘¿por qué mi mami hace esto?' o '¿por qué no puedo ir a casa?, ¿por qué la jueza no me dejar salir de la casa de mi madre?’ y yo no puedo contestarle", remarca.
La madre del chico, García, rompió el silencio en el diario El Libertal y quebrándose en llanto en varias oportunidades aseguró: "Duelen las entrañas de ver cómo le hacen daño a mi hijo y no puedo hacer nada. Me siento atada de pies y manos. Quiero lo mejor para mi hijo, soy su mamá, pido que me ayuden". En un extenso reportaje, acompañada de su familia, García, además, afirmó: "Todos los dichos y hechos que Andreas ha dicho no son verdad, son falsos, sólo se ha hecho por conveniencia y estrategia legal, pero causando un gran daño, a mi hijo en primer lugar y a mi persona".
La mujer señaló que los dichos de su expareja sobre que debían volver a Suecia en enero son "mentira". Dijo que se quedarían en Santiago del Estero a vivir. "Es mentira que debíamos volver. Nosotros vinimos a vivir a Santiago del Estero, para vivir mejor, para que mi hijo viva mejor y para que yo termine mis estudios y la prueba es que ni bien llegamos los tres renovamos los documentos argentinos, Andreas tiene documento argentino desde el año 2005 y mi hijo y yo somos argentinos, y establecimos nuestro domicilio en esta provincia".
Por último, manifestó que la razón por la cual quiso divorciarse de Aretis fue que éste "minimizaba" un problema de salud del hijo de ambos y por el cual el niño debía tratarse. "Un problema de salud que padece mi hijo que supone un grave riesgo para su vida y su integridad física, y necesita ser atendido para mejorar su salud, pero Andreas -que tiene una gran ascendencia sobre el niño- niega o minimiza el problema, lo que agrava más la situación y el riesgo", contó.
Mañana a las 9 la familia materna del niño manifestará su repudio al fallo judicial.
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