La noticia que dejó a Scioli sin palabras
LA PLATA.– A dos semanas de la felicidad de los buenos resultados en las primarias de la provincia de Buenos Aires, el gobernador Daniel Scioli se encontró, otra vez, con la dura realidad de la inseguridad.
Ayer, parado frente a la bolsa de plástico oscura que contenía el pequeño cuerpo desnudo, desfigurado y brutalmente asesinado de Candela Rodríguez, el gobernador sólo atinó a musitar: "Dios mío".
Minutos más tarde, cuando llegó la madre de Candela al descampado situado en Villa Tesei, y Scioli la acompañó a reconocer el cadáver de la niña, el gobernador escuchó una advertencia de esa mujer devastada, que le dijo: "Mataron a mi hija. Va a ser la última hija a la que maten".
La voz de Carola Labrador es, por estas horas, la de cientos de miles de habitantes de la provincia de Buenos Aires que reclaman mayor seguridad y justicia. Ayer, pequeños compañeros de la niña asesinada, mujeres de mediana edad y hombres mayores lloraban sin consuelo al enterarse de lo sucedido. Y no pasó mucho tiempo para que, desde los más variados sectores, comenzaran a reclamar respuestas a tanta impunidad.
En el descampado de la calle Cellini, entre Batlle y Ordóñez, y la colectora de la Autopista del Oeste, de Villa Tesei, la madre de Candela, lacerada por el dolor, también clavó los ojos en el jefe de policía, comisario general Juan Carlos Paggi, quien en los últimos días la acompañó a una serie de allanamientos para dar con la niña.
Cerca de las 18, el gobernador bonaerense comunicó la noticia que menos quería oír la presidenta Cristina Kirchner, quien precisamente hace una semana había recibido en la Casa Rosada a la madre de Candela y ante quien se comprometió a ayudarla.
Los casi 2000 policías que desplegó el comisario general Paggi en los últimos diez días no alcanzaron para encontrar a la pequeña de 11 años. "Se hizo un visible esfuerzo para encontrar a la niña, pero hubo errores; por ejemplo, dar a conocer el lugar donde se la buscaba. Ese dato puede precipitar un desenlace fatal", dijo anoche a La Nacion un ex ministro de Seguridad y Justicia.
"Este episodio perjudica políticamente al gobierno bonaerense, que deberá enfrentar la búsqueda de responsables", opinó un experto que ocupó el cargo de Ricardo Casal, que está al frente del Ministerio de Justicia.
No habría cambios
Un vocero del gobernador aseguró que Scioli no removerá a Casal y que tampoco evalúa, al menos no lo hacía hasta anoche, hacer cambios precipitados en la cúpula de la policía bonaerense. "Scioli fue al descampado donde hallaron el cuerpo. Se tiró sin red. No especula sobre las consecuencias políticas", dijo la fuente.
Cerca del gobernador Scioli trataron de minimizar el dato de su ausencia del país mientras Candela estaba desaparecida. "No lo ocultó (el viaje al exterior junto a su mujer, Karina Rabolini). Lo informó en su agenda oficial. Siguió siempre la investigación a la distancia", dijeron allegados del mandatario.
En las próximas horas, Scioli no encontrará otra salida que romper su mutismo. Y, cuando lo haga, son muchos los que esperan saber de su boca qué política criminal y qué funcionarios garantizarán una drástica baja de los secuestros extorsivos, que aumentaron 68 por ciento en el primer semestre de este año comparado con igual lapso de 2010, según estadísticas oficiales de la Procuración General de la Suprema Corte de Justicia.
En los primeros seis meses de este año, cabe recordar, se denunciaron 32 secuestros extorsivos en la provincia de Buenos Aires. En contraste con el mismo período de 2010, en el que hubo 19 casos, se advierte que este grave delito creció 68,4%,
Cerca del gobernador Scioli dijeron anoche que el caso Candela no es un caso más de inseguridad, pues "es un hecho cuasi mafioso". De este modo se buscó separar el delito del que fue víctima la menor de las decenas de secuestros extorsivos que se investigan en la Justicia. Y también de las estadísticas criminales que, por ahora, no son favorables a las autoridades bonaerenses.
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