
Las universidades norteamericanas buscan futbolistas
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Mientras el Mundial se juega en Francia, decenas de chicos argentinos harán gala de su destreza futbolística en un lugar muy diferente, los Estados Unidos.
Pero, a diferencia de los muchachos dirigidos por Passarella, la gloria y la meta de estos chicos no es levantar copas ni obtener medallas, sino ganar becas que les permitan cursar estudios en las universidades norteamericanas.
Martín Duhour, ex beisbolista y actual empresario, publicó un aviso publicitario en el que solicitaba la presencia de jóvenes con buen manejo del idioma futbolístico: chicos talentosos que demuestren capacidad para amagar, tirar caños, hacer toques o inventar sutilezas dignas de Ortega y Batistuta.
El emprendimiento consiste en llevar cien chicos al McKendree College, que se ha asociado con Duhour para que éste reclute talentos en la Argentina. Allí, muy cerca de la capital del Estado de Saint Louis, los estarán esperando 160 entrenadores de otras tantas universidades del país.
Durante 15 días habrá prácticas y partidos que servirán a los chicos para mostrarse y a los entrenadores para seleccionar a los más destacados. Los elegidos podrán cursar toda su carrera universitaria, con beca parcial o completa, a cambio del compromiso de jugar en la liga universitaria de fútbol.
"La idea no es que los chicos se salven jugando al fútbol, sino que aprovechen la oportunidad para estudiar y que el deporte sirva de herramienta para acceder a un fin mucho más noble", dijo Duhour a La Nación .
Si los goles, los quites y las atajadas satisfacen a los entrenadores, el camino se abrirá para cuatro o cinco años de estudio, en algunos casos totalmente gratuitos, aunque los participantes de la prueba tendrán que pagar cerca de 3000 dólares por el servicio.
Antigua tradición
El sistema de becas deportivas es una tradición de larga data en las universidades norteamericanas. Los grandes deportistas han pasado por las aulas y se han graduado en las más diversas disciplinas, aunque en muchos casos jamás ejercieran. Michael Jordan, el astro inalcanzable del basquetbol, estudió geología en la Universidad de Carolina del Norte.
Los virtuosos del deporte no pagan nada por sus estudios y, si son realmente buenos, al término de sus estudios serán elegidos para integrar los grandes planteles de basquetbol, béisbol y fútbol americano, por nombrar los deportes más populares. El fútbol es poco practicado, y menos visto, aunque está en ascenso. De todos modos, para los futbolistas universitarios también hay recompensas.
Las universidades sedientas de futbolistas argentinos son mayoritariamente del centro de los Estados Unidos. "Es una región en la que no hay latinos -dijo Duhour-. Si extendemos el proyecto a la costa, los argentinos tendrán más competencia y menos posibilidades de destacarse".




