Le roban el reloj y mata a los ladrones
Fue en Avenida del Libertador y Mendoza; un empresario disparó ocho tiros contra los dos asaltantes
"Dale. Si no te quiere dar la plata matalo de una vez", le gritó un delincuente a su cómplice, desde la moto en la que lo esperaba, estacionado en la Avenida del Libertador, a pocos metros del cruce con Mendoza, sobre la mano que conduce hacia la provincia.
Entonces, según relataron varios testigos a LA NACION, el empresario, al que segundos antes uno de los delincuentes le había arrebatado su reloj amenazándolo con un cuchillo, tomó la pistola calibre 9 mm que tenía debajo del asiento y disparó ocho veces.
El resultado fue que mató a los dos asaltantes. Con un balazo ultimó al que le robó el reloj y de dos tiros hirió mortalmente al delincuente que esperaba a bordo de la moto. Los otros cinco disparos pegaron en el frente de un negocio situado sobre la Avenida del Libertador, casi esquina Mendoza.
De milagro no hubo más heridos. Eran las 11 y en ese momento había mucho tránsito sobre la Avenida del Libertador.
Según informaron fuentes policiales, el hecho de justicia por mano propia que sacudió ayer a los vecinos de esa zona de Belgrano ocurrió cuando el empresario, cuya identidad no trascendió, detuvo la marcha de su Peugeot 405 en el semáforo de la mencionada arteria en su intersección con Mendoza.
De acuerdo con los testimonios recogidos por la policía, el empresario, de 50 años, estaba sobre la mano de Libertador que conduce al centro de la ciudad de Buenos Aires, cuando un ladrón se bajó de una motocicleta, lo encaró por la ventanilla del lado del conductor, lo amenazó con un cuchillo y le arrebató el reloj.
Mientras el ladrón que conducía la moto daba una vuelta en "u" para colocarse sobre la mano que conduce a la provincia, el asaltante que tenía el reloj exigió al empresario que le entregara la billetera.
Como el automovilista se negó, el ladrón, nervioso porque las luces del semáforo cambiaban de rojo para verde, lo volvió a amenazar con el cuchillo. En ese momento, el asaltante dio unos pasos para atrás y el empresario, que estaba acompañado por una mujer, disparó los ocho tiros. Ni siquiera se bajó del auto para tirar, afirmó un testigo.
Siempre según lo confiado por fuentes de la investigación, el justiciero tenía permiso para la portación de armas de guerra.
Tras el hecho quedó detenido e incomunicado en la comisaría 51a. a la espera de ser llevado a los Tribunales para ser indagado por la Justicia, trámite que se cumplirá a primera hora de mañana.
Según informaron fuentes policiales, se sospecha que, además de los dos delincuentes muertos, del hecho participó otro malviviente a bordo de un Renault 12 gris, que logró escapar del lugar donde ocurrió el incidente.
También se supo que el empresario concurre habitualmente a un polígono de la zona norte del Gran Buenos Aires para practicar tiro.
Las crónicas policiales llevan registrados más de 150 casos de ciudadanos que impartieron justicia por mano propia desde el 16 de junio de 1990, cuando el ingeniero Horacio Santos persiguió con su vehículo y mató a los dos ladrones que le habían robado el autoestéreo, en el barrio porteño de Villa Devoto.
En 1995, la sala I de la Cámara del Crimen redujo a tres años de prisión en suspenso la condena contra el ingeniero Santos y se opuso así a la sentencia de 12 años de cárcel por doble homicidio simple que le había dictado una jueza porteña y dejó en libertad a Santos.
En otro hecho, el 28 de septiembre último, el juez federal Claudio Bonadío mató a dos asaltantes que balearon a un amigo suyo cuando iba a comer un asado en la casa situada en la esquina de Matienzo y San Martín, en Villa Martelli.