Muerte de bebés: en los dos casos de hipoglucemia, los peritos no dudaron que se les inyectó insulina
En la audiencia del juicio los médidos interdisciplinarios se enfocaron en los ocho recién nacidos tuvieron un colapso entre marzo y junio de 2022 sin antecedentes previos de problemas en el Hospital Neonatal de Córdoba. Todos sobrevivieron
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CÓRDOBA.– Los ocho bebés que se descompensaron y sobrevivieron entre marzo y junio de 2022 en el Hospital Materno Neonatal de Córdoba fueron el eje del análisis de los peritos médicos en la audiencia de este miércoles, en el juicio por jurados que se sigue por esos hechos, considerados intentos de homicidio, y por las cinco muertes registradas en ese período en el mismo centro de salud. El perito oficial Néstor Vain, de larga trayectoria profesional, enfatizó que no todos los casos son similares: si bien todos sufrieron colapsos, no en todos existió un agente externo que los provocara. De los analizados, no dudaron en marcar que en los dos eventos de hipoglucemia –en los bebés J. y M.– los valores de insulina solo se pueden alcanzar con inoculación externa.
La principal acusada en este proceso es la enfermera Brenda Agüero, imputada como autora material de cinco asesinatos y ocho intentos de homicidio. También fueron procesados diez exfuncionarios y profesionales de la salud por encubrimiento, incumplimiento de deberes de funcionario público y falsedad ideológica.
Vain sí admitió que la coincidencia de muertes y descompensaciones en un mismo día, como se dio en diferentes oportunidades en el hospita durante el período analizado, deberían generar “alerta y preocupación”.

El primer caso de análisis fue el de U., una beba que se descompensó el 18 de marzo de 2022, el mismo día que murió Francisco Cáceres. Para Vain la recuperación rápida evolución favorable de la criatura después de descompensarse es clave para pensar que es “altísimamente probable que no podamos adjudicarlo a un agente externo (...). Pueden haber habido muchos desencadenantes. No encontramos ninguna evidencia de que haya habido una inyección de potasio o de insulina. ¿Podemos decir 100% que no? No”.
El perito Iván Yuszczyk subrayó que “el evento de dos niños sanos que colapsen en el mismo día es altamente infrecuente” por lo que deberían haber provocado alerta en la institución. Insistió en que U. y Cáceres “sí tuvieron un inicio similar”. Es decir, que los síntomas de descompensación fueron parecidos. “No sabemos la causa, pero sí ocurrieron dos colapsos en el mismo lugar y en el mismo espacio temporal, y eso es científicamente improbable. No tener la causa no explica que sea natural o por un agente externo”, añadió. Su colega Raúl Ruiz Córdoba ratificó ese concepto.
Las ocho descompensaciones ocurrieron el 18 de marzo, el 24 de abril, el 26 de abril (dos casos), el 1° de mayo, el 5 de mayo y el 6 de junio (dos casos), siempre de 2022.
Cuando se debatió el caso de F., hija de Justine Bustamante, por decisión del tribunal se cortó la transmisión en la pantalla por la que se sigue el proceso en las salas espejo, con el objetivo de preservar antecedentes médicos de la madre. Esa criatura permaneció nueve días en terapia intensiva. El laboratorio detectó altos niveles de potasio y los peritos no encontraron “una explicación endógena, por lo que la administración exógena es la causa más probable”.
L., hija de Tamara Hermosilla, se descompensó a las 26 horas de nacer. El informe pericial no es concluyente sobre las causas que la llevaron a estar ocho días en terapia. I., beba de Gabriela González, presentó dos pinchazos sin vinculación con procedimientos médicos habituales. Establecieron los peritos que es “altamente probable que hayan sido la puerta de entrada de alguna sustancia (...). Es compatible con potasio” y descartaron que fueran picaduras de insectos. La criatura fue ingresada a terapia intensiva. La rápida actuación médica habría evitado una hiperpotasemia.
J., hijo de Brenda Leiva, se descompuso a las 13 horas de nacer, con hipotonía y taquicardia. “Le detectaron insulinemia de 3520, un valor solo compatible con inoculación exógena de insulina. No hay ninguna explicación médica para este valor, solo en reportes de suicidio o inoculación intencional o accidental”, reportaron. Vain enfatizó que es “casi concluyente” que esos valores se puedan dar sin agente externo y ratificó “es muy evidente que hubo ingreso externo en este chico”.
El otro caso que registró insulina alta fue el de M., la beba de Ludmila Torres. Estuvo 19 días en terapia intensiva y sobrevivió, pero con problemas de desarrollo. Se descompensó a las 20 horas. “No hay ninguna explicación médica razonable fuera de la inoculación exógena de insulina que sea compatible con la evolución clínica y resultados de laboratorio”, señala el reporte.
Con G., hijo de Jazmín Barrionuevo, los especialistas también descartaron que las marcas punzantes pudieran haber sido originadas por insectos. No hubo descompensación abrupta, “no se puso en riesgo la vida”. No hubo alteración ni de potasio ni de insulina.
El último caso bajo la lupa fue el de P, hija de María Gabriela Martín; a las 10 horas de vida comienza con problemas respiratorios y presenta una necrosis en la piel. Los valores de laboratorio y la lesión en partes blandas son “compatibles con lesión química por inoculación de potasio, por ejemplo (...). Los resultados de potasio dieron elevados, en congruencia con la lesión”.
En la audiencia de ayer, los peritos médicos interdisciplinarios marcaron que los problemas que ocasionaron las dos muertes con autopsias y los dos sobrevivientes descompensados el 6 y el 7 de junio de ese año son de una “posibilidad estadística excepcional” similar a “que caiga dos veces en un mismo lugar un rayo. No dos, sino varias veces más”. Coincidieron en que los niveles de insulina y de potasio detectados son muy altos.
Los toxicólogos peritos oficiales Luis Ferrari y María Virginia Soler declararon al inicio de esta semana que, por los análisis de laboratorio, en los casos del 6 y 7 de junio se vieron “valores muy elevados para potasio (…) con gran verosimilitud al ingreso externo de una fuente de potasio” y, en los otros, “elevadísimos niveles de insulina, en línea con intoxicación grave mortal, por ingreso masivo externo, como los registrados en homicidios”.
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