Narcovalijas: el Señor K viajó 11 veces al país desde 2013
El ciudadano ruso es buscado por su presunta participación en el intento de envío de casi 400 kilos de cocaína a Moscú
Se lo conoce como el "Señor K". Se trata de un ciudadano ruso, nacido en 1968, que tiene domicilio en Berlín, y es el representante comercial de una prestigiosa firma de habanos. Ahora, sobre él pesa un pedido de captura internacional por su presunta participación en el escándalo del intento de tráfico de 389 kilos de cocaína ocultos en 12 valijas depositadas en un anexo de la Embajada de la Federación Rusa en Buenos Aires. Desde 2013, el Señor K viajó a la Argentina 11 veces.
Así lo informaron a la nacion calificadas fuentes judiciales. El rostro y los datos filiatorios del Señor K, conocido así por la primera letra de su apellido, figuran en la base de Interpol.
"Desde 2013, el sospechoso hizo 11 viajes a la Argentina. Siempre venía con habanos y licores para regalar, y que la gente le deba favores. En Alemania, donde vive, participa de muchos actos de beneficencia", sostuvo una fuente judicial.
Su última visita a la Argentina fue entre octubre y noviembre de 2017, cuando vino a intentar llevarse las 12 valijas -que en realidad ya no tenían cocaína sino harina- en un vuelo privado hacia Letonia.
El Señor K, según consta en el expediente judicial, tenía una fluida relación con Ali Abyanov, que cumplió funciones como administrador económico de la embajada rusa en Buenos Aires, y con Iván Blizniouk, el subinspector de la Policía de la Ciudad detenido por orden del juez federal Julián Ercolini.
Blizniouk, nacido en Rusia y naturalizado argentino, revistaba en la Dirección General de Coordinación y Enlace del Instituto Superior de Seguridad Pública de la Ciudad. Como hablaba cuatro idiomas -entre ellos, el ruso-, servía de enlace con aquellas fuerzas o instituciones extranjeras con las cuales la actual Policía de la Ciudad mantiene convenios de colaboración e intercambio. De hecho, participó de al menos dos viajes con cadetes. Pero también tenía un vínculo directo con la embajada rusa, de la cual era asesor en materia de seguridad. Tenía, así, acceso al lugar y los contactos que resultaron claves para diagramar el tráfico.
Anteayer, el uniformado se negó a declarar ante el juez federal Ercolini y representantes de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar). Lo mismo hizo el otro detenido en la Argentina, el también nacido en Rusia y naturalizado argentino Alexander Chikalo. La defensa de ambos pidió sus excarcelaciones, pero el juez federal Julián Ercolini rechazó la presentación al considerar que hay riesgo de que entorpezcan la investigación. Poco antes, el fiscal federal Eduardo Taiano también se había opuesto al pedido de la defensa.
Según sostuvieron los fiscales federales Taiano y Diego Iglesias (titular de la Procunar) en el dictamen donde pidieron la detenciones de Blizniouk y Chikalo, el Señor K fue "señalado primariamente como el responsable de haber ingresado las valijas en la dependencia diplomática en la Argentina, en connivencia con un exfuncionario identificado como Abyanov".
Escuchas telefónicas
El 7 y el 8 de octubre pasados, en conversaciones telefónicas entre el Señor K y Blizniouk, el ciudadano ruso le comunicó su arribo próximo a la Argentina. "Le solicita que realice los contactos con autoridades de la seguridad aeroportuaria a fin de entregarles ciertos regalos que traía de Rusia, como ser, coñac y cigarrillos, de manera cordial, a lo que este último no solo le refiere que haría tal contacto, sino que también le solicita insistentemente el número de vuelo privado y demás datos de las personas que viajarían en el mismo avión", se desprende de las transcripciones de las escuchas telefónicas a las que tuvo acceso la nacion.
En el dictamen de los fiscales Taiano e Iglesias, se consigna que "la finalidad de las conversaciones radica exclusivamente en que Blizniouk consiga por medio de sus contactos un permiso para bajar del avión privado los supuestos regalos (coñac y cigarros) que traía para distintos funcionarios, como así también subir luego a la vuelta unas cajas de vino, oportunidad en la que se presume que intentaría subir también las valijas". La hipótesis de que el último viaje del Señor K a la Argentina era con la intención de llevarse en un vuelo privado las valijas que él creía que tenían la cocaína se robusteció con información aportada por el Servicio Federal de Seguridad ruso.
"A partir del conocimiento de que 'K' arribaría al país con la intención de llevarse las valijas de la embajada y por ende la posibilidad de que contacte a los diplomáticos de esa dependencia a esos efectos, el juez Ercolini, a cargo de la investigación, resolvió que no se haga lugar a esa entrega en razón de que se encontraban en curso las tratativas para realizar una entrega vigilada de las valijas, pero a través de un vuelo oficial de la embajada y no mediante un avión privado como pretendía 'K'", según se desprende del expediente judicial.
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