
No es necesario quitar la batería del celular para no ser espiado
Lo afirman fabricantes y operadores
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¿Puede un teléfono celular transmitir incluso cuando está apagado? ¿Puede acaso encenderse solo, sin que nos demos cuenta, y funcionar como un espía? ¿Tiene sentido sacarle la batería al teléfono durante una reunión muy, pero muy privada, como hacen tantos argentinos?
Alfredo Pinkus, ingeniero de soluciones del mayor fabricante de celulares del mundo, Nokia, es terminante: "La respuesta es no, ene o . La leyenda local dice lo contrario, por supuesto, pero la verdad es que cuando el celular está apagado, sus funciones y comandos no están energizados, y por lo tanto no se encuentran disponibles".
Mario Cammisa, licenciado en sistemas y responsable de la empresa Seguridad Informática, confirma el dato en forma muy gráfica: "Da lo mismo apagarlo que sacarle la batería. Si alguien, además de apagar el celular, le saca la batería, está excediendo el sentido común".
Werner Horsch, ingeniero de producto de Motorola, el otro gigante mundial de la telefonía celular, también descarta de plano la posibilidad de que se acceda a un celular cuando está apagado. ¿No es cierto, entonces, que cuando se apaga un celular, éste, en realidad, queda encendido? "La batería sigue alimentando el reloj, por ejemplo, pero el teléfono está 100% apagado", explica Horsch.
Para hacerlo simple: tal como sale de la fábrica, es imposible usar el celular como espía."
La Comisión Nacional de Comunicaciones dice lo mismo: "Los equipos que se comercializan para telefonía móvil no se pueden convertir en transmisores involuntarios".
"Apagar el celular es como apagar el televisor: no transmite ni recibe y no existe la tecnología para abrirlo a distancia -dice un ingeniero del área técnica de Unifón-. Cuando está encendido, de hecho, tampoco se lo puede usar como micrófono. No podemos hacerlo ni siquiera nosotros desde la red", concluye.
Por su parte, Telecom asegura que "la red de Personal no permite el acceso remoto a una terminal para transformar la misma en un micrófono".
Pinkus amplía: "Si llamo a un celular y la otra persona no contesta, el teléfono no se abre. Y no se puede acceder a un celular de manera remota. Esto es así, si el equipo funciona bien, es decir, si se trata de un modelo aprobado y que pasó por todos los tests. Un teléfono así no va a abrirse solo".
Otro mito urbano
El ingeniero de Nokia explica que el origen de este mito urbano puede estar en el error humano.
Por ejemplo, haber programado el aparato para que conteste al presionar cualquier tecla y, habiéndonos olvidado el dispositivo en el bolsillo, apretar inadvertidamente un botón y abrir así una línea por la que, por cierto, se va a oír todo. "Otro ejemplo: el auricular para manos libres que uso en el auto -añade Pinkus- atiende al tercer timbrazo, sin que yo toque nada."
El celular, una vez apagado, ni siquiera transmite su posición. "Cuando usted apaga el teléfono, la red envía un mensaje para que se ponga en línea el contestador o un mensaje alusivo, nada más", dice Pinkus.
Una historia bien diferente es si el celular ha sido alterado o reprogramado de alguna forma. En ese caso, casi cualquier cosa es posible. Pero, puestos a sospechar, ¿por qué no dudar primero de la batería en sí? Posee la fuente de energía y el tamaño suficiente para añadirle, subrepticiamente, un pequeño transmisor. En ese escenario, quitarle la batería al celular no cambiaría nada. "Hoy se puede poner un micrófono y un transmisor del tamaño de una pila de reloj", confirma Cammisa.
Polémica por la privacidad
El servicio de ubicación geográfica por medio del celular se basa en la forma en que siempre funcionaron estos teléfonos, es decir, en celdas localizadas.
La densidad de esas celdas determinará la precisión al ubicar a una persona o, para ser más exactos, su celular. "En San Isidro habrá menos celdas, mientras que un gran hotel en el centro podrá poseer su propia celda; se podría ubicar a una persona directamente en ese hotel", explica Cammisa.
"Este uso del celular para saber dónde está el portador tiene implicaciones de seguridad personal y de privacidad. Así que ahora se está pensando en que esas funciones se puedan apagar desde el celular", dice Pinkus, refiriéndose a una encendida polémica que el empleo del celular como localizador está generando en otros países.
En los Estados Unidos la leyenda urbana de sacar la batería no existe, pero hay otra que dice que un celular puede causar un incendio en una estación de servicio. Decenas de miles de sitios web discuten el tema sin descanso, pese a que las baterías de un walkman o el tomacorriente de la terminal de venta también podrían, llegado el caso, producir una chispa incendiaria.
Mitos y leyendas que necesitamos, parece, para digerir tanto cambio tecnológico.





