Calefacción pasiva. ¿Cómo se escapa el calor de tu casa?
Lo que ocurrió en la Base Marambio, donde al cambiar las ventanas de un sector se logró que la temperatura interior subiera 36 grados, es un buen ejemplo. En la Secretaría de Energía de la Nación están preocupados por promover mejoras en los sistemas de "calefacción pasiva" dentro de los hogares, ya que más de la mitad del calor que generan los sistemas de calefacción en las casas se pierde por problemas en la aislación. Es decir que haciendo mejoras en ventanas, o colocando burletes en las puertas se podría ahorrar energía en calefacción equivalente a un 30% de la boleta y un 50% del gasto.
En esa línea, ayer, en la Secretaría de Energía se presentó un software que permitirá a los usuarios conocer si su ventana ahorra energía o no, de acuerdo a la reciente norma IRAM, que permite conocer la categoría de eficiencia energética de las ventanas. Este aplicativo permite a los vecinos conocer qué tipo de ventana conviene colocar en su casa, según el tipo de región en la que se encuentro y teniendo en cuenta otros factores como orientación, aislación, entre otros.
¿Por dónde pierde calor una casa? Los especialistas lo tienen muy estudiado y los resultados se presentaron durante el foro Vivienda Sustentable que se realizó hace un mes en la Secretaría de Energía. Son básicamente seis los puntos de fuga. El 30% se escapa por el techo, si no hay una aislación adecuada. Otro 20% se va por los sistemas de ventilación, que son necesarios porque mantienen la vivienda oxigenada. Otro 13% se escapa por puertas y ventanas (esto es, puertas que no cierran bien o no son herméticas y ventanas que además de no cerrarse bien, no tienen persianas, que constituyen la primera barrera para el frío). El suelo representa una pérdida de calor del 16%, lo mismo que los muros y paredes exteriores. Además, los puentes térmicos representan una fuga de calor del 5%.
Para remediarlo, en algunos casos será necesario invertir en mejorar la infraestructura de la casa. Pero en otros, alcanzará con cambios pequeños, como instalar burletes o desenrollar una alfombra en algunos meses del año. Además, no siempre la ventana más cara será la mejor. Dependiendo las regiones, no será necesario colocar ventanas con calificación A, sino que alcanzará con una tipo C para mantener la casa calefaccionada.
La optimización energética de una casa puede permitir ahorrar hasta un 30% lo que se gasta en energía y un 50% de lo que se gasta en calefacción, asegura Tomás Bernacchia, director de Eficiencia Energética del Instituto Nacional de Tecnogolía Industrial (INTI). "La energía más eficiente es la que no se consume. Con pautas de diseño se puede hacer mucho para bajar el consumo. El caso de Marambio es un buen ejemplo frente a una coyuntura que plantea la necesidad del ahorro en el consumo de la energía. El objetivo es lograr un ahorro energético mediante la utilización de productos eficientes", apunta.
Por las ventanas
La Dirección de Edificaciones y Sector público de la Secretaría de Energía, junto con las cámaras representantes de las empresas proveedoras de los distintos componentes que conforman una ventana, desarrolló una herramienta de cálculo que permite generar la etiqueta de eficiencia energética conforme a la norma IRAM 11507-6, según cada caso. Las ventanas más eficientes permitirán ahorrar en calefacción. El sistema comparativo se compone de siete clases de eficiencia identificadas por las letras A, B, C, D, E, F y G similar al utilizado en las etiquetas de electrodomésticos, donde la letra A se adjudica a las más eficientes y la G a las menos eficientes.
Esta calificación se realiza tanto para modo calefacción como para modo refrigeración en las distintas zonas del país. Por ejemplo, según las normas IRAM, en la región central las ventanas tipo C serán las adecuadas tanto para mantener la calefacción como la refrigeración. En cambio, para el Noroeste del país se necesitarán ventanas tipo A para calefacción y tipo D para refrigeración. En el Sur, ventanas tipo D para calefacción y C para refrigeración. En el Nordeste se requieren ventanas A para calefacción y B para refrigeración.
El etiquetado de las ventanas contribuye a reducir el consumo de energía y es útil para el usuario a la hora de elegir sus nuevas ventanas o recambiar las existentes, ayudándolo a optar por opciones más eficientes, con información verificada por entes reguladores. Permite comparar los diferentes tipos de ventanas según su calidad energética, para elegir la más adecuada según el uso que se le otorgará.
El aporte de las persianas
La falta de persianas o el no uso de las persianas también genera un impacto, ya que son la primera barrera para el viento, el frío y la lluvia y pueden atemperar el aire que toma contacto con el vidrio. Lo ideal es que se las levante cuando hay sol y se las baje cuando desciende la temperatura. Así, se permite que el calor entre y se evita que se vaya. Es importante que la caja de taparrollos también esté cerrada.
La importancia de la ventilación
Las intoxicaciones con monóxido de carbono son una consecuencia lamentable de la llegada de las bajas temperaturas. La mayoría de los casos ocurren porque se cerraron por completo las ventanas en ambientes donde había alguna estufa o fuente de calor y no se mantuvo la alimentación del oxígeno. La recomendación es que en todos los ambientes calefaccionados, no importa qué tipo de equipo se use, se deje abierta cinco centímetros la ventana. Esta es una pérdida de calor que no debe evitarse, sino que por el contrario es lo que asegura el ingreso de oxígeno al ambiente. Y es lo que puede salvar una vida en caso de que una estufa en mal estado realice una combustión incompleta. También son necesarias las rejillas de ventilación que se exigen por ley para la habilitación de la instalación de gas en una vivienda.
Qué son los puentes térmicos
No importa cuánto se calefaccione una casa. Si no se tienen en cuenta los puentes térmicos, la fuga de calor continuará. Los especialistas del INTI explican que el calor se pierde a través de puentes térmicos, que son zonas en las se transmite más fácilmente el frío o el calor. Estos se producen porque están hechos de un material que de por sí es conductor o porque están en contacto directo con el aire de fuera o dentro. Por ejemplo, una ventana con un marco de metal, en contacto con el exterior, estará normalmente fría durante el invierno porque está hecha de un material muy conductor. Por tanto, será un puente térmico. Actualmente existen otros materiales para los marcos de las ventanas exteriores, como el PVC, que no conducen el calor. Incluso el techo de una casa puede convertirse en un puente térmico y la superficie de las ventanas también.
Las puertas que no se ven
Las puertas que comunican al exterior deben estar en buen estado. Muchas veces, se presta atención a las puertas que conectan con la calle, por razones de seguridad, pero otras puertas que conducen a patios o lavaderos, incluso a la cochera o a zonas de la casa no refrigeradas. Esto significa una pérdida de calor infravalorada. Algo tan sencillo como colocarle un burlete o asegurarse de que el marco esté en condiciones y permita cerrarla, impactarán positivamente en la temperatura interior.
El piso, gran fuga de calor
Los pisos de la casa también pueden ser un punto de fuga de calor, muy importante, sobre todo si están hechos de materiales fríos como cerámicos, mármol o mosaicos. Lo ideal es durante el invierno cubrirlos con algún tipo de alfombra. Y por supuesto, asegurarse de que la aislación del suelo esté en buen estado. Si, en cambio, los suelos son de madera, parqué flotante o alfombra, esos materiales actuarán como aislante.
Acumular el calor del sol
El ingeniero Alfredo Esteves es investigador del Conicet en el Instituto de Ambiente y construyó su casa en Guaymallén, Mendoza, íntegramente como una vivienda solar. "Tiene un sistema de ganancia directa de calor", explica.
Se trata de galerías vidriadas con orientación norte, que además de luz capturan el calor del sol en el invierno y lo meten a la casa. Esto permite, con un buen sistema de aislamiento térmico -esto es, doble vidrio y burletes-, mantener la casa calefaccionada. Por la noche se cierra el sector y eso evita que la temperatura baje, como ocurre en el exterior, 15 grados. La pérdida de calor es de apenas un grado. En verano, el sistema se desactiva mediante la apertura de ventanas.
"Construir una casa adaptada a la energía solar, con buena aislación térmica, con buena orientación y con el equipamiento de calefacción y agua caliente sanitaria incrementa entre 5 y 10% el costo de una vivienda. No es significativo si se piensa en el ahorro futuro. Por culpa de la mala orientación y una aislación térmica deficiente se pierde mucho calor. Más del 50% del gasto en energía para calefaccionar una casa se puede reducir si se mejoran esas dos variables", apunta.