Sigue el misterio por el asesinato del corredor de motos baleado en el centro de La Plata
Esta semana se cumplirán tres meses de aquel instante fatal en el que Mariano Anello encontró la muerte en el centro de la ciudad de La Plata, alcanzado por un proyectil cuyo origen es, todavía, un misterio que la Justicia no logró desentrañar. La familia del joven, que a los 26 años ya figuraba entre los tres mejores corredores de moto en la categoría de 250 cc, no deja de exigir que las autoridades eviten que el asesinato entre en el cono de la impunidad.
A las 2.08 del 25 de mayo pasado, Mariano Anello cruzó la intersección de las calles 17 y 54 con su camioneta Peugeot Hoggar. Una bala hizo explotar el vidrio de la ventanilla y siguió su recorrido hasta dar en el hombro del joven; el proyectil de plomo lo atravesó y le causó la muerte. La camioneta terminó contra un poste de luz, metros más adelante. Una chica que pasaba por el lugar oyó la detonación. Pensó que le habían disparado a ella. Cuando se le pasó el miedo pudo ir a ayudar a Mariano y llamar al 911. Llegó a ver que el tiro había salió de un Volkswagen Fox gris. En la escena del crimen se encontró una vaina servida de calibre 9 milímetros.
La fiscal Virginia Bravo estudió las filmaciones de las cámaras de seguridad del lugar, pero la mala calidad de la imagen no permitió dilucidar la patente del Fox; sí identificaron un VW Vento al que, segundos antes, a metros del lugar del hecho, le habían tirado desde el Fox. Por eso, los investigadores creen que Anello murió por estar en el lugar y el momento equivocados.
Durante la pesquisa se hicieron diez allanamientos, que pusieron en la mira a algunos sospechosos. La policía dio con el conductor del VW Vento, que prestó declaración. Tras esa testimonial la fiscal se abocó a intentar reconstruir los segundos posteriores, en los que del Fox salió el tiro que mató a Mariano. Aún espera el peritaje balístico, que está a cargo de la Policía Federal.
Fuentes de la investigación dijeron a LA NACION que en la lista de sospechosos hay dos policías bonaerenses; ambos tienen un Fox gris. Uno de ellos, aquella madrugada, se acercó a una comisaría y denunció que le habían robado el arma reglamentaria, una Bersa Thunder. Eso profundizó las sospechas.
Por esas horas, además, hubo otro caso de violencia que sumó misterio alrededor de la muerte de Anello: a las 5.30 balearon una casa de la zona desde una camioneta.
"Queremos saber si hay un loco que sale a la calle a dispararle a cualquiera que se le cruce o si ese disparo iba dirigido hacia otra persona u otro vehículo. De lo que estamos seguros es de que ese tiro no era para él", relató a LA NACION Victoria, la hermana de Mariano, de 31 años.
Buscan testigos
La familia Anello quiere desentrañar qué pasó. Organiza marchas y una campaña de difusión en redes sociales en busca de testigos.
"Todos los días son un horror. Lo amo. Éramos nosotros dos. Todas las mañanas me levanto, abro los ojos y lo primero que pienso es en que Mariano está muerto. Me voy a dormir pensando que todo esto es una pesadilla", agregó Victoria.
Anello era corredor de motos y estaba ubicado entre los tres mejores pilotos del país en la categoría 250 cc. Trabajaba como administrativo en servicio social de la policía bonaerense y se había construido su casa hacía pocos meses en Berisso, junto a la de sus padres.
"No había ningún motivo para que la vida de mi hermano terminara así. Tenía todo por delante. Siento mucho dolor. Se había comprado el auto hacía poco. No le alcanzó a hacer ni 10 kilómetros. ¡Qué mala suerte! Fue un segundo; si hubiera pasado por ahí solo un segundo más tarde, ahora estaría vivo", siguió Victoria.
"Él amaba las motos. Competía hacía diez años. Yo también soy corredor de motos y Mariano fue mamando todo desde chico. Fuimos a correr por todo el país y a Uruguay", contó a LA NACION Sergio, el padre.
"Lo extraño muchísimo. Siento que me falta algo. Los tres éramos muy unidos. Compartíamos los fines de semana juntos. Íbamos a pescar, de camping, salíamos a hacer deporte. Teníamos la misma pasión, que eran las motos. Soy un laburante y tengo que ponerle pilas, otra no me queda. Pero sí quiero saber la verdad de lo que pasó y poder obtener justicia", dijo Sergio.
El 25 de mayo pasado, Mariano había ido al cumpleaños de su amigo Juan "Lagarto" Manuel. Allí, con sus compañeros del secundario comieron guiso de lentejas mientras charlaban de la vida. Pasadas la 1.30, Mariano y Brian, otro amigo, decidieron que ya era hora de volver a casa. Brian vivía en el centro platense y Mariano, aunque vivía en Berisso, se ofreció a llevarlo. Esa decisión selló su destino.
"Nos quedamos charlando en la puerta. Le conté que mi abuela había fallecido hacía poco. Él me dijo que la de él también. Y hablamos de la muerte. ¡Y mirá cómo son las cosas! Unos minutos después lo asesinaron. Si no lo hubiese alcanzado a Brian a su casa, hoy estaría vivo... Pero no tiene sentido pensar en eso. Hoy no lo tenemos y queremos justicia y que el asesino tenga su condena", contó Juan Manuel, el amigo de Mariano.
La causa está, ahora, a la espera del resultado de los peritajes. Aún no hay imputados y la familia busca testigos que hayan visto lo que pasó esa madrugada. "Es anónimo. Yo creo que hay miedo de contar, pero lo necesitamos para saber la verdad", concluyó Victoria.
Leandro Scannone
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