Becu de Villalobos: "Hice el criptograma y descubrí un párrafo de un libro de mi madre"
Los científicos vibramos por producir conocimiento original que cambie paradigmas. Sin embargo, también tenemos nuestro ego y cuando nuestro nombre aparece en los diarios por razones nobles, estamos contentos.
Por supuesto que nunca nos vamos a destacar como una bailarina del "Bailando" o un futbolista que tuvo un esguince. Nuestro trabajo es leído en el mundo, discutido y citado, pero rara vez llega a los diarios.
Por eso, cuando LA NACION publicó una nota sobre una de mis investigaciones en endocrinología, entré en un mundo desconocido. De repente, y por escasos días, fui famosa, recibí felicitaciones, invitaciones; hasta mis hijos me miraban como si fuera importante. La experiencia se repitió con otros hallazgos que publiqué en el exterior, y ya caminaba más divertida. Pero quizás el recuerdo más tierno que tengo de LA NACION fue un domingo, cuando hice el criptograma y me di cuenta de que habían elegido un párrafo de un libro de mi madre. Ella, a los 82 años, calladita pero insistente, había logrado estar.
* Investigadora Conicet
Becu de Villalobos
LA NACION