Tensión entre clientes: una semana de polémica por dos manifestantes propalestina en un bar de Palermo
Luego de una movilización a la Embajada de Estados Unidos, el viernes 15 de noviembre, un par de hombres, que llevaban una bandera palestina y un pañuelo kufiya, fueron a una confitería; denunciaron que fueron agredidos por otros clientes que estaban en el lugar
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Hace una semana dos jóvenes que se encontraban bebiendo café en una confitería del barrio porteño de Palermo, y que portaban una bandera palestina y un pañuelo kufiya, denunciaron que fueron increpados por algunos clientes del mismo lugar por su posición política. A raíz de ese suceso, y al considerar que los encargados del local no asistieron a los clientes que eran agredidos, este sábado un grupo propalestino se hizo presente en el mismo bar en una acción de que consideró como “desagravio”.
El suceso, que se volvió viral con una serie de videos que se difundieron a través de las redes sociales, tuvo su puntapié inicial el viernes 15 de noviembre, según pudo reconstruir LA NACION. Ese día, desde el Comité Argentino de Solidaridad con el Pueblo Palestino, integrado por organizaciones de la comunidad árabe y palestina, judía, organismos de derechos humanos, partidos políticos y sociales, se ejecutó una movilización desde Plaza Italia a la Embajada de Estados Unidos en el contexto de la guerra de Medio Oriente.
Una vez finalizada la manifestación, dos hombres, uno de ellos de origen palestino y residente en Buenos Aires desde hace varios años, se acercaron a una confitería ubicada en la calle Sinclair. Una de las personas llevaba colgaba en su espalda una bandera de Palestina, en tanto la otra usaba el kufiya. Luciana Alter, de “Judíes x Palestina”, contó a LA NACION que una mujer comenzó a agredirlos. “Les gritaba qué pensaban ellos de los rehenes secuestrados”, ejemplificó, y aseguró que las personas agredidas no respondieron al ataque verbal. “Otras personas comenzaron a tirarles medialunas”, agregó.
Este tipo de tensiones y roces se dan en distintas partes del mundo a medida que la guerra escala y hay posturas encontradas.
Uno de los hombres agredidos, de nombre Hussein, contó en sus redes lo que había vivido: “La barista tomó nuestro pedido y fuimos a buscar una mesa afuera. Nos acercamos a la ventana para retirarlo y una mujer, que parecía genuinamente interesada, nos detuvo y nos preguntó de dónde era esa bandera, a lo que respondí educadamente que era de Palestina. Luego, me preguntó si estábamos haciendo esto por los rehenes judíos. No entendía nada, pensé que mi español estaba fallando. Miré a mi amigo y él le explicó que veníamos de una protesta sobre el genocidio que está ocurriendo en Palestina”.
“En ese momento, la amiga de la mujer entró diciendo explícitamente que no hay ningún genocidio. Todo hace clic en mi cabeza y respondo que no hablamos con sionistas. Le dimos la espalda y nos fuimos a sentar. Se acercaron a donde estábamos sentados y empezaron a gritar que estábamos ahí con la bandera para provocarlos”, prosiguió en su relato el hombre de origen palestino y estudiante de Medicina.
Según el relato de Hussein, un grupo de hombres también empezó a gritar, “lo que ignoramos”. “Uno nos ofreció comprarle un café a mi amigo si nos íbamos, a lo que le informamos que no teníamos ninguna razón para irnos y que íbamos a seguir tomando nuestros cafés ahí”. El hombre relató que se retiraron del sitio cuando finalizaron de tomar sus respectivas bebidas.
Según la activista Alter, horas después de ese suceso el bar subió una historia en su cuenta de Instagram en la que decía que “no iban a aceptar ningún acto antisemita en el lugar”, pero que decidieron luego borrar tal publicación. A raíz de ello, es que, argumentó, los manifestantes decidieron acercarse este sábado a la confitería para hacer un acto de desagravio por considerar que avalaban los ataques. “Los compañeros no estaban haciendo nada y encima los acusaron de antisemitistas”, dijo la mujer.
“Venimos a hacer un acto de desagravio, a partir de lo ocurrido en este lugar, donde clientes desarrollaron una actitud patotera y hostigante sobre dos compañeros nuestros que tenían la bandera palestina y el pañuelo”, dijo uno de los manifestantes a través de un megáfono y ante la atenta mirada de los presentes. Un mozo del bar -lugar con el que LA NACION intentó comunicarse este domingo, pero tienen las sucursales cerradas- se acercó a intentar disuadirlos, pero la movilización persistió.
“Vino el encargado y nos pidió que nos fuéramos. Cuando estábamos a unos metros del bar nos paró un patrullero y los policías nos pidieron los documentos. Justo en ese momento apareció un hombre, que no sabemos quién es, y empezó a decirnos barbaridades. Uno de los efectivos lo alejó y el otro policía nos dijo que nos fuéramos”, cerró su relato Alter. “Se tienen que ir de acá con esas banderas de mierda. Váyanse de mi barrio”, repetía el desconocido entre insultos.
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