“Un indicador de la salud de la selva”: un estudio reveló cuántos yaguaretés hay en el país y la cifra generó alivio

Entre 72 y 122 yaguaretés habitan la selva misionera. Así lo revelaron los resultados del monitoreo poblacional del tercer felino más grande del mundo, pero el más grande del país, que a través del trabajo conjunto entre el equipo de científicos de Proyecto Yaguareté de Argentina (CeIBA-UNAM-CONICET), y el equipo del Proyecto Onças do Iguaçu de Brasil (ICMBio-PNI), que cuentan con el apoyo de la Fundación Vida Silvestre Argentina y la Organización Mundial de Conservación (WWF) de Brasil. Se estima que, en la Argentina, habitan 250 yaguaretés, poco menos de la mitad viven en la selva misionera.

El conteo se realiza a partir del análisis de imágenes tomadas por cámaras trampa. Se trata de dispositivos que se colocan en los árboles de los bosques y se activan con un sensor que capta temperatura y movimiento, es decir que, cuando un animal de sangre caliente pasa por delante toma una fotografía o filma un video.

Para identificar que no se trata del mismo animal, se analizan las manchas del pelaje del yaguareté: cada mancha, o roseta, es única, como las huellas dactilares de los humanos. Es un trabajo arduo ya que, al activarse con sensores de movimiento, muchas veces las fotos no logran captar al animal completo o solo registran a sus presas. La dieta del yaguareté, que posee la mandíbula más fuerte de todos los felinos, va desde grandes vertebrados como el tapir, chanchos de monte, venados, pacas, acutíes, coatíes, yacarés, tortugas, lagartos, aves, peces, cuises y tapetíes.

Luego, mediante modelos matemáticos, se estima el número de individuos presentes en el área relevada, que, por lo general, es mayor al número de individuos registrados en las cámaras. Así, se obtiene un cálculo poblacional y un rango posible asociado, que indica la cantidad mínima y máxima de individuos.

El estudio brinda una estimación de la población de yaguaretés en el Bosque Atlántico del Alto Paraná, integrado por la selva misionera y los Parques de Iguazú y del Turvo, de Brasil. Abarcó más de 580.000 hectáreas de los dos países, donde se colocaron 224 estaciones con cámaras trampas. La población de la región se encuentra estable hace seis años con alrededor de 90 a 100 animales adultos. Según los investigadores, el número indica que los esfuerzos de conservación por la especie aún son cruciales para su conservación.

Evolución

““Hemos encontrado que la población está estable y son resultados bastante buenos porque se trata de una especie muy amenazada que en general tienden a declinar y el hecho de mantenerlas en un nivel no tan cercano a la extinción ya es un logro bastante grande”, dijo a LA NACION Agustin Paviolo, investigador del CONICET y quien dirige el proyecto yaguareté.

“Los resultados de este año son importantes porque se puede ver que hay una estabilidad en la población. Si miramos algunos años atrás la población estaba distinta, casi no tendríamos jaguares en el territorio. Es una población fiable que con trabajo serio de constancia muestra que es posible cambiar la tendencia de una población que se extiende. Es superimportante mantener el proyecto y el trabajo con las comunidades que viven cerca de los parques”, coincidió Felipe Feliciani, analista de Conservación WWF-Brasil, una organizaciones de conservación que busca detener la degradación del medio ambiente y conservar la diversidad biológica del mundo.

El estudio se realiza desde 2005. Ese año, el relevamiento indicó que habitaban la selva misionera cerca de 40 yaguaretés con un rango que iba entre 30 y 54. Para 2010, la media de la población se ubicó en 58, con un tamaño total estimado entre 39 y 78 individuos. En 2014 el mínimo fue 51 y el máximo, 84, con una media de 80 . En 2016 la media ascendió a 90 yaguaretés, con un tamaño total entre 71 y 107.

Los resultados de 2018 indicaron que había cerca de 105, con una población total entre 84 y 105 individuos. En 2020 la media volvió a ser 90 y el rango establecía que el mínimo de individuos era 76 y un máximo de 106. Este año, los resultados del monitoreo indican que el tamaño total estimado está entre 72 y 122 yaguaretés, con una media de 93.

“Es importante saber que los esfuerzos están dando resultados y que tenemos una población estable. Pero, de todas formas, estos resultados reafirman que hay que reforzar las tareas que hacemos. Las instituciones que trabajan por la preservación del yaguareté necesitan de mayores recursos. La Argentina tiene un plan nacional de conservación de la especie que a su vez este plan se refleja localmente en grupos de trabajo que necesitan seguir reforzando el trabajo que se hace. Es necesario torcer la curva de perdida de diversidad y la selva misionera aún puede incrementar la cantidad de animales que pueden vivir allí”, indicó a este medio Fernando Miñarro, director de conservación de la Fundación Vida Silvestre Argentina, una organización no gubernamental creada en 1977 que busca proponer e implementar soluciones para conservar la naturaleza que desde 1988 representa en la Argentina en la WWF.

Miñarro indicó que el yaguareté es considerado “un indicador de la salud de la biodiversidad”. Y completó: “Si tenemos la población de yaguareté en buen estado de conservación significa que tenemos una selva en buen estado de conservación, que reditúa en el bienestar, en una mejora de las actividades sociales y económicas, sobre todo, y especialmente, en un contexto tan difícil como el que estamos viviendo en la crisis del cambio climático. Las comunidades locales también pueden ser parte de asumir más compromisos en relación a la conservación de la especie. Ser mensajeros, cada uno desde su lugar, de la necesidad de revertir esto”.

Hace ya tiempo que el yaguareté está en peligro crítico de extinción en la Argentina. Los principales tres riesgos que enfrenta el felino más grande del país –puede alcanzar hasta 2,50 metros de longitud y pesar hasta 140 kilogramos– están asociados a la actividad humana: pérdida de hábitat, atropellamiento en rutas y la caza ilegal del animal y de sus presas.

Sin embargo, un 65% de la población argentina consideró que el yaguareté es el animal silvestre más emblemático de la fauna del país y un 97% que su extinción sería grave, según una encuesta de la Fundación Vida.