Vinos para disfrutar en todo momento. Una cosecha con alto rendimiento en cantidad y calidad de uvas

Desde la calle, la pared lateral de Bodega Uxmal llama la atención con un enorme mural que cubre toda su superficie, exhibiendo flores multicolores y racimos de uvas violáceos. Estamos en el departamento de Rivadavia, en el oásis productivo del Este mendocino, la mayor región vitivinícola del país. La presencia del mural no extraña: entre tantas bodegas centenarias y tradicionales, Uxmal planta bandera desde su juventud. Fundada en 2003, en apenas 15 años logró convertirse en uno de los nombres más habituales en la mesa cotidiana de los argentinos, con varietales y cortes jóvenes pensados para disfrutar en toda ocasión.

Las viñas

"La búsqueda de Uxmal es elaborar vinos que expresen de la mejor manera las variedades utilizadas. Por eso, tenemos fincas aquí, en Rivadavia, y según el vino también utilizamos uvas de Luján de Cuyo y el Valle de Uco", explica Leopoldo Kuschnaroff, a cargo de la bodega.

Con ya diez años de trabajo en Uxmal, Leopoldo se recibió primero como ingeniero agrónomo para luego especializarse en enología, dejando así en claro una prioridad que cada día es más común de ver en bodegas de Mendoza y del mundo: que las fincas y la materia prima son la base de los mejores vinos. "Mientras más aprendés de esto, te das cuenta de que lo más importante es la calidad de la uva. Es simple: con mala uva, no hay forma de hacer un buen vino. El vino es una bebida muy noble, y expresa siempre su condición natural. Por eso, la calidad debe hacer enfoque en el origen", afirma.

El sol ilumina sobre los viñedos. En una finca, esperan los parrales de Bonarda, donde gruesos racimos de uvas cuelgan repletos de jugo y color. En otra, están los espalderos de Malbec, recorridos por cosechadores que se apuran en levantar la fruta. "Esta cosecha 2018 viene muy bien, tanto en calidad como en cantidad. Después de unos años de rendimientos muy bajos, Mendoza logró recuperarse. Ya estamos terminando de levantar las ultimas variedades blancas y empezamos a cosechar los tintos. Y vemos un potencial muy alto en todos los vinos", dice Leopoldo.

Vinos para disfrutar

Ya elaborado, el vino se traslada a un edificio cercano, una antigua bodega de 1930, repleta de pequeñas piletas de cemento, donde cada variedad espera para ser embotellada. Allí, entre viejos toneles conservados como homenaje a la historia del vino en el país, Leopoldo explica la búsqueda de Uxmal. "Hacemos vinos que representen la idiosincrasia y cultura de lo que es Mendoza y de lo que el vino significa en la Argentina. Vinos que representen la variedad con la que están hechos, y que se puedan disfrutar en cualquier momento. En los últimos años, la industria pareció alejarse un poco del consumidor, complejizando la comunicación del vino. En un momento, llegó a parecer que no podías disfrutar una copa de vino si no tenías al lado un queso super especial o una gran comida. Y no es así: los vinos están para ser disfrutados siempre. Por eso, elaboramos nuestras etiquetas para un consumo joven, descontracturado. Nuestros vinos se pueden beber solos o con una comida, van bien en una picada o como aperitivo con amigos. No precisás buscarle el momento súper especial, sino encontrar tu momento de disfrute", afirma.

Puro color y sabor

Bodega Uxmal cuenta con un amplio porfolio de vinos, desde la línea Bravío (que el año pasado sacudió el mercado con la línea Cuatro Continentes, incluyendo etiquetas de Argentina, Sudáfrica, Italia, España y Australia, ampliando así las posibilidades y el paladar de los consumidores locales), a los Alto Uxmal pasando por el corazón de la casa, los Uxmal clásicos: tres blancos varietales, un rosado de Malbec y una línea completa de cinco tintos varietales y de cortes. Vinos jóvenes que acaban de presentar una flamante nueva etiqueta, repleta de colores y contrastes. "Tenemos vinos para todo momento. Me gustan mucho los blancos, como el Sauvignon Blanc y el Chardonnay, al que cada vez le buscamos más frescura, con algunas cosechas bien tempranas. El espumante me apasiona, un 100% Chardonnay que se disfruta siempre", afirma Leopoldo, mientras arma una picada en el jardín de la bodega. "La fruta es una protagonista fundamental en todos nuestros vinos. Mezclamos terruños para lograr expresar el potencial de cada cepa", dice, convidando un Moscatel de Alejandría, una de esas cepas que en los últimos años volvió a las primeras planas del vino nacional. Una variedad muy aromática, donde la frescura se une a un final dulce y de muy buena concentración, que acompaña los quesos intensos ubicados sobre la mesa.

"Un día como hoy, soleado y cálido, es perfecto para beber este rosado de Malbec", dice. "Es fresco, tiene elegancia, va muy bien como aperitivo pero también acompañando toda una comida. Su acidez y los aromas a frutas muy delicados van con pastas, con carnes blancas. De todas maneras, si bien es verdad que existen las combinaciones ideales entre vinos y comidas, al final todo se relaciona a los gustos personales. Cada uno sabe qué le gusta beber, no hay reglas estrictas".

El brindis final lo hacemos con el Uxmal Malbec, la variedad insignia de la casa. "Un vino con intensos aromas a frutas rojas, la típica ciruela del Malbec, con unas tenues notas a madera, de entrada dulce, mediana concentración, un vino muy versátil que se bebe con placer en varios momentos. Por ejemplo, ahora, con esta picada; pero también a la noche, con unas pastas o, claro, en el asado con amigos".

No hace falta encontrar excusas complicadas para disfrutar un vino. Una verdad que Uxmal deja bien en claro.

LA NACION

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