En Santiago del Estero modifican un respirador manual para hacerlo automático y ayudar en la pandemia
Agencia TSS
Uno de los desafíos que plantea la pandemia por coronavirus es evitar la saturación del sistema de salud. Desde el ámbito científico, mientras se avanza en el desarrollo de tratamientos, vacunas y kits de diagnóstico, también se trabaja en producir equipos e insumos médicos para que los profesionales de la salud tengan los elementos para atender a los pacientes de la mejor manera posible.
Investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnologías de la Universidad Nacional de Santiago del Estero (FCEyT-UNSE) trabajan en la automatización de un resucitador manual sencillo de utilizar, de bajo costo y de fabricación nacional. Este dispositivo, conocido como ambu (por las siglas en inglés de Airway Mask Bag Unit), funciona como un respirador auxiliar que se utiliza para brindar asistencia ventilatoria a un paciente que la necesita. Actualmente, están terminando el prototipo y el objetivo final es liberar la tecnología para quienes estén interesados en producirla.
"El ambu es un dispositivo manual que usan los enfermeros y médicos cuando tienen una emergencia. Puede ser utilizado tanto en hospitales como en postas sanitarias, ya que es de fácil traslado. Es sencillo de configurar y cuenta con todos los parámetros necesarios para ayudar a los profesionales de la salud en situaciones de colapso del servicio hasta que se pueda derivar al paciente a un respirador", explicó a TSS el ingeniero electrónico Lucas Moscatelli, coordinador del desarrollo junto con los ingenieros Mario Gómez y Claudio Carabajal.
El equipo está conformado por ingenieros biomédicos y electrónicos, técnicos y médicos. Además de los investigadores del Departamento de Electrónica de la UNSE, participan profesionales de las empresas SIC, Imedik, Planet3D y Copsat. "También trabajamos junto con kinesiólogos para definir qué parámetros necesitaban que configuremos. Las empresas aportaron los insumos y el resto del trabajo fue todo a pulmón. Hubo gente que nos dio partes de equipos que tenían, como sensores de presión. Lo fuimos armando colectivamente", cuenta Moscatelli.
La idea surgió a partir de estudiar dispositivos similares desarrollados en otros países y ver de qué manera podían adaptarlos usando componentes que fueran sencillos de conseguir localmente. El equipo diseñado por los investigadores santiagueños está hecho en acrílico y posee un motor encargado de bombear la bolsa según las indicaciones configuradas para cada paciente.
Algunos de los parámetros que pueden regularse son la frecuencia respiratoria, la presión inspiratoria y la presión positiva al final de la expiración. "Se puede desarrollar enteramente con componentes nacionales y, más allá de la emergencia por el coronavirus, sirve para cualquier problema respiratorio", agregó el ingeniero, que cuenta que el principal desafío que tuvieron fue la parte del sensado, es decir, la toma de variables respiratorias.
Ahora están trabajando en optimizar esos parámetros y en fabricar la carcasa que cubra el prototipo. También quieren adosarle una pantalla más grande donde se vean las indicaciones y gráficos con mayor claridad. En cuanto al costo de producción, estiman que podría rondar los 80.000 pesos.
El grupo de ingenieros e investigadores podría fabricar, inicialmente, unos 50 equipos por mes. "Nuestro próximo objetivo es cumplir todos los parámetros que nos exige la ANMAT y hacer una prueba piloto en diversas instituciones junto con el Ministerio de Salud provincial, para que los médicos nos den sus devoluciones y podamos ajustar los parámetros. Una vez que esté listo, la idea es transferir el desarrollo para quien quiera construirlo. O si una empresa necesita nuestro asesoramiento, se lo podemos brindar. Es una tecnología open source, abierta a la comunidad", finalizó.
